Santiago Posteguillo se consagra con el retrato de una mujer con ambiciones

Ayanta Barilli (Roma, 1969) ha quedado finalista con 'Un mar violeta oscuro', «una historia de supervivencia, lucha y superación de tres generaciones de mujeres de la misma familia, a las que una figura masculina despiadada aboca a la locura», según sintetizaron ayer fuentes de la editorial. Actriz, directora y productora, hija de Fernando Sánchez Dragó, se llevará 150.250 euros por esta novela.

Sorprendió más ayer en Barcelona el nombre de Barilli que el de Posteguillo, aunque el lugar reservado para el finalista siempre tiene algo de apuesta. Si bien tiene una larga carrera como actriz, con trabajos a las órdenes de Emilio Martínez Lázaro y Gonzalo Suárez, 'Un mar violeta oscuro' significa el debut literario de esta polifacética mujer conocida también por sus programas radiofónicos de sexo. Su padre ganó el premio en 1992 con 'La prueba del laberinto' y quedó finalista dos años antes con 'El camino del corazón'.

Por contra, a Posteguillo le favorece la lógica para explicar por qué ha ganado el premio. Inició en Ediciones B una carrera literaria ligada a personajes e historias de la Roma clásica. La fórmula le ha funcionado siempre bien y en 2011 la llevó a la editorial Planeta con los mismos resultados. Surgido en la época en que arrasaba la novela histórica, a mediados de la primera década del siglo XXI, sus libros se venden sin tregua y tiene un público muy fiel: una garantía ahora sellada con los más de 200.000 ejemplares que la editorial convocante sacará de 'Yo, Julia' a principios de noviembre.

Profesor de literatura inglesa en la Universidad Jaume I de Castellón, el autor valenciano ha trabajado hasta ahora agrupando sus obras en trilogías. Comenzó con la novela 'Africanus: el hijo del cónsul', situada en la Roma del siglo III antes de Cristo C, entonces asediada por los ataques del cartaginés Aníbal. El autor narra el crecimiento de la persona que llegaría a derrotarle, Escipión El Africano, un general que actuaba con más ingenio que fuerza y que llegó a convencer a sus soldados de que él recibía órdenes directas de los dioses romanos, que convenientemente trasladaba a sus tropas.

Posteguillo ya mostró entonces que dominaba bien las claves de la novela histórica, con personajes principales pertenecientes a grupos enfrentados y caracteres distintos, conocimiento exhaustivo de la época y pulso para la acción a toda velocidad. El escritor continuó con Escipión en 'Las legiones malditas' y en 'La traición de Roma', una especie de recuento final del personaje en el que reflexiona sobre su familia y sus amigos, así como sobre el general cartaginés con el que tanto había luchado. A esta trilogía sobre El Africano siguió la referida al emperador Trajano, compuesta por los títulos 'Los asesinos del emperador', 'Circo máximo' y 'La legión perdida'.

Con el Planeta bajo el brazo, Posteguillo se coloca en un lugar quizá más visible del que tenía antes, si bien el éxito es ya para él una historia antigua. Al contrario que con Barilli, aquí la editorial apuesta sobre seguro.