Verdaderamente hay que agudizar el ingenio para deducir las causas y el final de este medio enigma que afecta a la Alhóndiga y al Teatro ... Barakaldo, tanto monta, monta tanto, con Fernando Pérez como rey en su función capital en este tablero que es más del juego Tim Tang Test que del ajedrez. Veamos: Pérez renuncia a la plaza ganada en el concurso a la dirección del Teatro Barakaldo. ¿Será porque su anterior titular mantiene la plaza en excedencia y podría volver a ocuparla cuando finalice su trabajo como directora de Promoción Cultural en el Gobierno Vasco? ¿Será porque si Pérez asume su nuevo cargo en el Teatro Barakaldo podría perder la plaza de programador en permanencia que mantiene en la Alhóndiga? ¿Será que no le convence el futuro de su desempeño como director del Teatro Barakaldo? Y entonces, ¿por qué se presentó al concurso para la designación del nuevo director del teatro de la margen izquierda? A todo esto, en este juego de lógica estructurada también hay que desarrollar el pensamiento lateral en relación con la posición de Pérez en la Alhóndiga: ¿Estará dispuesto a seguir en el centro bilbaíno donde ya no hay bicefalia, donde se ha nombrado a un director general y donde su puesto como programador tendría un nivel jerárquico inferior al que ostentaba antes de su dimisión como director tras casi siete años en el cargo? Bueno, dejemos los caminos más estimulantes de la deducción y el ingenio, concluyendo que Pérez es un profesional reputado al que no le faltarán propuestas aquí o en Kapurthala, que sólo él tiene la respuesta a este Tim Tang Test y que su poder está ni más ni menos que en los procelosos caminos y en los amplios derechos del desempeño de la función pública.
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