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Juan Jesús Rodríguez (Guzmán) y Carmen Solís (Alzira). e. m. esquibel
Crítica de ópera

Superando expectativas

Lunes, 25 de abril 2022, 00:15

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Con la ópera 'Alzira' finaliza el difícil camino de tener que encontrar obligatoriamente a los intérpretes que estuvieran dispuestos a cantar esas obras poco representadas ... de Verdi. Termina el tener que despertar del letargo alguna que otra escenografía que dormía en rincones olvidados de algunos teatros. Se culmina la obsesión de realizar un esfuerzo cuyo valor se ha centrado en la curiosidad de representar algunas óperas poco habituales. Afortunadamente la representación de 'Alzira' ha servido como broche que ha superado las expectativas despertadas, exceptuando su pobre y simple producción. El primero en superar los temores del estreno fue el maestro Daniel Oren, a quien recordamos por su buena labor en noviembre del año pasado al dirigir la 'Cavalleria' de Mascagni. En esta nueva presencia al frente de la BilbaoSinfonietta, sus enérgicos gestos y su mando para conducir a buen puerto la bravura musical de esta ópera han sido evidentes. Recordemos sobre todo los espléndidos concertantes logrados. A continuación, destacaríamos al barítono Juan Jesús Rodríguez de quien siempre hemos admirado la seguridad y la belleza del color de su timbre de voz, aunque nos pareció que va perdiendo el poderío de hace pocos años. Aun así, su canto es siempre convincente y su voz, aunque se haya atenorado, sigue siendo extensa. Nos quedaremos con su final, esa muerte perdonando a su enemigo de tanto efecto y tan hermosa en su gravedad musical, en la que Verdi se basará luego para crear la no menos preciosa muerte de Ricardo en 'Un Ballo in Maschera'. Por otro lado, la asunción del rol de Alzira por parte de la soprano Carmen Solís consistió en uno de los determinantes para que la ópera discurriera por cauces de buen nivel, porque, además de centrarse en un complicado papel en pocos días, la artista extremeña exhibió momentos de grandeza en el canto spianato, un canto lleno de serenidad. Acerca del tenor Sergio Escobar habría que decir algo parecido, ya que solventó sin mácula un papel difícil que está lleno de 'tour de force'. Las exigencias de Verdi para el papel de Zamoro las resolvió con una voz de auténtico tenor spinto, esas voces que escasean y requieren gran control en su emisión. En la pobre escenografía, el Coro de la Ópera de Bilbao, tantas veces protagonista, se limitó a veces a ser espectador en su estatismo general y su canto homogéneo y ajustado se vio deslucido por ese estatismo insípido en las diferentes estampas presentadas a modo de una ópera semi-escenificada. Finalmente, tras cambios y rehúses, se cierra el ciclo 'Tutto Verdi' con esta 'Alzira' que ha salvado los peores auspicios.

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