Una noche con David Guetta en la discoteca que revoluciona Ibiza
El nuevo club [UNVRS] vuelve a situar la isla como meca de la música electrónica: 600 empleados y entradas VIP a partir de 500 euros
Viernes noche en la Ibiza de la música electrónica, del ritmo 'cuatro por cuatro', del mejor escapismo hedonista en la penúltima semana de agosto, bombo y percusiones para la interacción de insinuaciones en esa cultura del 'House' o el 'Future Rave' que mueve los cuerpos con sensualidad expresiva y hasta con un desfase de belleza desbordante y provocativa. Es la noche de David Guetta y su fiesta 'Galactic Circus', la residencia semanal del aclamado Dj francés en [UNVRS], el nuevo megaclub de San Rafael que revoluciona la vida nocturna y el concepto del 'clubbing', ampliando el éxito de otros espacios icónicos de la isla, entre ellos Ushuaïa Ibiza y Hï Ibiza , sumando ambos el año pasado 1,5 millones de personas.
La revolución de [UNVRS], inaugurada el pasado junio, es arquitectónica, espacial y tecnológica. Si por fuera sus formas modulares se asemejan a la tradición estética de la isla, aprovechando el edificio que albergó dos discotecas míticas de Ibiza –Ku y Privilege–, su remozado interior y su cúpula iluminada y visible desde la distancia le otorgan un aspecto futurista en el que se combinan los materiales sostenibles, la sucesión de terrazas exteriores, los espacios interiores autónomos, la profusión de tecnología lumínica y una impactante calidad de sonido que genera un ambiente inmersivo y multisensorial.
Además, su aforo superior a las 6.000 personas posibilita afrontar el elevado caché de los grandes DJ's, permitiendo competir al 'clubbing' con los costes y producciones de los festivales de música electrónica al aire libre. Esta noche [UNVRS] ha abierto sus puertas a las 23:30 horas. El flujo y las colas son incesantes. Los autobuses y los taxis llegan sin cesar. El orden en el párking, taquillas y accesos denota una sincronización perfecta. 600 trabajadores se encargan de guiar, controlar, servir y producir el show. 110 euros la entrada estándar, 30 euros la copa, 500 euros por persona en algunas zonas VIP y de ahí para arriba en otras áreas todavía más privadas. ¿Muy caro? Tal vez, pero el show es total y los precios se asemejan a otras ofertas del ocio y el deporte.
El 'dress code' está reglado, pero también es permisivo por áreas. Nada de chancletas, de camisetas de equipos de fútbol o de prendas con mensajes políticos, pero se permiten los bermudas; salvo en las zonas VIP, donde se requieren pantalones largos. ¿Drogas? «El club es muy estricto en esta materia, el control es total en su interior, pero estamos en Ibiza y resultaría imposible medir cómo viene cada persona», responden.
A la 1:30 de la madrugada [UNVRS] está casi al completo. En el 'line up' de la noche Guetta está precedido por Marten Horgen y su bass house de ritmos contundentes. También por los italianos de MEDUZA, con su deep y tech house. Su track del remix 'Phone' agita con la línea de bajo y el 'drop' de liberación el cuerpo de los espectadores de la sala principal, una caja acústica perfecta que combina música con tecnología y teatro con espectáculo audiovisual. Poco antes de las 2:30, el equipo de seguridad empieza a preparar un pasillo estrecho para la entrada de David Guetta. 6.000 almas corean su nombre y el DJ francés entra y recorre entre el público más de cincuenta metros rodeado de escoltas, con una 'steady cam' que filma y reproduce su aparición estelar. Los móviles se elevan y graban lo que más tarde fluirá por las redes sociales. Ya en su mesa, Ghetta abre los brazos y comienza su espectáculo 'Galactic Circus', un show de estética futurista que aprovecha las posibilidades escénicas del sonido y la iluminación para sumergir a los espectadores en un ambiente multisensorial, con trazos reconocibles en los diseños de Hans Rudi Giger, en los ambientes de 'Alien' y 'Dune' o en los grafismos visuales de 'Blade Runner'.
Las renderizaciones en 3D, los chorros de megatrón, los rayos láser, el color dinámico de la iluminación y más de una docena de trapecistas que se descuelgan acompañan los grandes hits de Ghetta, desde el remix de 'I'm good (Blue)' a su versión del 'Just Dance' de Lady Gaga. Pasadas las 6 de la madrugada, el show termina con su clásico 'Gimme Gimme' y con un último efecto escénico. Detrás de la mesa, la tecnología simula la aparición del sol en la isla. Toca volver a la realidad tras varias horas en la apoteosis hedonista del 'clubbing'.
Rincones 'instagrameables'y hamburguesas con caviar
[UNVRS] no solo revoluciona la noche al redefinir las zonas VIP o al dividir los espacios ofreciendo distintas experiencias visuales y musicales, sino que también atrae a los 'clubbers' sugiriéndoles algo fundamental en estos tiempos: la capacidad de proporcionarles fotografías 'instagrameables', un estímulo que impulsa el tráfico móvil en mano. Es el caso de 'The White Comet', un aseo funcional y unisex que cuenta con DJ –el viernes pinchaba allí Paul Reynolds–, el del 'Bunker', otra estancia subterránea con algún que otro famoso artista de la música electrónica; o incluso el de 'Vicio', un burger club en el que se puede consumir el popular sándwich acompañado de una lata con 50 gramos de caviar, todo por 80 euros. Tan solo en 'The Apartment', una sala secreta y VIP que no revela su actividad, los clientes se ven obligados a entregar su móvil al entrar. Pero más allá de esto, todo en [UNVRS] es 'instagramable', incluyendo las vistas de la ciudad de ibiza desde la terraza, un curioso armario transparente que hace de photocall, y, por supuesto, el frenesí de luminarias de la música electrónica: Guetta, Carl Cox, MEDUZA, MËSTIZA, Elrow, Anyma, Fisher, James Jones...