'Ondina. Un amor para siempre', un extraño cuento de amor y traición
En cartelera ·
Paula Beer se hizo con el Oso de Plata a la mejor interpretación femenina en el Festival de Berlín por esta cinta que aborda una relación de parejaUna ruptura sentimental, por dura que sea, puede abrir las puertas a otra relación aún más intensa. Es así como empieza 'Ondina. Un amor para siempre', una película a la que, curiosamente, la falta de blockbusters en la cartelera, estos días de pandemia y cierre de salas, podría echar un cable. La novena película del realizador alemán Christian Petzold, responsable de la curiosa 'En tránsito', se adentra en la mitología germánica a través de la leyenda de la mujer acuática, cuyo misterioso destino está predestinado por el amor. Con ella inicia una nueva trilogía sobre cuentos alemanes centrada en los elementos.
Dice la leyenda que el hombre que está perdidamente enamorado de una mujer y cuyo amor no es correspondido, puede penetrar en el bosque, llegar a la orilla del lago y llamar a Ondina por su nombre. Ondina vendrá y le amará. Pero ese amor jamás podrá romperse. Y si el hombre traiciona a Ondina, entonces deberá morir. Deliciosamente interpretada por Paula Beer, que ganó el Oso de Plata a la mejor interpretación femenina en el Festival de Cine de Berlín por este papel, Ondina, la ninfa de belleza cegadora, es aquí una historiadora que trabaja como guía turística, explicando las particularidades históricas, sociales y culturales del desarrollo urbano en Berlín, frente a una serie de maquetas.
Pero ese día es especial. Antes de entrar a trabajar, Johannes acaba de dejarla en la cafetería que ambos frecuentan. En un diálogo turbio y desafiante, ella amenaza con matarlo si no se echa atrás, pero antes de acabar el día conoce a Christoph, un buzo que se dedica a solventar los problemas en los pilares que, bajo el agua, sostienen los puentes. Se inicia así una relación casi mágica, que remite a los intensos amores adolescentes, llenos de descubrimiento y pasión, y Ondina, gracias a Christoph, al que Franz Rogowski encarna con sumo mimo y cuidado, acabará desafiando al mito que la hace regresar al lago tras sentir la traición del hombre al que amaba.
Petzold se aleja de artificios innecesarios, para plasmar de forma sincera y honesta asuntos como la felicidad, la infidelidad, la culpa, los celos, la traición o el desengaño, en una película de estructura sencilla y que va directa al grano, pero que circula por senderos extraños, sobre todo si se desconoce por completo el mito del que parte y que el director ha adaptado con cambios sustanciales a los nuevos tiempos. «Me interesaba la idea del amor traicionado. Me familiaricé con el mito de Ondina cuando era niño, pero siempre recuerdo las cosas mal. En algún momento de los noventa leí el libro de Peter von Matt Liebesverrat, 'Traición romántica: los desleales en la literatura', en el que hay un capítulo dedicado a le leyenda. Pero su recuerdo se mezcló con otras versiones, como 'La sirenita', de Hans-Christian Andersen, un cuento donde el mismo motivo se muestra bajo otra forma. En algún momento también leí el texto de Ingeborg Bachmann 'Ondina se va'. Me gustó el hecho de que habla Ondina y no un narrador. Habla una mujer. Se me ocurrió que podría hacerse una película así. Una película en torno a Ondina y su desesperación. En el escrito de Ingeborg Bachmann, la maldición es que los hombres nunca son fieles porque, al fin y al cabo, solo se aman a sí mismos. Enfocar esa maldición desde una perspectiva femenina me pareció perfecto», explica el director.