«La iglesia es la reserva del blues»
«Hay que remarcar la importancia de la mujer en el blues, que siempre ha sido una música muy por y para hombres», dice la intérprete, que actúa hoy en Bilbao
josu olarte
Lunes, 18 de octubre 2021, 23:11
Con casi cuatro décadas de trayectoria anclada en la tradición eléctrica de Chicago y conectada con maestros fundacionales del género, Joanna Connor (Nueva York, 1962) ... se ha forjado el título de 'reina de la guitarra blues rock'. Con esa vitola se presenta hoy en Bilbao, en el arranque de su gira europea, dando continuidad al décimo aniversario del ciclo BBK Music Legends. Cantante con alma, compositora y guitarrista virtuosa, ha pasado por su tamiz blusero otras músicas americanas e impresionado a los maestros con su técnica prodigiosa. Uno de los grandes baluartes del blues, Joe Bonamassa, avala su vibrante y sincrética última entrega, '4801 South Indiana Avenue', que ha revitalizado su carrera y que, entre rescates propios y versiones, recreará en la sala BBK (19 h., 18 €), donde con el aumento de aforos vuelve a haber papel para conciertos en su día agotados.
- ¿Ansiaba tocar en Europa?
- Imagínate... Han pasado ya tres años desde la última vez. Es bueno saber que han mejorado las condiciones para conciertos, porque en Estados Unidos varían mucho dependiendo del estado. Estoy especialmente emocionada ante el inicio en Bilbao, donde nunca he estado. Me espera un largo viaje con escalas en Boston, Belfast y Barcelona.
- ¿Cómo será su concierto?
- Esta vez no voy con mi banda americana, sino con una formación de buenos músicos irlandeses afines al guitarrista Eamonn McCormick, que es una estrella de blues por derecho propio. Haremos a dos guitarras temas de mi último disco, algunos anteriores y también versiones de clásicos del blues y de gente como Aretha y Jimi Hendrix.
- Su nuevo álbum en el sello de Joe Bonamassa pasa por ser un homenaje al blues de la vieja escuela, pero no es purista.
- Sí, el título alude a la dirección de un mítico club de Indianapolis (el Theresa Lounge, que funcionó de 1951 a 1987). Joe me pidió que me pusiera en sus manos porque tenía claro el disco que quería. Me entendí muy bien con él y con músicos como Reese Wynans, que fue teclista de Stevie Ray Vaughan. La idea era hacer un disco de blues crudo que capturara cómo sonaría en un club. Me insistió en que tocara la guitarra slide sin pedales ni efectos. Grabamos en directo y con muy pocas tomas en cinco días. No quisimos que sonara demasiado tradicional, sino con cierto aire fresco. Tiene una buena mezcla de distintos estilos de blues y versiones.
- Entre ellas, 'For the love of man' de Albert King, al que inyecta mucho poderío femenino. ¿Siente la necesidad de reivindicar a la mujer en el blues?
- Siempre es necesario remarcar la importancia de la mujer no en la música, sino en la sociedad. También en el blues, que siempre ha sido una música muy por y para hombres. He visto mucho sexismo en el negocio, sobre todo cuando empezaba. Por fortuna, en las nuevas generaciones hay más mujeres en escena.
- Entre ellas, Sue Foley, Susan Tedeschi, Joanne Shaw, Ana Popovich y la desaparecida Deborah Coleman. ¿Cree que la tienen como referencia por su larga y consistente carrera?
- No sé si soy un modelo para otras mujeres del blues. Habría que preguntarles. Cuando empecé, apenas estaba Bonnie Raitt, a la que siempre he admirado. Conozco a Sue y toqué con Deborah, que era una gran guitarrista, pero no tanto a las mas jóvenes. Solo puedo celebrar que mas chicas toquen la guitarra.
- Se mudó a Chicago con 22 años. No tuvo que ser fácil abrirse camino para una guitarrista, joven y blanca.
- No lo fue, pero sentí la necesidad imperiosa de intentarlo. Me enamoré del blues a través de la colección de discos de mi madre, que también me llevaba a conciertos. Empecé a tocar la guitarra con siete años en Worcester, Massachussets, donde un viejo maestro me dio los fundamentos clásicos del blues. Pero fue en Chicago donde me convertí en una guitarrista de verdad, aprendiendo de grandes músicos afromericanos. Me iba con mi guitarra a garitos de barrios peligrosos con tal de tocar y aprender. Por supuesto, entonces había muy pocas mujeres que tocaran blues y menos aún blancas.
Agresiva y pasional
- ¿Cómo definiría su estilo?
- Diría que es bastante agresivo y pasional, pero intento combinar esa cualidad con la parte rítmica de las canciones que trato de remarcar sobre todo con la slide haciendo 'tapping' o jugando con los trastes. Intento dejar fluir mi interpretación. Creo que Joe (Bonamassa) quiso trabajar conmigo por mi intensidad al tocar,
- ¿El blues goza de buena salud?
- No es tan buena como antes. A veces echo en falta intérpretes con más personalidad, no solo con técnica. En Chicago siguen practicándolo músicos afromericanos. Sigue siendo el lugar del blues con alma y sensual. Mi música parte del blues eléctrico, pero cuando trabajo con mi banda lo combino con algo de funk, soul, jazz, rock...
- ¿Cree que los jóvenes afromericanos están perdiendo el contacto con la tradición? Artistas como Shemekia Copeland han sentido la necesidad de llevarlo a las escuelas.
-Todo lo que se haga está bien. Es cierto que los jóvenes están interesados por otras músicas. Mi hijo produce hip hop, pero también es un gran batería de blues y ha tocado mucho conmigo. Y aún se pueden encontrar muy buenos cantantes y músicos de blues en el universo del góspel, que siempre ha sido una buena cantera para el blues y lo sigue siendo. La iglesia es hoy una especie de reserva para el blues, su refugio.
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