Ramón Barea recibe el Premio de la Unión de Actores, de la que se borró como protesta

A sus 73 años, Ramón Barea vive sin duda la etapa más fecunda de su carrera. Su entrega a la aventura de Pabellón 6, el Off Broadway bilbaíno que levantó de la nada en 2011, no le impide desarrollar una frenética trayectoria en cine, teatro y televisión. Tras su nominación al Goya por 'Cinco lobitos', la primera que recibía tras llevar haciendo películas desde 'La fuga de Segovia' en 1981 junto al llorado Álex Angulo, Barea ha logrado el Premio de la Unión de Actores y Actrices en la categoría de mejor intérprete de reparto en cine.

La ópera prima de Alauda Ruiz de Azua no para de proporcionarle alegrías al actor bilbaíno, que encarna en el filme al padre de la protagonista, uno de esos vascos que se guardan todo para dentro, poco acostumbrado a verbalizar las emociones, como casi todos los hombres de su generación. Tras la alegría de ser aitite por primera vez, Koldo siente que su vida se derrumba cuando su mujer cae enferma (Susi Sánchez, ganadora del Goya por su papel). Sin hablar demasiado, característica también muy vasca, el personaje de Ramón Barea conquista al espectador por su naturalidad y verdad. Como cuando se queja del calor en Madrid o en la emocionante escena en la que canta en un txoko.

«Recibir un premio de los compañeros siempre es especial», admite Barea, que dirige y protagoniza estos días en el Teatro Arriaga la adaptación de 'La lucha por la vida', de Pío Baroja. «Curiosamente, yo no soy miembro de la Unión de Actores de Madrid, que concede los premios, ni de la del País Vasco. Me borré hace unos meses al notar un vacío enorme cuando yo me planté ante el Centro Dramático Nacional reivindicando los derechos de los actores de la periferia (el actor abandonó en marzo de 2021 las representaciones de 'Shock' por el retraso de un mes en el cobro del sueldo y la ausencia de dietas para los intérpretes de fuera de Madrid). Hubo un silencio demasiado grande de la Unión de Actores del País Vasco. De momento, estoy un poco enfadado con ellos, pero mira qué sorpresa, allí me quieren y aquí me ignoran. Se me pasará».

Ramón Barea reconoce que «siempre se filtran cosas» cuando se interpreta un personaje que comparte características con la persona. «Haces de padre de familia, de abuelo, de vasco... Yo no soy del todo como Koldo, pero sí lo reconozco en mi generación y en compañeros que han tenido un recorrido vital parecido», explica. Lo que ocurre es que yo estoy separado de esa generación, no me acabo de colocar ahí. Por ejemplo, no reconozco las músicas que pertenecen a mi edad y me gustan otras. Tengo una desorientación generacional, pero en cualquier caso Koldo es un personaje que existe».

Para el actor bilbaíno, 'Cinco lobitos' le empezó a dar alegrías desde el mismo rodaje. «Cuando leí el guion pensé que algo tan bonito solo podía salir bien», recuerda. «Pero no me esperaba para nada que podría pasar algo de lo que ha pasado. Un viaje lleno de emociones que todavía dura, porque la película irá a Nantes, está en los Premios Platino... Son cosas que pasan muy de vez en cuando. Para todo el equipo está siendo un disfrute». Barea echa la vista atrás y contempla una carrera «sin grandes sobresaltos, pero fecunda, con grandes subidones y bajadas de trabajo». «Pero es cierto que los últimos años, con películas como 'Negociador' o 'La boda de Rosa', es como si tuviera al santo de cara. Supongo que es el fruto de toda una trayectoria. Mi recorrido, pese a los momentos espantosos, ha sido dulce, no me puedo quejar en absoluto. Y ahora es como si me quisieran pasar demasiadas cosas dulces».

Ramón Barea recuerda que no está jubilado, «con lo cual mi sitio de felicidad es poder estar en una peli, en un escenario o inventarme un proyecto como Pabellón 6». «Lo llevo en la sangre. Al final, esto de los artistas es un camino para canalizar una patología, no sé cuál exactamente. El mundo del arte es una manera de conducir inquietudes, miradas, sensaciones. Y ahí estoy».

'Cinco lobitos' y 'As bestas' fueron con cuatro galardones cada una las grandes triunfadoras de la 31 edición de los Premios de la Unión de Actores y Actrices, que se entregaron en la noche del lunes en el Teatro Circo Price de Madrid. La mejor actriz protagonista fue Laia Costa por 'Cinco lobitos' y el mejor actor, Denis Ménochet, el francés emigrado a un pueblo gallego en el que le hacen la vida imposible en 'As bestas'. Como mejor actriz de reparto triunfó Adelfa Calvo por 'En los márgenes', el debut en la dirección de Juan Diego Botto, mientras en el apartado de mejor secundario los premios también se dividieron entre 'As bestas' y 'Cinco lobitos': Luis Zahera lo recogió por su villano con razones en la cinta de Sorogoyen y Susi Sánchez por esa amama con carácter asomada al infierno de la demencia.

En el apartado de producción internacional, los actores eligieron a Javier Bardem por encarnar al actor y músico cubano Desi Arnaz que triunfó en Hollywood en 'Being the Ricardos' y a Ana de Armas, que se transforma en Marilyn Monroe en 'Blonde', la película de Netflix que le ha brindado una nominación al Oscar. Diego Anido, el hermano 'tonto' de Luis Zahera en 'As bestas' obtuvo el premio a actor revelación, que en el apartado femenino recayó en Laura Galán, la sufrida víctima de acoso en 'Cerdita'. En la categoría de televisión, Iñaki Miramón ha sido distinguido como mejor actor de reparto por la serie 'Amar es para siempre' (Atresmedia) y Yasmin Othman es la mejor actriz de reparto por 'La unidad' (Movistar Plus). Como mejores secundarios triunfaron la veterana Beatriz Carvajal por 'Laura y el misterio del asesino inesperado' (TVE) y Manolo Caro por su papel en 'Entrevías', la serie de Mediaset que se beneficia ahora de una segunda oportunidad en Netflix.

Luis Callejo, que en el primer episodio de 'Apagón' (Movistar Plus) trata de hacer frente a una crisis sin precedentes, recogió el premio de la Unión de Actores a mejor protagonista en televisión. Nathalie Poza lo hizo como actriz protagonista por 'La Unidad'. En teatro, Carlos Serrano-Clark por 'Muerte de un viajante' y Rafa Castellón por 'El burlador de Sevilla' fueron premiados ex-aequo como actores de reparto. Carmen Mayordomo por 'Robots universales Rossum' y Verónica Ronda por 'Lo fingido verdadero' también se repartieron el galardón como mejores actrices de reparto. Los mejores protagonistas encima de un escenario fueron Alberto Velasco por 'Sweet Dreams' y Blanca Portillo, recién homenajeada en el Festival de Málaga, por 'Silencio'. Como secundarios triunfaron Luis Bermejo por 'Los santos inocentes' y Zara Montes con 'La casa de Bernarda Alba'. El premio a toda una vida recayó en la gran Lola Herrera, que a los 87 años sigue de gira con la obra 'Adictos'.

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