Un filósofo en el trono de San Pedro
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Una voluminosa biografía aborda la figura de Benedicto XVI y ahonda en las claves que propiciaron su renuncia, hace ya ocho añosRogad por mí para que, por miedo, no huya ante los lobos». La frase pronunciada por Joseph Ratzinger, el 24 de abril de 2005, en ... la misa del inicio de su pontificado como Benedicto XVI, puso en guardia a no pocos vaticanistas, que se apresuraron a interpretar un mensaje que parecía encriptado. Ocho años después, el 11 de febrero de 2013, cuando el pontífice alemán renunció al ministerio petrino, muchos relacionaron esa decisión histórica con aquellas enigmáticas palabras. ¿Se fue acosado por las alimañas que acechaban a su gobierno? ¿Abandonó porque su avanzada edad le imposibilitaba para manejar el timón? ¿Se marchó hundido y desconcertado por la situación de la Iglesia y un mundo que aparta a Dios?
Una enciclopédica biografía, 'Benedicto XVI. Una vida' (Mensajero), intenta contestar a esas preguntas después de recorrer los más de ochenta años que abarcan desde el nacimiento del Papa emérito hasta su renuncia. Casi 1.200 páginas en las que se ofrece una visión del papado, de la Iglesia y del mundo, y en las que se aporta un retrato muy riguroso de un pontífice que ha brillado como teólogo, pero que también ha destacado como filósofo, más allá de cualquier etiqueta ideológica. La voluminosa obra la ha escrito el periodista Peter Seewald, uno de los comunicadores que mejor conocen al personaje. Publicada primero en alemán, ahora ha sido lanzada al mismo tiempo en varios países y en distintos idiomas.
La verdad es que desde el primer momento había señales de que podría ser un pontificado efímero, lo cual no quiere decir que no dejara huella. Ratzinger tenía como referencia a san Benito de Nursia, monje cristiano impulsor de la vida monástica y fundador de la orden de los benedictinos. Su santidad despertó las envidias de otros hombres de Dios y, al igual que el Papa bávaro, también fue víctima de intrigas eclesiásticas. Y también renunció. Lo citaba a menudo. La víspera de la muerte de Juan Pablo II recogió en Sabiaco (cerca de Roma) un premio que lleva el nombre del patrón de Europa y dictó una lección en la que se refirió a la época de san Benito, un tiempo «de disipación y decadencia». En él se inspira cuando habla de una cultura secularizada que niega sus propios fundamentos. El libro de Seewald recoge ese episodio, el cónclave posterior y su eleccción como sucesor de Karol Wojtyla.
No es una biografía crítica pero explica bien los hitos más importantes de su pontificado
El periodista alemán ofrece muchas claves sobre la personalidad y la producción intelectual de Benedicto XVI, fijándose en los impulsos que recibió de grandes pensadores, teólogos sí, pero también de no pocos filósofos. Es el caso de Aloys Wenzel ('Filosofía de la libertad'), Theodor Steimbüchul ('Cambio radical de pensamiento') o el filósofo judío de la religión Martín Buber con una filosofía que se nutría de la Biblia. Y resulta muy revelador el impacto del revolucionario Mayo del 68, que ayuda a entender e interpretar sus posiciones futuras.
No es una biografía con elementos críticos sobre la actuación de quien fue apodado el 'panzerkardenal', pero contextualiza bien los hitos más importantes del pontificado y descubre los rasgos más significativos de una personalidad histórica, más allá de las etiquetas. El autor no oculta su escasa simpatía a figuras como el teólogo Hans Küng, muy crítico con Ratzinger, o el cardenal Martini, una de las voces más abiertas de la Iglesia. Y se echa de menos un mayor recorrido en los apartados dedicados a la época nazi y al escándalo de los abusos sexuales en la Iglesia, aunque queda clara la aversión de Ratzinger al nacionalsocialismo y al impulso de la tolerancia cero.
Hay otro capítulo muy interesante que se refiere al paso de Ratzinger por la Congregación para la Doctrina de la Fe, antes el Santo Oficio, heredero de la antigua Inquisición, de la que fue el prefecto (ministro). El cardenal alemán se convirtió en el guardián de la ortodoxia, del dogma, de la fe. Peter Seewald asegura que fue nombrado por su acreditada calidad teológica, lo que le permitió construir diagnósticos muy elaborados sobre las difíciles cuestiones de la civilización moderna. Pero su larga etapa no estuvo exenta de fuertes polémicas.
La politización de la fe
Por ejemplo, por su posición sobre la Teología de la Liberación, muy presionado por Juan Pablo II. El pontífice polaco patrocinaba a una Iglesia que se situaba en la resistencia frente a los gobiernos comunistas en la Europa del Este, mientras en Latinoamérica otra Iglesia alentaba el diálogo con el marxismo para dar voz a los pobres frente a la codicia de los terratenientes, incluso sin renunciar a la violencia frente a las dictaduras militares. Fue en la primavera de 1983 cuando Doctrina de la Fe inició una investigación sobre la Teología de la Liberación y en agosto de 1984 sacó una instrucción que generó duras críticas. «La declaración protestaba contra la politización de los dogmas de fe y la tergiversación de la figura de Jesús para convertirlo en un rebelde político. Los críticos lo valoraron como un ataque a todos los esfuerzos por lograr la justicia social en el Tercer Mundo», resume Seewald.
Otros capítulos que atraen la atención del lector son 'La traición' y 'La renuncia', más proximos a nuestros días y que generaron toneladas de historias periodísticas. Benedicto XVI insiste una y otra vez en que no se marchó porque no podía «purificar» el pequeño mundo de la curia, plagada de escándalos y traiciones. Se encontraba cansado y sin fuerzas para el gobierno de la Iglesia. Ya lo estaba cuando aceptó el papado, pero entonces asumió el sacrificio. En cualquier caso, en el libro admite que el principal obstáculo de su pontificado fue «la dictadura mundial de ideologías aparentemente humanistas, cuya negación implica ser excluido del consenso social básico». En el análisis del Papa emérito, la sociedad moderna está en medio de la formulación de un credo anticristiano, y por eso alerta del «poder espiritual del Anticristo». Y eso le machacaba. Los problemas no estaban en la curia, llegaron de fuera. Pequeño, flaco, introvertido, grácil, sensorial y sin ambiciones, lo único que anhelaba era jubilarse y escribir libros.
El libro
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Benedicto XVI, una vida Peter Seewald
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Ed.: Mensajero. 1.184 págs.
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Precio: 30 euros
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