David Bailey, el chico malo que reventó las costuras de la moda
La Fundación de Marta Ortega ofrece la primera gran exposición en España del genial fotógrafo británico / Ladrón sonrisas de majestades satánicas y reales, retrató los burbujeantes y locos 'Swinging sixties'
«Le preguntó a la reina si sus joyas eran auténticas e Isabel II se desternilló». Fenton Bailey, hijo de David Bailey, el genial retratista de la moda, el rock, el arte y el cine, cuenta como su padre logró así el único retrato distendido y risueño de la muy seria soberana británica. Convirtió a la reina en una entrañable y divertida abuelita de 88 años cuando él tenía 76. Era 2014, y para entonces todo el quién es quién del 'star system' había posado ya para Bailey (Londres, 1938), un osado y genial retratista de lo esencial que reventó las costuras de la moda y asaltó sus buenas costumbres poniéndolas patas arriba.
De sus satánicas majestades, los Stones, a Bob Dylan, los Beatles, los Who, Elton Jhon, Bob Marley o Miles Davis, pasando por todas las supermodelos de la época hasta Kate Moss y actrices como Catherine Deneuve, -una de sus cuatro esposas-, Fellini, Andy Warhol o los españoles Chillida, Buñuel, Dalí o Joaquín Cortés. A todos arrancó una sonrisa ese «malote» del East End londinense, el más famoso fotógrafo de su generación, una «bomba sexual» en su juventud que a sus 87 años aún dispara cordialmente y roba sonrisas con su cámara, según su hijo.

Uno de sus últimos retratos es el de Marta Ortega, mecenas y madrina de 'David Bailey's Changing Fashion', la muestra que repasa seis décadas de la carrera del fotógrafo hasta el 14 de septiembre el Muelle de Batería de La Coruña. Es la primera gran exposición en España del iconoclasta Bailey y reúne más de 140 fotos, algunas inéditas, gracias a la Fundación Marta Ortega Pérez (MOP).
Supone una celebración de la alegría de vivir, del glamour y la burbujeante energía de las locos 'Swinging sixties', los años 60 y 70 del siglo pasado a través de la mirada divertida, pícara y cómplice de Bailey. «Es un fabuloso retratista que tiene que se mira e Picasso», según Tim Marlow, comisario de la excepcional muestra junto a Fenton Bailey. Arranca con una secuencia de fotos de Jean Shrimpton, icono de la efervescencia londinense que Bailey orquestó. Fue pionero en abrir las puertas del estudio y llevar a las modelos a la calle, a escenarios reales, ya fuera urbanos o salvajes.
Catapultada por su trabajo para Bailey y la minifalda de Mary Quant, la elegantísima Shrimpton encadenó portadas de de Vogue, Harpers Bazaar, Vanity Fair, Elle, Newsweek y Time. Fue la primera cara de la revolución creativa que impulsó a la vibrante escena londinense.
Un astro
La exposición presta especial atención a 'David Bailey's box of pin-ups', mítico portfolio de 1965 con 36 miembros de las tribus londinenses de músicos, cineastas, artistas, actores o mafiosos: de Mick Jagger a Rudolf Nuréyev, pasando por, Michael Caine o Cecil Beaton y hasta los conocidos gánsteres Ronnie y Reggie Kray, todos miembros del círculo de Bailey. Capturó a las estrellas de la época con su cámara, y él mismo fue la primera 'rock star' de la fotografía.

Todos desfilaron por su estudio, donde se vivía sin complejos el 'sex & drugs & rock & roll». «Si el estudio de Irving Penn era una catedral, el de David Bailey era un bar de copas. una discoteca», dijo Diana Vreeland, una de sus editoras en Vogue, revista para la que hizo más de 350 portadas. En la muestra se recrea su caótico ambiente a través una de todo tipo de objetos de sus viajas cámaras a loros disecados o máscaras tribales.
¿Pasaría hoy Bailey el juicio del 'Mee too'?, preguntamos «Las relaciones en la movida londinense eran más abiertas, y las de Bailey con sus modelos siempre fueron consentidas», dice Marlow, director del Design Museum de Londres. «Sus ex siempre se han llevado bien con él; han sido felices. Las mujeres le adoraban. Ellas querían ser fotografiadas y él amaba a sus parejas. Ha estado con mi madre -Catherine Dyer- durante 40 años. No conozco muchos hombres cuyas ex no tengan nada malo que decir», apunta su hijo.
Fenton estuvo en la sesión en la que su padre fotografió a Isabel II. «Bromeaba con la reina, como con todos sus modelos. Fue honesto. Siempre decía la verdad, como si tuviera el síndrome de Tourette, pero sin palabrotas. Ella le dijo que era un 'cheeky chappie' un gamberrete, un chico malote. Fue su naturalidad lo que logró esa foto», resume Fenton Bailey. «Acostumbrada a tratar con personas envaradas, la reina podía detectar la autenticidad a kilómetros y la percibió en mi padre», explica.
«Idolatraba a Picasso por su capacidad para reinventarse constantemente y por la falta de reglas creativas. Básicamente es lo que él hizo», asegura Marlow . «De Dalí no le gustaba tanto su pintura como su figura. Creía que Dalí era una obra de arte en sí mismo», agrega.
Deseo sin porno
Su objetivo era ser esencial. Quería desnudarlo todo, simplificarlo y eliminar lo que distrajera. De ahí sus fondos blancos», destaca el comisario. «Sus desnudos son obras de arte, no están tan sexualizados como ahora. Juega con la belleza y el deseo asociado a la ropa. No hay pornografía en sus imágens», sostiene Marlowe.

«Las fotos que tomo son simples y directas, y son sobre la persona que estoy fotografiando, no sobre mí. Paso más tiempo hablando con ella que haciendo fotos», dijo Bailey sobre su proceso creativo Su complicidad con el modelo «es decisiva» confirma Marlow.
«Es divertido, y natural y se ve en todas sus fotos, aunque a veces podía ser un poco cabrón» dice su hijo. Revolucionario, arrogante , pícaro, grosero, brillante, exasperante, egoísta y encantador son adjetivos que manejan quienes le conocieron. A Kate Moss trabajar con él era «como atrapar un relámpago en una botella». Excéntrico y divertido, obsesionado con las aves, llegó a tener sesenta loros e inspiró al director italiano Michelangelo Antonioni, quien en 1966 'Blow up' «una película que nunca le gustó», dice su hijo.

Esta es la quinta de las grandes exposiciones fotográficas presentadas por la Fundación MOP, tras las dedicadas a Peter Lindbergh, Steven Meisel, Helmut Newton e Irving Penn.
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