Una pareja recrea en plastilina la Aste Nagusia que no pudo ser

Cuando el mundo se veía en blanco y negro y los ordenadores aún no se habían adueñado de la vida analógica, la animación era una cuestión puramente artesanal. Dibujo a dibujo, fotografía a fotografía, las imágenes estáticas iban cobrando vida propia. Así se lograron muchos de los primeros personajes clásicos de Disney, esa gran fábrica de sueños, entre 1940 y 1960. Un esfuerzo creativo inmenso que ahora desarrollan Naiara Gallego y Sergio Martínez, una pareja que, en vez de utilizar la técnica del papel y el lápiz, echan mano de la plastilina, el cartón o cualquier otro material flexible susceptible de ser moldeado.

Sus personajes no son ni Mickey Mouse, ni el Pato Donald, no son príncipes azules ni princesas de palacio. Los suyos están ligados de raíz a la tradición vasca, por lo que han sabido materializar al detalle a iconos tan vizcaínos como el cantante Fito Cabrales o a la ilustre Marijaia. Y lo hacen a través del 'Stop-Motion', una técnica que, aunque sus principios parezcan sencillos, entraña una enorme dificultad y una destreza minuciosa. Se basa en fotografiar la escena, realizar sutiles cambios de postura o posición a los personajes u objetos y volver a tirar otra foto. Esto se repite una y otra vez hasta completar todo el movimiento, entre 12 y 24 fotos por cada segundo. Al ver las fotos una detrás de otra, el movimiento surge. Se trata de animación directa, ya que las poses que se van creando son casi definitivas. Es complicado volver atrás y recuperar la pose exacta para corregir 1 fotograma, así que el error a veces implica repetir la toma completa. «Es un trabajo tedioso y repetitivo pero la satisfacción de ver esos muñequitos que han salido de tus manos moverse y tener vida propia en la pantalla no tiene precio. No podemos dejar de hacerlo«.

Naiara, original de Rentería, y Sergio, de Bilbao, se conocieron en la UPV/EHU en Leioa, donde también descubrieron las bondades de esta técnica que ahora practican en sus ratos libres. Ambos estudiaron Bellas Artes, una carrera que ahora les permite desarrollar sus habilidades creativas en sectores como la fotografía y la educación. Ella es la persona que se esconde detrás del objetivo de Meraki, un estudio de fotografía que vio la luz hace tres años en la Plaza Zumárraga 1 de Bilbao. Él, aparte de ser licenciado en Bellas Artes, estudió informática y trabajó como desarrollador de software. Se especializó en Audiovisuales y Animación, y completó sus estudios en la Universidad de Bristol, ciudad en la que se encuentra el estudio de animación Aardman Animations, responsable de títulos como 'Wallace y Gromit' (con los que ganaron un Oscar), 'la oveja Shaun', 'Chicken Run: Evasión en la granja' o, la más reciente, 'Cavernícola'. De ellos aprendió mucho de lo que ahora sabe, puesto que tuvo la oportunidad de colaborar en sus proyectos y formar parte de su equipo de animadores. A su vuelta a Bilbao, se incorporó al equipo de grafistas de EiTB y, desde hace 8 años, desempeña su trabajo como docente en DigiPen Europe-Bilbao.

Un currículum digno de admirar con el que ambos han conseguido formar el tándem creativo perfecto para dotar de alma a los objetos de Animarima Studio, el proyecto en común que arrancaron a principios de año. Sergio es el encargado de moldear y dar vida a las figuras y Naiara es la responsable de la fotografía, el atrezzo y la iluminación. «Nos gusta el formato cortometraje porque nos permite experimentar, poder enfrentarnos a nuevos retos y crear cosas nuevas con cierta frecuencia. También nos permite compaginarlo con nuestros trabajos. Así que de momento seguimos apostando por spots, videoclips y cortometrajes», aseguran.

Allí donde hay algo que celebrar, sus personajes cobran vida, y lo mismo te felicitan del Día de Pascua que mandan un mensaje a todas las madres del mundo el primer domingo de mayo. Sus muñecos también se han hecho eco de este año tan excepcional, y han sido los primeros en confinarse entre las cuatro paredes de sus casas de cartón. Llegaron, incluso, a crear su propio 'Diario de Pandemia', cuyo protagonista luchaba contra el virus, superando las distintas fases de desescalada como si de un videojuego se tratase. Y llegó agosto, y con él un Aste Nagusia que nunca se celebró en las calles, pero sí en la imaginación de estos dos artistas, que recrearon en pequeños vídeos las escenas más tradicionales de las fiestas bilbaínas, ganándose la simpatía de todos.

En su 'No-Aste Nagusia' no faltó un txupinazo de lo más casero, ni el 'Desfile de la Ballena', ni las barracas, ni la sesión de fuegos artificiales con bocata en mano desde la alfombra del salón. Sus personajes bailaron en 'La Pinpi' cubiertos de brillantina, se montaron el concierto en casa viendo a Fito por la tele y se hicieron el típico selfie con una Marijaia que acabó quemándose en un barreño lleno de agua.

En Navidad, recurrieron a la mitología vasca para dar vida a los galtzagorris, unos seres diminutos vestidos de rojo que, según la leyenda, se ocultan en los alfileteros y ayudan a los humanos en sus trabajos más engorrosos. Con ellos dieron la bienvenida a una nueva década que no comenzó con buen pie. Sin embargo, sus muñecos animados ya están urdiendo un nuevo plan para felicitarnos las fiestas y sacarnos una sonrisa. Se podrá ver próximamente en su perfil de Instagram, un rinconcito 2.0 con acento vasco en el que merece la pena perderse para seguir disfrutando de las historias de sus entrañables protagonistas. «La acogida ha sido muy buena. La gente disfruta y a nosotros nos encanta hacerlo. A veces sorprende descubrir que aquí también realizamos este tipo de animación. Nadie se espera encontrar locos como nosotros que hacen animación con plastilina y muñecos desde Bilbao«, concluyen.