«El humor sirve para indagar en la condición humana»

Vilas, que ayer estaba en Bilbao para participar en el festival JA!, se enfrentó durante años al capitalismo desde esa perspectiva. Sus novelas, antes de 'Ordesa', fueron «exploraciones» de ese sistema único que rige en el mundo –ya no queda otro, dice– y que viene a ser a lo contemporáneo lo que el Renacimiento fue allá por el siglo XV. «El capitalismo es el gran tema que nos ocupa a todos».

Solo hay un rincón en el que no se ha colado, explica. En la relación entre padres/madres e hijos/hijas. No funciona si se alteran los factores; ha de ser en ese orden, porque a la inversa ya se empieza a hablar de un coche como regalo, de si es más barato contratar a una mujer que cuide del viejo o meterlo en una residencia y de la herencia. Es «en el amor del padre al hijo donde no caben las leyes del mercado, ahí hay un reducto moral biológico donde no puede entrar. Es el misterio», señala. Y él escribe para desentrañarlo un poco.

Su próxima novela, que está ya en manos de su agente, explora esta relación que es «como una bomba biológica, una fuerza poderosa, un amor incondicional que pervive». Es el camino que encontró escribiendo 'Ordesa', aquella narración sobre la pérdida, el dolor y la historia familiar que publicó hace casi dos años y con la que recibió tan buenas críticas. El libro hablaba de él, de sus padres y de sus hijos, de una España que ya no existe, de una generación anterior a la suya desde el duelo y con la memoria como herramienta principal. «Es la poética que lleva la gente en el corazón, sin la memoria no se completa bien la vida».

El humor sigue en su sitio, claro, pero desde 'Ordesa' no en las novelas. Y atención lo que dice del que se gastan los aragoneses: es tremendo, arrasador, devastador, no tiene límites. «Se ríe de todo, de uno mismo, de la familia y hasta de la Virgen del Pilar... pero eso solo lo podemos hacer los aragoneses, ¿eh?». Y entre ellos, que los de fuera, si los oyen, «creen que eres un monstruo».