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mikel fonseca
Domingo, 10 de diciembre 2017, 00:32
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Al mundo del videojuego siempre le han perseguido dos clichés. Uno, que sus adeptos son antisociales que prefieren el brillo de una pantalla a la compañía humana. No hacía falta entrar en el Euskalduna, bastaba con pasar por Abandoibarra para comprobar que los asistentes al ...
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