El museo Balenciaga expone el fondo Riva

La muestra, que permanecerá abierta hasta el 31 de mayo, visibiliza, a través de 120 dibujos y documentos, el proceso de trabajo en la casa Balenciaga en las décadas centrales del siglo XX, «desde la conceptualización del diseño hasta su presentación, con una importante parte dedicada a la ejecución». Además de los bocetos realizados por diferentes manos y con diversas técnicas, se exponen los documentos privados y las anotaciones manuscritas de Cristóbal Balenciaga.

La exposición se abre con una colección de bocetos preliminares, dibujos sin anotaciones que representan ideas exploratorias sin que necesariamente lleguen a convertirse en piezas de la colección, en los que destaca el estudio dedicado al modelo 'semientallado', presentado en el verano de 1951 y que supuso un hito en la historia de la moda.

La parte más importante de la muestra corresponde a los bocetos de taller realizados entre 1956 y 1962. Estos dibujos «se caracterizan por presentar informaciones concretas sobre los modelos que la casa presenta cada temporada». Cada bosquejo incluye un número de registro, el nombre del 'première d'atelier' encargado de la ejecución y el nombre de la maniquí que lo presentó.

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Otro aspecto de la producción de la casa se refleja en las anotaciones manuscritas de Balenciaga, con modificaciones y aclaraciones sobre la construcción de los modelos. Hasta la presentación de la colección, cada diseño podía ser objeto de cambios puntuales, tanto en su ejecución como en su interrelación con otras prendas del conjunto.

La importancia del 'total look' está presente en el fondo a través de una pequeña serie de bocetos dedicados a complementos. Las anotaciones del puño y letra de Balenciaga determinando materiales y colores, al igual que la posición en la que sombreros y tocados debían colocarse, evidencia la intervención del modista en todo el proceso creativo.

Riva, que a sus 84 años acudió a la presentación desde su residencia de Monza, trabajó como director artístico de Balenciaga entre 1980 y 1982 y para su salida de la empresa, que estaba negociando su venta, acordó una indemnización económica y otra en especie, que es precisamente este archivo. Dibujos que permanecerían cerrados en una serie de cajas hasta 2021. «Eran preciosos y me alegré de haberlos salvado, eso me bastó», señaló. «Estoy muy contento de que los dibujos se conserven ahora en el museo. Es el lugar correcto, serán estudiados y valorados como se merecen. La moda no es solo un negocio, es historia, un reflejo de la sociedad del momento», ha concluido Riva.