Dónuts con gofre, palmeras de palomitas... y otros inventos deliciosos de Laura desde su obrador de Bilbao

«Yo estudié Empresariales, pero cuando mi aita falleció me animé a meterme en este mundo. Al principio, el negocio ofrecía solo los productos clásicos de un negocio de este tipo: napolitanas, bizcochos, bollería tradicional... «Pero se nos fue quedando pequeño», admite. Por eso, en 2018 dio un paso más y abrió su propio obrador en Rekalde, aunque al principio siguió una línea más conservadora. El verdadero punto de inflexión llegó a finales de 2020, con una propuesta tan inesperada como irresistible: una palmera gigante de Ferrero Rocher para las celebraciones navideñas. «La respuesta fue una locura», cuenta. Pocos días después, se lanzaron con un roscón de Reyes también de Ferrero… y volvieron a arrasar.

En 2022, aquella palmera gigante fue solo el principio de una explosión de creatividad. Ahora, tanto en Zurekin Obrador como en la panadería de Barakaldo elaboran palmeras, hojaldres, cookies y dónuts con sabores cada vez más sorprendentes. «Tenemos los clásicos con Kinder, Oreo, crème brûlée o caramelo… pero también apuestas más originales, como el dónut de Baileys con Ferrero Rocher, el de mermelada y pistacho o el de galletas Príncipe», explica Laura. La variedad de palmeras tampoco decepciona: desde una elaborada con llaves ácidas de gominola hasta otra hecha con palomitas. «Otra opción que está teniendo mucho éxito es la palmera de cinnamon roll, y la de chocolate Dubai, siempre crujiente, que creo que fuimos los primeros en lanzar en Bizkaia», apunta.

Otra de las recientes innovaciones de Zurekin Obrador son las cookies heladas, hechas con MaxiBon y disponibles en tres variedades: clásica, de pistacho y de cheesecake. «Como el resto de productos, las tenemos de tamaño normal en cualquiera de nuestros dos locales. Si alguien quiere la grande, tiene que reservarla. ¡Imagínate, pesa como medio kilo! No sé qué nos pasa, pero siempre hacemos las cosas gigantes», ríe. ¡Y es que tienen hasta dónuts de más de un kilo! «Este tipo de productos suelen llevárselos como si fueran una tarta: para celebrar un día especial, para compartir con los compañeros de oficina o, incluso, hemos hecho alguno para bodas. Ya avisamos desde el principio que uno solo no se lo puede comer... ¡por si acaso!», bromea.

A pesar de la amplia variedad, en Zurekin Obrador no dejan de buscar nuevas combinaciones y sabores. «Estoy siempre atenta a las redes para descubrir qué está en tendencia. Queremos innovar sin perder nuestro sello, porque así es como se sobrevive en este mundo. Cada vez hay más pastelerías y panaderías, y los costes de los ingredientes no paran de subir». Su próximo reto es la venta online. «Muchos nos lo han pedido, incluso desde ciudades como Madrid o Barcelona. Esperamos tener todo listo para después del verano, para que cualquiera pueda probar estos dulces gigantes que solo podemos hacer desde Bilbao. ¡Aquí todo es a lo grande!», concluye riendo.