El cómic aporta un nuevo sabor a la Azoka
Este viernes se presenta 'Txakomic', que recorre la historia del txakoli dentro de una tendencia de culto a la gastronomía
El culto a la gastronomía no para de crecer en nuestra sociedad. Su presencia se extiende a otras disciplinas, entre ellas el cine y el ... cómic, con sonadas colaboraciones cruzadas. El iconoclasta Álvarez Rabo se juntó con Aduriz para firmar el libro 'Los bajos de la alta cocina' y Javirroyo prestó sus dibujos a David de Jorge y Martín Berasategui. Son muchos los manga publicados con recetas japonesas y hay más de una lectura recomendable cuyas viñetas giran en torno a comer y beber, como 'Los ignorantes', de Étienne Davodeau. El autor y divulgador vasco Kike Infame tuvo la idea de fusionar el txakoli con la historieta, organizando varias actividades bajo el lema 'Txacomic'.
Esta iniciativa ha derivado en la publicación de dos referencias en papel: 'Txacomic! La verdadera y casi definitiva Historia del txakoli de Bizkaia según la profesora Parrapuis Zerratia' e 'Historias con sabor a txakoli'. La propuesta surge de la colaboración entre el Museo del Txakoli-Txakolingunea, la Asociación Mendibile Jauregia, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina y la Asociación de Desarrollo Rural de Uribe, Jata-Ondo.
'Txacomic! La verdadera...' que se presenta este viernes a las 18.30 horas, con dibujos de Infame, guion de Mikel Begoña y color de Daniel Gojénola, investiga el origen del txakoli de Bizkaia, que forma parte de nuestra identidad. El libro es un viaje a través de la prehistoria, la época romana, la Edad Media y los tiempos modernos. El proyecto «surge durante el montaje de la exposición 'Komikia. El comic vasco' en el Museo del Txakoli-Txakolingunea, gestionado por la Diputación», explica Aixa Gaztelu Argintxona, directora técnica del propio museo. La muestra fue comisariada por Kike Infame y Mikel Begoña. «Nos pareció interesante unir el txakoli con el cómic, en principio dos mundos que no tienen mucho que ver». No es habitual disfrutar de una cata y vivir en directo la experiencia de ver a ilustradores dibujando.
«Por lo general solemos dibujar en la intimidad, en nuestra mesa y resulta muy bonito ver cómo la gente disfruta del dibujo en directo. Se crea una atmósfera mágica». Unir temáticas aparentemente alejadas le viene bien al cómic para una mayor divulgación. «Y al txakoli para acercarse a públicos diferentes que quizás no conozcan mucho sobre este vino tan especial», subraya AixaGaztelu Argintxona. «Cuando comenzamos a investigar descubrimos que la palabra viñeta proviene de la palabra francesa 'vignette', que es diminutivo de 'vigne' (vid, viña). Unir el arte secuencial y el vino ya se había hecho anteriormente, por ejemplo en 'Vinomics. Relatos gráficos con sabor a buen vino', publicación de Norma Editorial que contó con el talento de Albert Monteys, Deamo Bros y Manel Fontdevila, entre otros artistas. Para Kike Infame, «el txakoli y el cómic son dos mundos condenados a entenderse, con elementos en común. El txakoli tiene que superar un prejuicio, el del vino joven que se hacía en sus orígenes. Del mismo modo, el cómic ha buscado durante décadas el prestigio cultural, enfrentándose igualmente a prejuicios que, afortunadamente, se van superando». Durante el proceso de creación, han recorrido bodegas y se han reunido con productores para conocer de primera mano la historia del producto.
El otro lanzamiento en paralelo, 'Historias con sabor a txacoli', cuenta con una importante alineación de dibujantes vascos implicados: Higinia Garay, Josune Urrutia, Gastón, Adur, Iñaket, Raquel Alzate, Álex Orbe, Pedro J. Colombo y Aintzane Landa. Sus páginas narran, con diferentes personajes, historias relacionadas con el caldo. El resultado lleva tiempo publicado en la web del Museo del Txakoli-Txakolingunea y de la Denominación de origen Bizkaiko Txakolina, ahora también en formato impreso. «Hemos intentado que haya una muestra representativa de las diferentes sensibilidades que hay ahora mismo en el cómic vasco», indica Infame.
El objetivo es que estas obras «puedan llegar al público del cómic y al amante de la cocina». ¿Puede ser extensible esta idea a otros ámbitos de la cultura vasca? «Sin ninguna duda», contesta la directora del museo. «A través del dibujo se agiliza el entendimiento y se llega a todos los públicos». «Hace años entendí que el dibujo es un arma capaz de llegar a todas partes», concluye Infame. «No hay nada que no se pueda contar con un dibujo. Tiene algo de mágico y el hecho de realizarlo en vivo es algo que el público agradece porque no está habituado. En estos tiempos de inteligencia artificial poner en valor la mano del artista, incluso su error, es una necesidad».
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