Love Of Lesbian agradecidos y vistos de cerca por 1.500 almas en Bilbao

LOL anunciaron el 28 de octubre que estaba agotado todo el papel de los doce bolos; un mérito indiscutible aunque nos hallemos ante una banda habitual de los festivales de toda España. En Bilbao, a 40 eurazos la entrada, congregaron a 1.500 aficionados que se sabían muchas canciones y que las coreaban, y que además daban palmas y ondeaban o alzaban los brazos a la mínima indicación o sugerencia desde el escenario. Desde el tablado, el líder Santi Balmes al principio del show dio las gracias «por la celeridad en la venta de las entradas, eso nos da más ánimo para continuar», y al final insistió en el asunto asegurando que a pesar de que su agencia de management (de conciertos) prefiere que actúen ante aforos más grandes, ellos desean reconocer el trabajo de las salas que les han apoyado desde siempre y que su público vea «la esencia de los conciertos, no sólo a un muñeco haciendo gestos visto desde el quinto anfiteatro». O sea que les vimos más o menos de cerca.

Sí, el concierto del sábado en la sala Santana 27, llena por 1.500 almas cantarinas, mixtas y bastante jóvenes (media de edad treintañera, parecía), lo dieron Love Of Lesbian (bautismo que se pusieron cuando empezaron cantando en ingles) en septeto dispuesto a tres alturas sobre un escenario donde no se usaron las pantallas de fondo para apoyar las canciones, aunque se supo que las había, las pantallas, cuando se hizo el sorteo de dos entradas dobles para su concierto del 1 de noviembre en el Wizink Center madrileño (les tocaron a Edurne Oderiz Insausti, que estaba en la segunda fila, y a Isabel Prieto Lorenzo, que estaba más atrás, por la zona de la mesa de luz y sonido), y cuando al acabar el show funcionaron a modo de publicidad de su merchandising (vendían camisetas, gorras, púas…, ¡parecía un bazar chino!).

Ah, Balmes soltó que esa tarde de sábado habían estado en San Mamés (parece que invitados) y que les había parecido «un campo precioso, aunque ha sido raro que le hayan metido 3 goles al Girona. ¡Y hemos conocido a Iribar!, ojo cuidao, ojo cuidao (lo repitió). Un mito donde los hayan, un tipo supermajo» (sí, a LOL les gusta el fútbol: en la mesa de sonido vimos a un técnico con una tableta viendo el partido del Real Madrid, y en el puesto de merchandising, donde atendía un barbas más guapo que Brad Pitt, lo estaban viendo por un portátil).

Venga, al lío. Fue un show creciente de 21 temas en dos horas con implicación del respetable, o más bien en comunión con sus fans, con su parroquia: «Quiero dar las gracias a los que habéis oído el disco entero, en estos tiempos en que no se suele ver una película sin mirar el móvil u oír un disco completo. Muchas gracias a los que os suena esta canción, porque es la última de 'Ejército de salvación'», expuso Balmes al abrir el bis.

Sin luces destacables, sin usar las pantallas de fondo y con buen sonido, el repertorio recorrió su carrera de 28 años de momento: «Hemos visto crearse y desaparecer a muchas bandas, y nosotros somos afortunados de seguir en este trabajo extraordinario», dijo el guitarrista barbado y con sombrero. Y en otro momento dijo Balmes: «Algunos echaréis de menos algunas canciones en este recorrido, como es lógico, pero tenemos 80 y es muy difícil acertar la quiniela de las 14». Hum..., contamos que tienen 84 canciones en los siete discos en castellano, más 35 de sus tres primeros en inglés (esperemos no equivocarnos con la suma, pero no la vamos a repasar).

Y con ellos animados en escena, con Santi Balmes bastante justo físicamente (con su bigote y su apostura escénica nos dio por pensar que es un tipo sencillo que vive la vida como mejor puede y al que seguramente no enfadaría una crítica negativa) y con el mismo Santi cantando con estilo sencillo y siempre al mismo tono (en los discos su voz está mejor, más trabajada y moldeada), sus canciones incidieron en la melancolía reflexiva ('Sesenta memorias perdidas'), en las atmósferas astrales ('Cosmos', 'Ya sale el sol'…), en los medios tiempos bastante similares entre sí, y en un runrún indie del que son los jefazos (a The National crecidos vía el brit pop resonaron en 'Contradicción', a Shinova en la citada 'Cosmos', a Viva Suecia en 'Planeador', a Radiohead en '1999 / 2009'…).

Entre los temas que se salieron de su carril confortable estuvieron un soft rock vía Fleetwood Mac ('Bajo el volcán', con la letra pedantilla de «por las presiones de aire / los círculos radiales se empezaron a expandir»), el penúltimo en plan La Casa Azul ('Los toros en la wii') y el último en la escuela glam rock ('Club de fans de John Boy').

Y entre las cimas de la cita, que se concentraron en la segunda mitad del bolo, descollaron la colaboración con Airora Rentería de Zea Mays ('¿Qué vas a saber?', en el disco cantada por Amaral, y en el bolo el tema más pop del repertorio, con más nervio; al acabarlo dijo Balmes: «ya lo siento, ahora seguiré cantando yo solo»), 'La champions y el mundial' («hemos buscado un sustituto vasco de Leiva que pueda cantar su parte, pero no hemos encontrado nadie tan flaco»), la cabaretera 'Me amo' (en cuya mitad hicieron el sorteo de entradas sin ponerse pesados), 'La hermandad' que fue cuando Santi bajó a cantar entre el público (con el verso de «brindemos deprisa, bebamos despacio»), y ya en el bis el blues muy Nick Cave 'Ya sale el sol' (con referencia explícita a Cave en la letra que se cantó cuando ya habíamos apuntado el nombre de Cave), y el rock festivalero 'Irrompibles' (aunque estábamos en una sala, fue todo muy festivalero).