Arrés es diseñador gráfico, artista del GIF y pionero del criptoarte, un mercado digital donde ha ganado casi un millón de euros con sus creaciones. E.C.
Entrevista a Javier Arrés, artista digital

«Ha caído el muro entre el criptoarte y el mercado del arte tradicional»

El criptoartista español más cotizado habla de la irrupción de los NFTs. «No necesitas una galería, pero sí dominar la tecnología»

Miércoles, 7 de abril 2021, 00:02

En las últimas semanas no dejan de repetirse términos que a los que sabemos lo justo de tecnología nos resultan muy lejanos, como sacados de otro mundo. Criptoarte, NFT (Non Fungible Tokens), blockchain... Sobre todo suenan desde la venta el pasado 11 de marzo de 'Everydays, the First 5,000 Images', una imagen íntegramente digital de Beeple, un creador estadounidense hasta entonces desconocido en el circuito del arte, adjudicada por 58,6 millones de euros en la casa de subastas Christie's. No era ni una pintura ni una escultura física, tan solo una imagen que cualquiera puede ver en su ordenador. La novedad de esta obra era que se vendió como NFT, una especie de certificado de propiedad aplicado a internet.

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Diferentes expertos, tanto dentro como fuera del mundo del arte, apuntan a que esa subasta la seña más visible de una burbuja en el arte digital que puede explotar en cualquier momento. En España, alejado de esa cifra astronómica, el criptoartista más cotizado se llama Javier Arrés (Granada, 1982), un creador que ganó hace dos años la Bienal de Londres en la categoría de tinta sobre papel y ahora se dedica a crear obras digitales cambiando el bolígrafo por los trazos en Photoshop. Hace tan solo una semana vendió por casi 500.000 dólares –más de lo que habría imaginado con sus creaciones tangibles y físicas– una colección (NFT) de 24 imágenes animadas bajo el título 'The Cool Glasses'. Entre todas sus ventas casi alcanza el millón de euros. Lo llamativo de ese certificado NFT, que recurre a una tecnología de registro llamada blockchain, es que se puede aplicar a cualquier material digital, como un tuit o el artículo de una web, lo que ha levantado suspicacias en diferentes ámbitos. De hecho, el propio Arrés ha vendido también dos tuits por 1.274 euros en los que cuenta que hizo un trabajo de ilustración para la Super Bowl.

– En los últimos días no para de repetirse el nombre de Beeple. ¿Conocía su obra? ¿Qué supone la venta, la más cara de la casa de subastas Christie's por detrás de un obras de Jeff Koons y David Hockney?

– Conocía su obra. Recuerdo sobre todo ver algunas obras suyas por Instagram. Él entró más tarde que yo al criptoarte y entró muy fuerte. Beeple no es un artista hecho en un día, tiene una gran carrera mucho antes de todo esto. La subasta de Christie's es historia y representa la caída del muro entre el criptoarte y el mercado del arte tradicional.

– En la Bienal de Londres de 2019 gana con una obra en tinta, en blanco y negro y tiene un recorrido en el mundo del diseño con encargos para medios como el New York Times. ¿Cuándo empieza a considerarse 'criptoartista'?

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– Me considero criptoartista desde hace casi un año. Pero soy también conocido a nivel mundial como Gif Artista (imagen en movimiento), posiblemente uno de los máximos exponentes, invitado a ferias internacionales como en Singapur al primer Gif-Fest de toda Asia. Y también tengo recorrido y premios con tinta sobre papel en blanco y negro. Creo que se puede ser multidisciplinar, si es eso lo que soy, pero desde luego me reconozco orgulloso criptoartista y Gif Artista. El criptoarte es el lugar donde mis creaciones más queridas originales han encontrado su lugar en el mundo y han triunfado. Fureon creadas hace cinco años para un mundo que todavía no existía (entonces esas obras e imágenes animadas no podían comercializarse más allá de como encargos de un cliente).

