Miguel Hernández viaja de la tierra al cielo en Pabellón 6
Unai Izquierdo integra su poesía en su vida en una obra que estará en cartel hasta principios de julio
«Lo bueno que tienen las historias reales es que a veces superan la ficción», dice el dramaturgo, actor y periodista Unai Izquierdo. La poesía ... era el destino de Miguel Hernández (1910-1942) a pesar de que nació «con el viento en contra» en una familia de Orihuela dedicada a la cría y el pastoreo de cabras. «Su padre le prohibía que leyera, pero él creía en sí mismo y decidió apostarlo todo». Se empapó de los clásicos en la biblioteca del canónigo Luis Almarcha y se convirtió en un autor «vinculado a la tierra, lo artesano, lo rural», como refleja la obra que se ha estrenado esta semana en Pabellón 6.
El biopic es un género cinematográfico que en teatro utiliza otros recursos y cuenta con un público cómplice. «Consigue que viajes con el protagonista porque está a dos metros», asegura el autor de 'Ocaña', que también rindió homenaje a Dalí y a Gloria Fuertes. Él mismo interpreta al poeta, mientras Irene Bau, Alfonso Díez y Yeray Vázquez van cambiando para encarnar «a los personajes importantes de su vida».
La trama abarca desde su infancia hasta su muerte lenta a los 31 años. «Le hicieron procesionar por las cárceles, a mí me parece que no hay mayor tortura que esa», incide. Muestra su compromiso político y sus relaciones con otros poetas. «Lorca le menospreciaba un poco y Alberti no se portó bien con él. Le ayudaron Pablo Neruda y Vicente Aleixandre, que siempre estuvo ahí».
El montaje, dirigido por Gorka Martín, cuenta con música en directo -guitarra y percusión- y una escenografía sencilla. Los actores pisan la tierra aunque la obra se titula 'Miguel Hernández, que estás en los cielos'. Es una forma de rendirle honores y de recordar la importancia que tuvo la religión en su vida. «Al principio hacía una poesía rudimentaria, muy religiosa», explica Izquierdo. «En su primer viaje a Madrid, Pablo Neruda le dijo que escribía bien, pero que tenía que dejar todo eso y fijarse en las nuevas tendencias».
Alejarse de la Iglesia le enfrentó a su amigo Ramón Sijé, que siempre será «compañero del alma» para millones de lectores. También discutía con su mujer, Josefina Manresa, andaluza de Jaén «casta y sencilla», que era muy religiosa. Ella siempre defendió su legado, aunque apenas pasaron juntos un año entre cartas y ausencias.
Los versos se integran en la obra de forma natural, algunos convertidos en canciones y otros dramatizados. El autor se ha basado en la biografía de José Luis Ferris y artículos de investigación. También ha explorado su propio álbum familiar y ha pensado en su abuela Benita, «que se quedó viuda y crió seis hijos en Leioa en la posguerra. Ella era analfabeta, pero mi tío Rafa, activista político y cultural, le leía poemas de Miguel Hernández».
Recital de Ramón Barea con otros Cómicos de la Legua
Miguel Hernández se ha instalado en Pabellón 6 en el 80 aniversario de su muerte. En paralelo a la obra, Ramón Barea ofrece recitales de poesía los domingos a mediodía -mañana y el 19- con acompañamiento musical y algunas sorpresas. Al de mañana se sumarán otros fundadores de Cómicos de la Legua, embrión del teatro vasco independiente. A finales de los sesenta hacían recitales clandestinos de Miguel Hernández «en asociaciones de barrio e iglesias con curas obreros» y conocieron a su viuda.
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