«No imagino mi futuro sin el teatro»

«He sentido la magia de la que me habían hablado», comentaba ayer Sagardoy con mucho calor y pocas horas de sueño. Para él este papel supone «salir de la burbuja» del Goya. «Tenía que arriesgarme». Es la primera vez que crea un personaje en castellano -'Obabakoak' empezó en euskera- y también su primera tragedia. Durante dos meses han ensayado en Carabanchel -los fines de semana volvía a Durango- para contar una historia clásica con lenguaje contemporáneo, que ha puesto en pie al exigente público del festival.

'Fedra', en cartel hasta el domingo, ha sido el estreno más concurrido en el que, con casi 3.000 localidades, es el teatro con mayor aforo de España. La ola de calor que azota la capital extremeña llenó las gradas de abanicos y provocó una lipotimia a Lolita Flores tras el ensayo general, aunque eso no le impidió triunfar con su pasional interpretación de Fedra. Los críticos han elogiado el trabajo de un elenco «de nivel». Sagardoy, que encarna al hijo de Fedra y Teseo, empeñado en mantener el buen nombre de la familia, destaca en las escenas en las que se enfrenta a su hermanastro Hipólito. «No parecía que fuera su primera obra en este escenario», comentaba una cronista local.

A sus 24 años, es el benjamín de una compañía que ha logrado «sintonía entre distintas notas», según el director Luis Luque. En los ensayos «juego mucho con ellos, hacemos improvisaciones poéticas», explica. En Eneko Sagardoy aprecia «una luz que tiene mucho que ver con la tierra vasca. Hay en él una energía que viene de sus ancestros y la tiene a flor de piel». Trabajar con él le dio la idea de incluir elementos de txalaparta en la banda sonora del montaje. Han formado equipo «y nos hemos reído mucho. Yo le decía 'bienvenido a España'. Al final yo soy un poco más vasco y el un poco más madrileño».

El joven durangués cuenta que al pisar este escenario, esas «piedras» de las que tanto se habla en la profesión, se sintió «como en el mar, cuando tu cerebro no asume lo grande que es ni hasta dónde alcanza». De algo está seguro. «No imagino mi futuro sin el teatro». Licenciado en Comunicación Audiovisual, empezó a actuar en la ikastola de Durango, «uno de los pocos centros de Euskadi donde es materia obligatoria». Un aprendizaje que él siempre aconseja porque «aunque no te dediques a esto, te ayuda a conocerte a ti mismo».