'Romeo y Julieta', una apuesta hacia la modernidad cualitativa
Música y lírica luminosas, un vals ardiente, cuatro duetos amorosos y la misma tragedia o el mismo 'plot' shakespeariano que ha inspirado de Bellini a ... Bernstein, pasando por Berlioz y Gounod. Pues sí, la «Romeo y Julieta» de este último es de repertorio, representada con regularidad en los coliseos líricos de medio mundo, es decir, acorde con ese gusto clásico, conservador, que no arriesga con la ópera moderna, la del siglo XX y la de nuestros días, pero armónica con la apuesta de ABAO en sus últimas temporadas y también acorde con su estrategia dirigida a mantener a sus abonados, a aumentar la venta de entradas fuera de abono y a resistir con heroicidad hasta que se aclare o se mejore el respaldo de los poderes públicos a la ópera en Bilbao. Pero, incluso así, dígase que la magia resultante al intentar actualizar un texto clásico le da siempre un plus de modernidad a cualquier título de repertorio.
Piénsese que Shakespeare creó su tragedia amorosa para una arquitectura determinada -el teatro isabelino-, lo mismo que Gounod su partitura en el periodo del Segundo Imperio. Que la ópera de este último, de exigente escritura lírica y dramática, cuente con dos intérpretes consolidados y de prestigio -obligados a meterse en el papel de dos ardorosos adolescentes en una tragedia amorosa; y se desarrolle con una propuesta escenográfica moderna, constituye un reto o una apuesta que combina un objetivo de calidad contrastada en los papeles vocales principales, con otro de modernidad incipiente en el montaje o en la lectura del texto clásico. ¿Será exitosa la apuesta? Lo veremos muy pronto, aunque no hay duda de que la ABAO o, mejor dicho, la ópera en Bilbao, no tiene más margen, más posibilidades que seguir esta misma senda hacia una incipiente modernidad cualitativa. Por ahora, claro.
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