– ¿Qué tienen que hacer los artistas para vender una obra digitalmente como NFT?

– Los artistas tienen que aplicar o ser invitados para los sitios webs más importantes, como Makersplace o SuperRare, que tienen un filtro de calidad. En otras como OpenSea cualquiera puede subir su obra. Es un sector interesante. Para mí la diferencia entre las plataformas y las libres es que las plataformas una vez entras te pueden apoyar mucho con sus redes y son geniales para plantear diferentes formas de subasta.

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– Es uno de los pioneros del criptoarte en España, algo muy reciente.

– Es así, yo recuerdo cuando entré en esto hace más de un año y esto era absolutamente desconocido, nunca vi a ningún español. Me hicieron más de seis entrevistas en pequeños medios en el mundo anglosajón y no había ningún artista español. Pero eso cambiará, vendrán muchos y espero que enseñemos al mundo lo buenísimos artistas que somos, esta es una gran oportunidad.

– ¿Cualquiera puede comprar una obra suya en esas páginas web de las que habla?

– Hay que estar registrado y tener una 'wallet' (una cartera digital). Se pasan varios filtros en varios puntos. Es fácil para alguien con conocimiento en tecnología, pero hay un control importante en cuanto a la identidad. Es serio pero abierto a cualquiera que quiera convertirse en coleccionista. Democratiza al coleccionista de arte que antes era un sector más exclusivo.

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–¿Hay rasgos comunes entre quienes trabajan en el arte digital (NFTs). ¿Prima la ilustración?

– Sí. La ilustración ha sido el modo de subsistir para muchísimos artistas digitales. Yo he estado en la agencia Illozoo, norteamericana y luego me fichó IllustrationX, una muy importante inglesa, la más antigua de Londres. Ese era el camino y un gran objetivo para los ilustradores: trabajar con agencias para poder acceder a clientes y grandes proyectos, al menos mejor pagados. Otros están en la industria del videojuego, cine o estudios, pero de ahí estamos saliendo muchos de los top en este mundillo, de la ilustración. Tiene una lógica tremenda, porque se trabaja a encargo pero no podías hacer más, no tenías un mercado del arte.

Arriba, imagen de la obra a tinta con la que ganó la Bienal de Arte de Londres en 2019. Debajo, una imagen del mural digital 'American Football Laboratory', adjudicado como NTF or 21.000 euros en la web Makersplace. Y una de las gafas animadas de 'Cool Glasses'. JAVIER ARRÉS

– ¿Sabe si hay algún museo interesado en exponer obras digitales?

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– Obra digital se ha expuesto y ya existe, el videoarte es arte digital, o unas proyecciones, etc. Lo digital no es nuevo, lo nuevo es la posibilidad de su venta única, su autenticidad y comercialización, que era muy complejo y un problema tremendo por muchos motivos.

– ¿Qué porcentaje de sus ingresos proviene de ventas de criptoarte respecto a otros trabajos, como galerías de arte o encargos de ilustración?

– Ahora mis ingresos son el 100% del criptoarte. Tengo encargos fuera del criptoarte pero los rechazo porque no se pagan igual, no te dan libertad y encima tienen unos plazos terribles. En el cripto soy libre, tendrá riesgos, pero es libertad. Además los coleccionistas de criptoarte también demandan arte fisico, eso sí, acompañado de su versión digital. Yo tengo ya compradores para mi obra en tinta sobre papel que son coleccionistas de criptoarte. No necesitas una galería. Ya no dependes de que el galerista crea en ti y te venda o te enseñe a sus contactos, dependes de ti.

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– Cuando alguien le compra una obra NFT suele ser con criptomonedas de Ethereum (ethers). ¿Hay una transferencia bancaria, cómo se efectúa la transacción?

– Depende de la modalidad de cobro que decidas y si te la compran en dólares o en Ethereum (moneda digital). Si es en dólares va a una cuenta Paypal, si es en Ethereum a tu 'wallet', cartera digital.

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