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Los dos artistas, trabajando en su proyecto para Sabin Etxea. Museo Jorge Oteiza

La amistad con Oteiza, polos opuestos y complementarios

Una casa en la frontera ·

Los dos creadores compartían una curiosidad investigadora, casi antropológica, por el arte como expresión de la vida

Gabriela Acha

Sábado, 4 de mayo 2024, 00:12

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Para Néstor Basterretxea vida y arte fueron un continuo inseparable. Su legado abarca dibujos, murales, esculturas, diseño, arquitectura y cine; diferentes formatos que se unifican ... en tanto que materializan su investigación sobre la identidad vasca y el lenguaje creativo; otro continuo inseparable que le unió a su amigo Jorge Oteiza. La actitud desconcertante y contradictoria del icónico escultor requería toda la paciencia de Basterretxea, quien contaba que el genio de su colega podía desembocar en gestos de desprecio y ternura en un margen de segundos. Pero ante todo, y como aseguró en múltiples ocasiones, Oteiza era «el mejor» en su campo y, para él, un hermano.

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