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María Zárate crea pendientes cañeros y ropa única en un céntrico piso de Bilbao. Yvonne Iturgaiz

María Zárate, la joven que vende pendientes cañeros hechos por ella y ropa única en un piso de Bilbao

Esta emprendedora de 36 años creó Serendipia Creativity en plena pandemia para sentirse bien consigo misma, y hoy sus diseños llenan de color y personalidad su tienda-taller. «He estado a punto de tirar la toalla, pero no pierdo la ilusión», asegura

Viernes, 3 de octubre 2025, 13:09

María Zarate tuvo una especie de revelación hace cinco años cuando volvía del supermercado y metía las bolsas en el coche. «'Voy a hacer pendientes', pensé. Le mandé un mensaje a una amiga y me respondió: '¡Qué buena idea! Pero, ¿cómo se hacen?' Yo no tenía ni idea, pero siempre he sido muy creativa y quería intentarlo». Así nació Serendipia Creativity, una firma muy personal que le devolvió la confianza en sí misma y le permitió expresarse a través de sus diseños. «Engordé 35 kilos antes de lanzar la marca y la ropa que me gustaba no me valía. Empecé a vestir solo de negro. Encontré en los pendientes una forma de destacar y sentirme guapa», recuerda esta bilbaína de 36 años, que trabajó en tiendas de moda antes de convertir aquella intuición en una marca con identidad propia.

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Yvonne Iturgaiz

También estudió Organización de Eventos, pero la pandemia truncó las primeras bodas que tenía contratadas. Con una niña pequeña en casa y su pareja en ERTE, decidió emprender y empezar de cero. Compró arcilla polimérica sin tener ni idea de cómo se usaba y empezó a moldear con sus propias manos diseños coloridos y cañeros que pronto tuvieron una gran acogida. Abrió un perfil en Instagram y comenzó a «venderlos como churros». «Por aquel entonces no había tantas marcas que hiciesen pendientes y gustaron muchísimo. Me quedaba hasta las cuatro de la madrugada en la cocina amasando la arcilla. Sacaba las sartenes del horno y metía los pendientes», ríe. Sus piezas llamaron la atención incluso de estilistas de Telecinco, y pronto rostros conocidos como Alba Carrillo, Isa Pantoja, Marisa Martín Blázquez o Nuria Marín lucieron sus creaciones. «Aquello me dio una gran visibilidad. Los dos primeros años fueron buenísimos», recuerda. Tanto que en 2021 abrió su propia tienda en Las Arenas, aunque dos años después tuvo que cerrarla porque le resultaba imposible atender el local y, al mismo tiempo, seguir creando.

El pasado abril se mudó a un edificio de oficinas en plena Rodríguez Arias, en el número 23. Ya no ofrece sus diseños a pie de calle, sino en un sexto piso (departamento 17), donde gana tiempo y libertad para crear, aunque a costa de perder visibilidad y el trato directo con la gente. Reconoce que no está siendo fácil y que, a veces, se plantea tirar la toalla. «Hace unos meses sentí que Serendipia ya había dado todo lo que podía dar, así que me abrí un perfil en InfoJobs y mandé unos veinte currículums. Me descartaron en todos, y lo interpreté como una señal. Solo sobrevivimos los que aguantamos. Hay días duros, pero no pierdo la ilusión», asegura.

Yvonne Iturgaiz

En su tienda-taller, decorada con un llamativo papel pintado de panteras rosas, María da forma a sus diseños y recibe a su fiel clientela, que llega con cita previa. Allí despliega su amplia colección de pendientes -ahora elaborados en metacrilato e incluso latón-, con precios que van de los 24 a los 30 euros. También enseña la ropa que customiza, desde sobrecamisas vaqueras con bolsillos de leopardo hasta gabardinas beige con detalles flúor. Y completa su universo con una línea de bolsos hechos a mano. «Me hace mucha ilusión cuando me cruzo por la calle con chicas que llevan mis pendientes o cuando las clientas reconocen mis diseños al verlos en algún sitio. Es muy gratificante que tengan mi sello personal», confiesa.

Yvonne Iturgaiz

Talleres de bisutería

María es consciente de que cada vez surgen más pequeñas marcas de bisutería, aunque cree que hay espacio para todas. «Lo que sí me duele es que algunas se fijen demasiado en mi trabajo e incluso copien algunos de mis diseños. Hay días que estoy muy inspirada para crear, pero otros me voy del estudio con una frustración…», admite. Aun así, su cabeza no deja de generar nuevas ideas para impulsar Serendipia. La última ha sido lanzar talleres de bisutería: dos horas en las que los asistentes aprenden a crear pendientes, pulseras y collares, y después se llevan a casa sus propias piezas. El próximo será el 24 de octubre, y ya tiene otras dos fechas cerradas, una para un cumpleaños y otra para un plan especial con amigas.

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Yvonne Iturgaiz

Esta creadora bilbaína no ha perdido su esencia ni esa naturalidad que transmite en Instagram, donde posa con sus diseños para más de 31.000 seguidores. Tampoco olvida por qué nació su marca ni el significado de su nombre, Serendipia, «ese hallazgo afortunado e inesperado que aparece cuando buscas otra cosa». «Fui madre soltera a los 25 y fue una época muy dura, trabajaba tanto que apenas podía ver a mi hija. Pero dos años después conocí a Unai y cambió mi vida», recuerda. El logo de la marca refleja esa transformación: un corazón anatómico del que brotan flores. «Mi corazón estaba muerto y con él volvió a florecer». Hoy sigue latiendo con fuerza desde un sexto piso en Rodríguez Arias. «Él y mi hija me han salvado la vida. Y Serendipia también. Cuando Aiala se enteró de que quería dejarlo, me dijo: 'Ama, ¿en serio? No puedes dejar de hacer pendientes'».

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