Los clásicos siguen rompiendo esquemas
El humor en Platón y el gancho de Terencio. Expertos de la UPV/EHU investigarán en la obra de ambos autores gracias a un programa de la Fundación BBVA
Los clásicos de la Antigüedad tenían mucha marcha. Así lo defendió en su día Santiago Auserón, exlíder de Radio Futura, en su tesis doctoral 'Música ... en los fundamentos del logos'. Y también lo cree Javier Aguirre Santos (Zaragoza, 1959), reconocido melómano y miembro del tribunal que le puso nota. El cantante recibió un merecido 'cum laude' al demostrar, entre otras cosas, que los filósofos como Platón tienen un oído finísimo. «Por supuesto que sí. Era un pensador que sabía captar todos los matices. ¡Y no solo en la música! Trabajaba las palabras como un poeta y dosificaba el humor con maestría», elogia Aguirre Santos.
Una faceta que este profesor del Departamento de Filosofía de la UPV/EHU lleva tiempo reivindicando, junto a su colega Jonathan Lavilla de Lera (Pamplona, 1987), del Departamento de Filosofía de los Valores y Antropología Social. Hace dos años coeditaron un libro sobre el humor platónico y ahora se disponen a trabajar en una obra de más envergadura gracias al Programa Logos de la Fundación BBVA, que repartirá 1,2 millones de euros entre 31 investigaciones de Estudios Clásicos. «Hemos solicitado 6.800 euros. Una cantidad que nos permitirá publicar un libro y seguir profundizando. Todo ello poniendo el foco en un Platón abierto y autocrítico», advierte Aguirre Santos.
Hay quienes piensan que el poeta siciliano Sofrón, conocido por sus obras de carácter costumbrista, pudo influir en el estilo del filósofo. En los diálogos de Platón no faltan chascarrillos y parodias. Lo mismo se hace mofa «de un tal Estesíleo, el típico fantasmón» que se presenta «a un Alcibíades ebrio en casa del poeta Agatón». Eso sí, más allá de la carcajada fácil, en los textos del autor de 'La República' siempre hay un objetivo elevado: la virtud y la justicia.
El Programa Logos, dirigido a impulsar los estudios clásicos, financia 31 investigaciones con 1,2 millones de euros
Ahí reside el genio y la dificultad del filósofo. ¿Cómo hay que interpretar su obra? Durante siglos ha dominado el planteamiento neoplatónico, que ha servido para consolidar la doctrina de la Iglesia y presentaba a Platón como un pensador dogmático, algo así como un precursor de la teología cristiana. «Pero hace tiempo que existen más enfoques. Hay quienes lo ven como un escéptico porque la mayor parte de sus diálogos parecen aporéticos (sin salida racional). Y otros apuestan por la tercera vía, es decir, creen que en su pensamiento hay elementos doctrinales, sí, pero que no enseña dogmas sino que te desafía. Te exhorta a pensar por ti mismo», reflexiona el compañero de equipo de Santos Aguirre, Jonathan Lavilla de Lera.
De entre los proyectos que respalda la Fundación BBVA también destaca la propuesta de otro profesor de la UPV/EHU, Iñigo Ruiz Arzalluz (Azkoitia, 1963). Catedrático de Filología Clásica, su interés como investigador se centra ahora en los comentarios de finales del siglo XII y principios del XIII a Terencio, el famoso autor latino al que tanto admiraba el escritor Ramón Moix, de ahí que no dudara en cambiarse el nombre y hacerse llamar Terenci. «Siempre ha sido muy reconocido. Terencio el comediógrafo por excelencia hasta el Romanticismo», reconoce Ruiz Arzalluz.
El funcionario de la cancillería
Seguir el rastro de los textos glosados de Terencio es una proeza digna de Indiana Jones. Pero sin espectáculo, fanfarrias o alfombras rojas. Es una labor discreta y meticulosa. «La mayoría de los manuscritos de la Edad Media no se parecen en nada a los códices lujosos que se exponen en los museos. Son pequeños, con letra diminuta, márgenes aprovechados y abreviaturas. Eso era lo que leían los particulares en aquellos tiempos. Hace tres años me pasé dos meses en la Biblioteca Vaticana con un lupa en la mano izquierda y la derecha en el teclado del ordenador para copiar lo que veía». Un trabajo de campo que, además, puede llegar a implicar muchos gastos.
El acceso al material encarece las investigaciones, un obstáculo que ahora ha conseguido superar en parte. La Fundación BBVA le ha concedido 13.000 euros y se le nota ilusionado. Sabe que basta con tirar del hilo para encontrarse con sorpresas: «¡He descubierto un manuscrito del archivero de la Cancillería Real de Barcelona! No solo era un funcionario de alto rango sino que además leía mucho. Suyo es el único manuscrito de origen hispano en el que voy a trabajar. Es de mediados del siglo XV y se encuentra en Venecia».
- ¿Cómo se llamaba aquel funcionario?
- Jaume García o Iacobus García, según firmara en catalán o latín. Era un hombre solitario y nada pelota. Un personaje interesante.
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