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Yvonne Iturgaiz

Texto e imagen

Lunes, 23 de junio 2025, 12:53

Blanco sobre rojo, negro sobre blanco, riffs verbales, eslóganes, aforismos, puro arte textual, letrismo combativo, crítico…. Sí, desde luego que sigue vigente, «aggiornado», ese arte ... confrontativo de Barbara Kruger, para ella un permanente «espacio de resistencia», ahora revitalizado en el Museo Guggenheim. Persisten las temáticas de fondo con las que denigró en los 80 los «reaganomics», antes y después el patriarcado, el consumismo y el «life style» de la contemporaneidad o incluso el Trump falso perdedor de 2016, recuperado para el denuesto con la pesarosa MAGA. Tampoco han cambiado en esta revisión museística la metodología y la identidad creativa de Kruger, ya que su base permanece inmutable: Tensión entre texto e imagen propiciada por su dominio del diseño gráfico y el impacto publicitario, a lo que suma el sabio manejo de dos formidables recursos del arte: la descontextualización y el apropiacionismo o la reinterpretación. Eso sí, la obra se refresca y se sostiene con la tecnología que le ha hecho pasar del cartel o el mural en papel al vinilo y a la era digital, a las videoinstalaciones de 2 canales y a las fugas de sonido que refuerzan el mensaje y apabullan al espectador. Por supuesto, también los gritos de guerra se actualizan a la conveniencia discursiva del momento y del lugar -«ese clarividente desasosiego en el panorama político actual», al que alude hábilmente la comisaria- o a la idiosincrasia local -sobre todo en esa sala que se vincula con el contexto lingüístico de Bilbao y Euskadi, casi nada-. Es verdad que ese vibrante dinamismo visual, sonoro, cromático y textual abruma y crea en el espectador una especial impresión de atención y alarma, aunque no tanto la reflexión que pretende. Encima, uno no puede dejar de constatar esa contradicción entre el mensaje, la denuncia social y la alta cotización en el mercado de las obras de Kruger. Con todo, lo mejor de esta muestra es el juego entre los colores rotundos, las frases concluyentes, el espacio arquitectónico en el que se integran, los giros visuales que inducen y el efecto inmersivo e interactivo que todo ello ofrece al espectador.

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