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Salcines hablando de Pannonica. Óscar Cubillo

Marcos Salcines, como Benjamin Button en Santander

El músico cántabro, habitual del JazzOn Aretoa, desplegó su repertorio llamado 'Pianismo' en el Bar Rvbicón, en trío con el bermeano Jon Carranza al contrabajo y el bilbaíno Unai Olabarri a la batería

Jueves, 6 de febrero 2025, 18:04

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Nacido en Santander, criado en Madrid, residente en Seña (verde villorrio anejo a Laredo, pero perteneciente al municipio de Limpias) y padre desde hace dos semanas (ha tenido una criatura con la cantante bilbaína Carla Sevilla), el magno pianista Marcos Salcines, habitual del circuito bilbaíno, donde siempre brilla en el JazzOn Aretoa, presentó ayer miércoles en el bar Rvbicón de Santander su programa 'Pianismo', en el que repasa a sus favoritos del siglo XX. Aunque al acabar nos confesó que tenía mucho sueño porque apenas duerme, éste fue su tercer concierto en menos de una semana: el viernes pasado acompañó al contrabajista David Ruiz en la Escuela Náutica, el sábado a la cantante polaca Malwina Masternak en el JazzOn Aretoa, y ayer miércoles actuó de líder en el Rvbicón. Por su situación de padre reciente, para los dos próximos meses sólo tiene agendados dos conciertos, ambos en Bilbao: el viernes 21 comienza su residencia mensual en el club de jazz, y el sábado 15 de marzo una sesión Lithium.

Este miércoles, ante 55 espectadores (menos de lo habitual en el local, pero a la misma hora jugaba el Real Madrid la Copa del Rey frente al Leganés), Marcos Salcines interpretó una docena de piezas («os habéis dado cuenta de que muchos van en suites, en bloques de temas», explicó) en 97 minutos, y al acabar sus tías le dieron una bolsa. Alguien pensó que era el bocadillo, pero no: ¡eran regalitos para el bebé! El pianista actuó en trío, con el bermeano Jon Carranza al contrabajo (llegó directo desde Ámsterdam para este bolo, y el avión lo pagó Marcos) y el bilbaíno Unai Olabarri a la batería Gretsch (vivió, estudió y trabajó en Nueva York). Aunque ya han tocado juntos en otras formaciones, esta era la primera vez que lo hacían en este trío, que sonó empastado, vivaz y perfectamente ecualizado, o sea equilibrados los tres instrumentos.

En su primer parlamento Salcines saludó así: «¿Qué tal? Veo muchas caras conocidas aquí… Este repertorio es un viaje, una selección de mis temas favoritos. Y me di cuenta de que abarcan distintas épocas del jazz y del siglo XX. Los vamos a tocar a lo Benjamin Button, desde lo más nuevo a lo más antiguo o tradicionales». O sea al revés del orden cronológico, pues ya saben los lectores que Button es un personaje de película (en origen es un relato de Scott Fitzgerald) en el que Brad Pitt nace anciano y según va viviendo va rejuveneciendo.

En la última suite, 'Dat dere', de Bobby Timmons. Óscar Cubillo

Los tres del trío tuvieron su protagonismo y compartieron sus solos, también de modo equilibrado, desde un Carranza rudo al estirar las cuerdas del contrabajo ora a lo Charlie Mingus ora con la cadencia clasicista de Ron Carter, hasta un Olabarri seco y breve al baquetear él solo. La velada arrancó con la terna concatenada de Herbie Hancock, Chick Corea y Kenny Kirkland («los primeros los más raros, los más modernos, como un golpe en la cara», diría más tarde el líder), con Salcines cual Monk pegado a su piano de pared e interactuando con sus escuderos mediante un disimulado espejo colocado sobre su instrumento, y también con swing en este prólogo empero su modernismo. Y no tardó en llegar el cénit de la cita, que fue el 'Inception' de McCoy Tyner: «no podía faltar, de él hemos mamado todos», alegó Marcos, que vaya agilísima mano derecha reveló, y qué velocidad Carranza, y qué contrapuntos los de Olabarri, y qué bocanadas de éxtasis inmediato y fugaz respiramos de puro jazz.

De seguido se refrenaron con una balada bonita a lo Broadway (era de Duke Ellington, la acústica del Rvbicón seguía perfecta, el swing evocaba a Nina Simone…), a continuación Marcos picoteó en influencias personales como Sugar Ray y Phineas Newborn Jr., revisó el 'Pannonica' de Thelonius Monk (dedicado a una rica mecenas de los músicos del bop, a quienes cedió una mansión para que vivieran y crearan, y aquí Salcines citó a Joshua Edelman, el pianista neoyorquino que vive en Bizkaia y que visitó esa vieja mansión, y a Barry Harris, al que calificó como «mi maestro»), prosiguió con 'Dat dere' de Bobby Timmons, y el epílogo fue como si se rejuveneciera de nuevo con 'This here' (otra de Bobby Timmons), 'Moanin'' (más Bobby Timmons en un tema conocido por el baterista Art Blackey), para acabar en falso el alegre cual góspel 'Billy boy' (sobre todo conocido por la versión de Miles Davis, con Red Garland al piano), y a modo de bis nos regalaron un blues con poderío bop.

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