El Sindicato del Jazz Cubano de fiesta en el 44º Getxo Jazz
El sexteto de cubanos vecinos de Madrid montó una tremenda gozadera en el colmado Muxikebarri para presentar su disco 'Y llegó la luz', al cual trufaron de largos solos oscilantes entre la fusión y Broadway
El jueves, segunda de las cinco jornadas del 44º Festival Internacional de Getxo, se cumplieron las previsiones (¡y los deseos!) y el día cursó hacia arriba en transmisión y sabor durante los tres conciertos. A las 13 h, en el concurso, en el Muxikebarri, ante una treintena de almas, decepcionó por menguante, divagante y hasta hastiante el Alex Monfort Trio liderado por un pianista galo (5 piezas en 42 minutos, entre ellas una versión de Benny Golson).
A las 17 h, en el programa Tercer Milenio, antes unas 111 personas (numerosas amigas de los actuantes) repartidas por las 170 sillas de aforo limitado de la plaza Biotz Alai, marchó bien el concierto del cuarteto Baleen Lobak, liderado por el saxofonista bilbaíno mudado a Barcelona Gorka Benítez. Sonaron 10 variadas piezas en 65 minutos, con bastantes baladas, acercamientos al rock, al pop y a la fusión, melodías propias de series televisivas y la mayor ovación para el tema más distinto y dramático, con contrabajo tocado con arco y flauta, oscilando entre el cine de Ridley Scott y el de Morricone. Que la cosa fue bien lo prueba que el baterista getxotarra Borja Barrueta no dejó de sonreir.
Y el broche de oro lo puso el jueves al 44º Getxo Jazz el Cuban Jazz Syndicate en un Muxikebarri que agotó sus 391 butacas pandémicas sinovíricas en la venta anticipada. Por cierto: los conciertos estelares ya han agotado todos en la anticipada, o sea que no hay entradas hasta el bolo del domingo. En sexteto cuando participaba la cantante suavita, sensual y susurrante Miryam Latrece, quien en un par de piezas se puso aflamencada a lo Chambao, The Cuban Jazz Syndicate atacaron 7 piezas en 109 minutos que quitaban el sentido cuando tocaban todos los músicos a la vez y que cedieron bastante espacio para los solos individuales, llevándose la palma el bajista eléctrico con solos que partiendo de la fusión crecían hasta epatar al respetable, que a su vez cada título presentado por el baterista Michael Olivera ovacionaba con más tesón y longitud.
Presentó los siete temas Olivera. Y cinco caben en su álbum autoeditado 'Y llegó la luz', el cual escuchamos en Spotify según tecleamos estas líneas. El disco es muy distinto al directo, como sucede en la buena música y en las buenas bandas. Es que en el jazz a menudo los discos no se parecen en casi nada a las grabaciones. Y poniendo la única pega de ciertas dilataciones solistas, repasemos el repertorio del Sindicato del Jazz Cubano: abrieron con salsa deluxe, con la tremenda gozadera 'Para Tito Puente', donde ya se barruntó que habría pista libre a los solos de cada cual; y prietos, rodados y currados siguieron bullendo salseros en 'Mozambique', que no está en el disco y a la que aplicaron dos solos, uno de bajo fusionero que se acabó asentando y otro de trompeta muy Miles (oigan: sustituyendo al anunciado Carlitos Sarduy vino el francés Reynald Colom, quien actuó vestido de Jerry González).
El Muxikebarri era una fiesta, y a la tercera salió a escena Latrece y cantó 'Bolero danzongo' (que además tiene chachachá y son, adelantó Olivera, quien en esta pieza pidió a la parroquia «un corito muy sencillo y muy terapéutico»), y de seguido en el boogaloo dicoteque 'Saudade', y en el homenaje a Santana y a Tito Puente (¡el segundo!) por su 'Oye cómo va' que los sindicalistas han rebautizado como 'Mi ritmo' y donde Latrece se aflamencó a lo Chambao y el pianista Pepe Rivero coló un solo repicando en el 'Summertime'.
Y ya solo quedaban dos temas: 'Danza de carnaval', de 24 minutos, con un estupendo y creciente solo de Ariel Brínguez y dos más cargados (de humo) de bajo y batería (por cierto, Olivera al tocar parece que además de la batería lleva una percusión extra), y el bis, el segundo título ajeno al álbum 'Y llegó la luz', 'Pa Bebo', compuesto por el pianista Rivero en memoria de Valdés padre, un homenaje que se abrió con un prólogo colosal muy Broadway al piano.
Bolazo del Sindicato del Jazz Cubano, que estará en el Musikaire de Elorrio el viernes 23 de julio, con entrada libre. Hum…