La soprano Nadine Sierra bisa en el papel de Julieta y el Euskalduna se viene abajo
El lunes cantará en la última función de 'Roméo et Juliette' y culminará su debut apoteósico en Bilbao
El Palacio Euskalduna se ha venido abajo este viernes con la soprano Nadine Sierra en el acto cuarto de 'Roméo et Juliette'. Tras una soberbia interpretación del aria 'Amour, ranime mon courage' (Amor, reanima mi valor), el público la ha vitoreado y jaleado con tal intensidad que no le ha quedado más remedio que ofrecer un bis. Es una pieza de cinco minutos de gran dificultad, que requiere un canto enérgico y osado. La cantante estadounidense se encuentra en estado de gracia y está siendo la gran estrella de la inauguración de la temporada de la ABAO.
Todavía queda una función, el próximo lunes, y hay un aliciente extra: el papel de Julieta en la ópera de Gounod es el último personaje que interpretará en escena hasta 2024. Esta misma semana se ha anunciado que cancela su participación como Liù en 'Turandot', programada para noviembre en el Gran Teatre del Liceu, porque no se ha recuperado de «unas molestias musculares» que arrastra desde septiembre. No obstante, lo cierto es que en Bilbao se está entregando sin reservas. Nada más pisar el escenario y cantar 'Je veux vivre' (Yo quiero vivir) se gana a los aficionados. Desde su debut en la capital vizcaína, el pasado sábado 21, no ha cosechado más que triunfos con Julieta. Es un rol que abordó por primera vez hace cuatro años en la Ópera de San Francisco y ya entonces conquistó a la crítica especializada y a los espectadores.
En el Euskalduna le acompaña el tenor mexicano Javier Camarena, que debuta en el papel de Romeo, y en el foso se encuentra la Euskadiko Orkestra a las órdenes de Lorenzo Passerini. La dirección de escena la firma Giorgia Guerra y el montaje es funcional y simbólico. Se limita a una caja escénica atemporal, con un monolito polivalente. No hay nada que desentone con el contexto histórico de la trama. El vestuario remite a la moda más idealizada y suntuosa de finales del siglo XIV y las videoproyecciones aportan dinamismo. Es una propuesta sencilla y esquemática.
