Jone Laspiur y Eneko Sagardoy en 'Karmele'.

'Karmele', crónica de un amor exiliado

Asier Altuna adapta a Kirmen Uribe en un ambicioso melodrama lastrado por cierto acartonamiento en las reconstrucciones de época

Jueves, 9 de octubre 2025

Cuenta Asier Altuna que cuando vio 'Handia' e 'Irati' dejó de pensar en pequeño y empezó a pensar «a lo grande». El director de 'Aupa ... Etxebeste!', 'Bertsolari' y 'Amama' supo que podía afrontar un proyecto tan ambicioso como 'Karmele', que atraviesa épocas y continentes, cruzando géneros como el drama, el musical y hasta el cine bélico. Y todo ese historión estaba recogido en una novela de Kirmen Uribe, que se había inspirado a su vez en la increíble vida de una vecina suya de Ondarroa.

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Premio Nacional de la Crítica de narrativa en euskera 2016, 'La hora de despertarnos juntos' desarrolla la azarosa biografía de Karmele Urresti (Jone Laspiur), una enfermera y cantante de una coral que durante la Guerra Civil cura a los heridos y trata de liberar a su padre encarcelado. Tras la contienda se exilia en Francia y forma parte de la embajada cultural vasca. Conoce a Txomin Letamendi (Eneko Sagardoy), trompetista de talento, tanto de orquestas como de big bands, con el que huye a Venezuela cuando París está a punto de caer. Reclutado por los servicios secretos vascos, Txomin realiza labores de espionaje contra los nazis hasta que es apresado por una dictadura franquista a la que no sobrevivirá.

Tráiler de 'Karmele'.

«Karmele nunca duda en luchar por recuperar su libertad y, con ella, su identidad y su forma de entender el mundo», describe Altuna. «Fue una mujer valiente que decidió hacer frente a la guerra y al fascismo no con armas, sino a través de la cultura y la educación. Esta es una historia que habla de nosotros, de nuestras abuelas y abuelos, de mujeres y hombres que lucharon por preservar la libertad».

'Karmele', que debe verse en su versión original en euskera, habla de exilio y desarraigo, de amor y aventura, de personajes históricos reales –José Antonio Aguirre, Manuel de la Sota– y de gente corriente baqueteada por la Historia. De fondo, importantísima, la música compuesta por Aitor Etxebarria y una banda sonora en la que tienen cabida el folclore vasco, el jazz, los boleros y las guarachas.

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Nagore Aranburu en 'Karmele'.

Laspiur y Sagardoy, como salidos de un filme noir de los años 40, sostienen el peso de un melodrama que les enfrenta a lo largo de los años a una disyuntiva: el compromiso político o la estabilidad familiar. 'Karmele', en cines desde el 10 de octubre, es una superproducción para los estándares de la industria vasca, con un presupuesto superior a los 3 millones de euros. Pero no es una cinta de Hollywood con medios ilimitados para recrear escenarios de época que, a veces, piden más espectáculo y sofisticación, menos acartonamiento en las reconstrucciones de época, como en las escenas musicales.

Un cierto maniqueísmo de buenos y malos también desluce un loable esfuerzo de producción que, en algunos momentos, nos remite a la magna 'Cold War', de Pawel Pawlikowski, otra historia de un amor exiliado.

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