Una tardía afición al surf le hizo asiduo de la costa guipuzcoana
Se despidió con una tabla de surf bajo el brazo. Y con su eterna sonrisa. Su último concierto en San Sebastián tuvo lugar hace año ... y medio, el 29 de noviembre de 2018, en el teatro Victoria Eugenia. Cuando volvió a salir al escenario para ofrecer un bis, Pau Donés llevaba bajo el brazo una gran tabla de surf roja y blanca. Explicó que se la habían regalado en Zarautz, y en su reverso podía leerse, en inglés, '¿Quién cojones es Mick Jagger?'. «Muchas gracias por estos 20 años, os echaremos de menos pero volveremos. La vida es una y ahora, así que, muy importante: sed felices», fueron sus últimas palabras antes de hacer mutis por el foro del Victoria Eugenia.
A Pau Donés le gustaba coger olas: «Surfear es un decir, porque estoy empezando y soy un paquete. Vengo a tragar agua salada del Cantábrico, que está muy buena», declaraba en el verano de aquel mismo 2018 en que Jarabe de Palo también actuó en Sagüés, cerrando la Semana Grande donostiarra. Comenzó a surfear cuando cumplió los 50 años en las playas del País Vasco francés. También en Zarautz, y en La Zurriola, antes del concierto de Sagüés, según confesó después.
«El rollo de estar en el agua, de subirte a una olita pequeña, quitarte el neopreno, y decir 'qué bien me siento' es una gozada», afirmaba el músico, que también veía el surf como «una motivación. En la vida he hecho de todo y ya me cuesta encontrar cosas que me motiven y de golpe, saber que hay algo que me hace sentir esa sensación de satisfaccion y sentir que aprendo y me supero, no tiene precio», explicaba.
Dos días después de ese concierto del Victoria Eugenia, la gira de despedida temporal de Jarabe de Palo recalaba en la Sala Santana de Bilbao. Su voz ya acusaba las secuelas de tantas sesiones de terapia contra el cáncer, pero dejó bien alto el pabellón en un adiós del público vasco que, lamentablemente, fue definitivo.
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