La agonía de Mongolia
Zigor Aldama presenta el viernes en la Feria del Libro su última obra, un ejemplo del periodismo pausado que supera la inmediatez
Por aquí se habla mucho de la EspPor aquí se habla mucho de la España vaciada, de ese éxodo que parece que nunca acaba del ... campo a la ciudad -iniciado hace décadas y que continúa dejando los pueblos sin apenas vecinos-, pero para éxodo el que se vive entre los nómadas de Mongolia, tal y como cuenta el periodista Zigor Aldama en su libro 'Adiós a Mongolia' (Península). Si todo sigue como hasta ahora, en unas décadas no quedará ni rastro de un pueblo que en los últimos siglos había cambiado bien poco.
«Tienen placas solares y el Gobierno les ha llevado teléfonos de satélite para que estén comunicados y para facilitarles algo la vida, y los estudios, pero sigue siendo una existencia muy difícil, sin ninguna comodidad, con los vecinos a treinta o cuarenta kilómetros... y es normal que los jóvenes, cuando salen a estudiar fuera de su ámbito, quieran otro tipo de vida», explica Aldama, que visitó el país por primera vez en 2006 y ha vuelto en varias ocasiones.
«Es un país muy interesante, que vive una gran trasformación social, pero China se lo come todo informativamente»
Cuando se alojaba con los nómadas, comprobaba que en aquellas familias quedaban niños muy pequeños y personas muy mayores, que los más jóvenes ya se habían establecido lejos buscando las comodidades de la ciudad y la posibilidad de tener relaciones sociales que en sus lugares de origen no pueden darse. «Es un país muy interesante, que vive una gran trasformación social, pero China se lo come todo informativamente porque tiene impacto en nuestras economías».
Cosas en el tintero
Por eso, los temas relacionados con Mongolia, como esa desaparición anunciada de los nómadas, se le solían quedar en el tintero cuando era corresponsal; como mucho, podía contarlos en dos o tres páginas de suplemento semanal de vez en cuando. «Te quedan por contar muchas cosas de interés. Es lo que quieres como periodista, y en lo que el lector, el buen lector -el que no solo lee titulares-, quiere indagar». Será por eso que se publican tantos libros de no ficción escritos por periodistas. Se trata de la oportunidad de ejercer un periodismo más pausado, de profundidad, que ayude a entender algo de lo que ocurre en el mundo.
En esta Feria del Libro hay varios ejemplos. El viernes Aldama charla en la carpa (18.30 h.) con Mikel Reparaz, autor de 'Las grietas de América', un recorrido por Estados Unidos que puede ayudar a entender una sociedad dividida por el conflicto racial. Hoy mismo, el periodista Ander Izagirre habla sobre 'Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey', una colección de historias sobre la historia de la ronda italiana; el mismo autor el año pasado publicaba 'Los sótanos del mundo', sobre el mundo que descubrió al enrolarse hace veinte años en la expedición Pangea, nueve meses viajando a las depresiones más profundas de la Tierra.
Y, a comienzos de semana, June Fernández, una de las fundadoras de Pikara Magazine, se citaba con Uxue Alberdi para tratar precisamente de ese cruce entre periodismo y literatura. Fernández es autora de '10 ingobernables', historias de transgresión y rebeldía, y Alberdi, del ensayo 'Kontrako eztarritik', sobre las mujeres en el mundo del bertso, y de 'Dendaostekoak', la crónica literaria sobre las muchas décadas que lleva abierta Pitxintxu, la librería y tienda de regalos que su madre y su tía tienen en Elgoibar, y cómo estas dos mujeres conquistaron su libertad por medio de su trabajo. Son libros que aportan mucha información sin olvidarse del tono literario.
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