«Me siento cómoda creando historias que pueden ayudar a cambiar la sociedad»
María Goiricelaya ha batido un récord de nominaciones en los Max de teatro. Con 'Altsasu' y 'Yerma' aspira a tres premios por autoría, dirección y adaptación
María Goiricelaya (Bilbao, 1983) estaba presentando el estreno de 'Nevenka' en Granada (vendrá al Arriaga el 21 y 22 de abril) cuando el técnico de ... iluminación le avisó de que su móvil no paraba de sonar. «Ha pasado algo en los Max», le dijo. Recuerda ese momento como «un shock porque es algo increíble, casi imposible a nivel estadístico». Su nombre se repite tres veces en el listado de finalistas, como autora de 'Altsasu' -una ficción inspirada en el 'caso Alsasua' y nominada en la principal categoría, la de mejor espectáculo teatral- y por la adaptación y dirección de escena de 'Yerma', cuya protagonista, Ane Pikaza, opta al premio a la mejor actriz.
Son cinco candidaturas que le acelerarán el pulso en la gala del 17 de abril en Cádiz y que reafirman una trayectoria que ya venía pisando fuerte en los escenarios. Empezó a formarse como actriz a los 15 años y compaginó el teatro con el periodismo hasta dedicarse de lleno a su vocación. Además de creadora es asesora de programación de la Sala BBK y directora artística del festival de Teatro de Olite junto a Ane Pikaza, con la que forma la compañía La Dramática Errante. Es consciente de que vive un «momento mágico» en el que «toca apretar un poco. Son años de mucho esfuerzo y sacrificio, pero hay que aprovechar esta especie de configuración del cosmos tan bonita y bailar con ella», dice.
-Ha ido escalando posiciones. Con 'Lyceum Club' y 'Madre coraje' fue candidata al Max en la primera fase. Con 'El patio de mi casa' llegó a la final y ahora opta a tres galardones.
- Con 'Lyceum' estaba empezando a dirigir y a escribir, con 'El patio' tenía un poco más de soltura. y desde entonces han pasado otras cosas. Si te dejan hacer, vas creciendo poco a poco.
- Es la única finalista de los Max que no opta a un único premio, sino a tres. ¿Eso le da seguridad o supone más presión?
-No sé, la otra vez que fui finalista disfruté muchísimo. Siento que ya he ganado con tres candidaturas, puedo volver con las manos vacías y estaría igual de contenta.
- ¿Qué importancia tienen los premios en una profesión tan inestable como el teatro?
- Ayudan mucho a la venta, a la distribución. Para cualquier productora es un lujo porque aumenta el número de funciones.
- Ponen el foco en un proyecto después de mucho trabajo en la sombra.
- Exacto, una producción lleva una media de dos años desde que arrancas con la idea, el texto se fragua, lo pones en pie, encuentras maneras de financiar el proyecto... es mucho trabajo y a veces los espectáculos tienen vidas cortas, se exhiben en pocos espacios y te ves obligada a entrar otra vez en esa rueda.
- ¿'Altsasu' y 'Yerma' tendrán más recorrido?
- 'Altsasu' ha llegado hace dos semanas de Montevideo y de Medellín. Es la segunda vez que cruza el charco, ya estuvo el año pasado en Bogotá. Eso para una productora tan pequeña como la nuestra es un hito. Le queda recorrido, y a 'Yerma' también. Las dos pasarán por Madrid.
- Al igual que 'El patio de mi casa', sobre la convivencia en Euskadi después del terrorismo, 'Altsasu' parte de su empeño por «hacer memoria para restañar heridas». ¿Seguirá profundizando en este tema?
- No lo tengo en mente como una temática recurrente. Para mí la escena tiene que ver con el teatro como herramienta de transformación social, ahí es donde reside mi impulso. Me siento cómoda creando historias que tienen trascendencia social, que pueden ayudar a cambiar la sociedad, a hacerla reflexionar. No me ato a una temática, sino a una forma de contar.
- En el estreno hubo algo de polémica y el PP llegó a pedir su retirada en Vitoria. ¿Se les ha cerrado alguna puerta?
- No, no nos consta. En breve 'Altsasu' se va a Galicia y ha estado en la muestra de autores contemporáneos de Alicante.
- ¿Y en el pueblo de Alsasua?
- Todavía no, no sé si llegará ese momento.
Llegar a Madrid
- Su 'Yerma' incide en el retraso de la maternidad, un tema muy actual.
- La dificultad para ser madre biológica es algo todavía muy escondido. 'Yerma' está siendo un bálsamo para muchas mujeres que se han enfrentado a ello, que están en el camino, que lo han superado... han venido parejas que nos decían: hemos vivido exactamente eso, y qué necesario es visibilizarlo. La maternidad biológica no es un derecho y no siempre sucede. Está muy bien poder compartirlo y decir que duele.
- ¿Qué se lleva de su residencia artística en el Centro Dramático Nacional?
- Lo primero, a los compañeros. Ha sido un año de grandes oportunidades, de conocer gente, de ver mucho teatro... una experiencia reveladora. ¡Es tan difícil llegar a Madrid! Y que te cuiden y te arropen es un privilegio
-¿Cómo compagina sus creaciones con la programación de la Sala BBK y el Festival de Olite?
- Una cosa retroalimenta a la otra. Tengo mucha libertad en ambos espacios y todo suma. El hecho de ver tanto teatro revierte en mi forma de escribir y dirigir. Veo lo que me mueve, lo que me gusta, para luego filtrarlo y crear.
- ¿Cómo surgió el proyecto de llevar al teatro el 'caso Nevenka'?
- Fue mi distribuidora -Rocío Pindado, de Portal 71- la que me puso en contacto con la compañía Histrión Teatro. Ellos tenían esa idea en la recámara y me dijeron: creemos que tú eres la persona para escribirla y dirigirla. Enseguida me sumé a ese carro. Es uno de esos casos que te atraviesa, y esos son los que yo quiero contar
- ¿Qué queda en su mirada como dramaturga de la periodista que ejerció durante ocho años?
- Inevitablemente, me queda poso. Esa visión más documental y el proceso de investigación que me fascina. Me encanta zambullirme en todo tipo de material: papeles, vídeos... todo lo que consigo recabar para empezar a crear.
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