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Bilbao se llena de color: la visión «optimista» de una fotógrafa a través de la moda
La artista bilbaína Leire Cavia juega con el color de la arquitectura de la villa en su nuevo proyecto audiovisual para «poner una inyección de positivismo al futuro»
Bilbao se llena de color en esta sesión de fotos: de rojos, naranjas, morados... y de un verde esperanza. La crisis mundial del coronavirus dio un vuelco a nuestras vidas en todos los sentidos. Durante aquellos tres meses de encierro obligado, el gris que tiñe el cielo de la villa la mitad de los días del año, empañó la percepción de nuestra realidad. Sin embargo, Bilbao fue despertando poco a poco de ese extraño letargo que dejó a la ciudad en silencio, sin bullicio y sin alegría. A medida que se superaron las fases de desescalada del confinamiento, los barrios y el centro de la villa recuperaron su vitalidad habitual en una 'nueva normalidad'. Mientras la sociedad intenta adaptarse a esta otra forma de vivir, la fotógrafa vizcaína Leire Cavia, de 28 años, ha querido retratar una ciudad alegre y llena de vida en su nuevo proyecto audiovisual, titulado 'Colors of Bilbao'. Su idea era transmitir una visión «optimista» a través de la moda. «Quise poner una inyección de positivismo al futuro», explica.
Para cumplir su propósito, adquirió por Internet cinco looks monocolor. «Elegí unas prendas modernas: camisas con transparencias, pantalones cargo, colores flúor y tonos metalizados», detalla. Para lograr esa «explosión de color» que tenía en mente, pensó también en dos enclaves opuestos de la villa: el edificio de cristal que alberga el Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco - situado junto a la Alhóndiga y la Cámara de Comercio- y al barrio de Iralabarri. «Estas casitas de colores me recuerdan al famoso distrito londinense 'Notting Hill', me cautivaron cuando las descubrí», confiesa. Una vez allí, Leire buscó establecer sinergias entre las tonalidades de las prendas y las fachadas de los edificios. «La indumentaria de los modelos se camuflaba en las paredes y los colores de las cristaleras combinan a la perfección», apunta.
La sesión fotográfica se realizó el pasado 15 de junio, siguiendo las recomendaciones establecidas para prevenir la pandemia. Leire acudió antes a las dos ubicaciones previstas para ultimar cada detalle. «Soy muy perfeccionista y me gusta tenerlo todo bajo control», explica. Le acompañó Borja Herrán, vizcaíno de 24 años y su mano derecha, que se ha encargado de grabar un pequeño 'fashion films' ambientado en el 'shotting'. «Hemos trabajado juntos con anterioridad. ¡Somos el tándem perfecto!», celebran. Después se reunieron con el resto del equipo a las 13.00 horas.
En aquel momento, todos se pusieron en marcha. No había tiempo que perder. El primer paso fue que los modelos que protagonizan el 'shooting', Berly Matansio y Luz Uribe, pasaran por las manos de la maquilladora Patricia Aydillo. «Aposté por un efecto cara lavada, potenciando la belleza natural. Resalté la luminosidad del rostro para que se viera una piel ligera, hidratada y unificada. Para acabar, realicé un efecto glossy en los labios», detalla.
En esta ocasión, no contaron con un profesional que pusiera a punto la melena de los modelos debido a un imprevisto de última hora. «En aquellos días, las peluquerías tenían la agenda llena debido al cierre durante la cuarentena, así que el estilista no pudo acudir a la sesión», lamenta Leire. Pero visto el resultado cualquiera diría que no pasaron por manos expertas. Berly, que es barbero, se arregló el pelo y la barba él mismo. Y Luz, que tiene un cabello liso muy domable, solo tuvo que cepillárselo un par de veces.
Los momentos más difíciles
Con los maniquís listos, se trasladaron a la primera parada de la jornada: las casas de colores del barrio de Iralabarri. Leire comenzó a capturar unas imágenes llenas de color y, después, Borja hizo lo propio con su cámara de vídeo. «En esta ocasión, no había una historia detrás, así que me dispuse a grabar un vídeo que coincidiera en el estilo con las fotografías de Leire. En la escena, las tonalidades vivas adquieren protagonismo y se aprecia una fuerte simetría», aseguran ambos expertos, que destacan la profesionalidad con la que los modelos posaron frente al objetivo y actuaron para el 'fashion film'.
A continuación, se trasladaron al centro de la villa. «Durante el trayecto, descubrimos por casualidad algunas ubicaciones perfectas que incluimos al proyecto, como una valla multicolor en el barrio de Amézola o un ascensor con los cristales verdes», cuenta Leire. La última parada tuvo lugar en los alrededores del edificio de cristal de Alameda Rekalde, donde vivieron los momentos más complicados de la sesión. «Tuvimos que colocarnos con nuestras cámaras en pleno paso de cebra, así que que mientras uno trabajaba, el otro vigilaba el semáforo», cuentan entre risas. Leire y Borja se muestran muy satisfechos con el resultado de esta sesión de fotos que recoge su visión «optimista» a través de la moda y que plantean como una inyección de motivación y positivismo en estos tiempos difíciles.
