Carminho seduce a todo el Getxo Folk
Irónica y risueña al hablar, y trágica y teatral al cantar, la fadista lisboeta presentó por segunda vez en Bizkaia su disco 'Portuguesa', de nuevo con iluminación hipnótica
Sábado, cuarta jornada de las cinco que componen el 41º Festival Internacional de Folk de Getxo, y el concierto principal, el del Muxikebarri, se llenó ... en más del 90% para ver a Carminho, que probablemente dio el que será el mejor concierto de los cinco de abono. Simpática, pícara, muy comunicativa en castellano, flaquísima, morenísima y muy risueña cuando nos hablaba (pero muy dramática cuando interpretaba), explicó que este de Getxo (ella decía Bilbao, y nos contó que tiene una tía aquí, llamada Mercedes Bilbao) era el penúltimo de una gira de tres años basada en su sexto disco, 'Portuguesa' (2023).
Con este mismo repertorio la vimos el año pasado en la Sala BBK, en el reactivado ciclo 'Noites de fado', donde ofreció un concierto en quinteto de 97 minutos para 19 canciones ('Yo te quiero vida mía' de Sara Montiel a modo de representación del cancionero local, pues ayer explicó que le gusta cantar en cada país un tema en la lengua vernácula), con el aforo agotado (menor y en el centro de Bilbao) y con un estupendo rol de la luminotecnia, a ratos fascinante, como resultó también esta vez en Getxo, durante su show en sexteto (regresó con un músico más, al Mellotron) de 99 minutos para 18 piezas (esta vez el tema local fue el tradicional 'Loriak udan intza bezala', que lo interrumpió un par de veces porque no le salía bien y lo acabó a capela).
Gaur, Muxikebarrin, Getxo Folk jaialdiak musika doinuak dakarzkigu Portugaldik, fado garaikidearen ahots ezagun eta errespetatuenetariko baten eskutik: Carminho. pic.twitter.com/PsCNlt3Sne
— Getxo Kultura (@getxokultura) September 13, 2025
La luz creó la atmósfera necesaria para dejarse atrapar, absorber, por la fadista. El arranque con el foco a su espalda en 'O quarto', a la segunda, 'As flores', el foco abriéndose y ella cantando como si floreciera, a la tercera, 'As fontes', con sólo su cabecita linda iluminada y flotante cual trofeo entomológico… También llamaron la atención las sombras de sus cinco acompañantes en la pared, otros momentos con únicamente una raya (ora horizontal, ora vertical atravesando a la cantante con su luz), o sencillos colores ocupando todo el fondo: fucsia, azul, verde, ese rojo insidioso…
Buenas luces que acompañaron a la trágica cantante Maria do Carmo de Carvalho Rebelo de Andrade, una lisboeta de 41 años que se transformaba en una artista seductora cuando a veces hablaba entre canción y canción, siempre con esa sonrisa pícara en su cara. No en vano, a los 12 años ya actuaba en casas de fado, nos dijo. Su madre, la cantante Teresa Siqueira, puso su propia casa de fados y Carminho cantando ahí se sentía importante, conoció a Amalia Rodrigues, a Camané, y a muchos más, y se hizo profesional. Además, Carminho nos contó que su padre no canta, que es ingeniero, pero de buen oído, y que él sentenció que los fadistas también son los que saben escuchar, ergo nosotros, el público de Muxikebarri, también éramos fadistas.
Con muy buena acústica, los tañidos de los cinco músicos flanqueándola por detrás y esas luces hipnóticas, Carminho fue trágica hasta el tuétano ('Praias desertas'), se animó en una marcha popular ('Marcha de Alcántara de 1969', una de las cimas de la cita), ofició apasionada pero nunca se le notó la afectación ('Se vieres', la de que «si vienes, ven con amor, en caso contrario no vengas», como explicó al introducirla), cursó cadenciosa ('Deixei a mina casa', 'A bia da mouraria) y muy marinera ('Levo o meu barco no mar' para acabar en falso antes del bis), volvió a animarse al cantar sobre las maledicencias de los vecinos ('Malva-Rosa', «una chica que solo salía para ir al mercado y a misa…, ¿seguro?», antes había contado irónica que «en Lisboa hay gente que se sabe la vida de los demás, seguro que en Bilbao no pasa»; ah, otra pieza de temática similar fue 'Pedro solta', en la que Carminho cambió el género de la protagonista de la canción), y se despidió cantando una que hace desde los doce años pero que le hace sentir algo distinto en cada ocasión ('Penas').
Y en esa última antes del bis, esa marinera, halagó la seductora Carminho: «Son un público muy singular, y no lo digo todos los días. Son amantes de la música y de las performances, son generosos… Muchas gracias».
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