Los Brazos triunfando en la Noche de Reyes
El bafle ·
Los tres hombres vizcaínos generaron ardor en el lleno Kafe Antzokia durante el estreno de su quinto álbum, 'Universal', un catálogo de rock filoamericanoTodo salió bien el jueves, víspera de Reyes y con el Athletic goleando por la televisión al Eldense 1-6, durante el concierto de Los Brazos presentando en casa 'Universal', su quinto álbum en diez años de carrera. 500 almas acudieron puntuales al Kafe Antzokia, dieron palmas y coros cuando se lo pidieron, y acabaron coreando 'lololós' de estadio futbolero en 'Not my kind', la última de la veintena de canciones que tocaron en 113 minutos, todas en inglés y con un estilo claramente americanista, o filoamericano si prefieren, y bastante variado.
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Variado o diverso en los estilos, desde el blues y el boogie negros hasta el country y el rockabilly blancos, con importantísimo trabajo vocal del líder del power-trio William Gutiérrez y con cachos de canción reservados para sus punteos al cielo, épicos, espectaculares. Aparte, Los Brazos son más dinámicos en escena que Los Supersuckers (esos saltos al unísono cada dos por tres de los dos fortachones de delante, pues por detrás Koki Chamorro está atenazado a su batería), y atesoran una (mini) legión de fieles locales que les echaba de menos en la capital vizcaína desde la pandemia, una afición autóctona trufada de joveznos y de mujeres, entre ellas esa veintena que se subió al escenario a bailar durante la versión de John Fogerty 'Rock and roll girls', la penúltima de la noche.
Los Brazos, tres hombres, tres roqueros, tres vizcaínos, tres amigos, empezaron desgranando la novedad 'Universal' con aires de estadio, en plan Jet en la inaugural 'Afraid of the sun', a lo ZZ Top en 'Your game', tipo Tom Petty en 'They don't care'… Asentado y sólido el power-trio, funcionando como un máquina, siguieron facturando blues en plan Joe Bonamassa, country electrificado, rock irlandés entre contraluces de la plétora de focos en otra velada con luminotecnia que opacó más que abrillantó a los actuantes ('Magic', compuesta por Los Brazos para colaborar en la lucha contra el cáncer infantil, una enfermedad rara que se llevó a la niña Anita), funk vinculable a The Kinsey Report (en 'Juice', la canción favorita del bajista Txemi Gandara), y más gran rock melódico en la estela de Tom Petty ('Cold', una de las letras en inglés que explicó William al presentar algunas canciones).
Y en estas el que suscribe empezó a pensar que con el inglés Los Brazos se constriñen bajo un techo de cristal, se reducen a una minoría, y que en castellano podrían agotar dos noches consecutivas cada año el aforo del Kafe Antzokia como Los Zigarros valencianos hace poco (o los bilbaínos Doctor Deseo dentro de poco). Pero tales reflexiones se difuminaron cuando los tres hombres transitaron por el Himalaya de la velada mediante una terna con dos piezas rockabilly y una de boogie vía AC/DC que fueron '(Don't take it') Personally', 'Say my name' y 'Boogie'.
Y a partir de entonces el público del Antzoki, que ya estaba caliente, se desató hasta el final del bolo, del show, mientras recibía rock noventero a lo Sexy Zebras ('Wait a minute'), walking bass texano para otro tema benéfico o caritativo o donante ('Let me go', dedicado a la asociación que lucha con la ELA 'Dale candela', una de cuyas camisetas lució William al reaparecer en escena, pues con esta abrieron el bis), la fiesta de las mujeres que invadieron (con permiso, ¿eh?) el tablado durante la versión de John Fogerty, y el adiós lololó con el también citado 'Not my kind', colofón de un estreno en casa más que satisfactorio de 'Universal'.
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Un triunfo que se prolongó después del concierto, pues los tres estuvieron una hora en el puesto de merchandising, hasta la 1 de la madrugada, despachando material. Su producto más vendido fue el nuevo CD, 'Universal', ya saben. Si los buscan en las tiendas locales lo encontrarán.
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