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La cana (por fin) es bella: así se lleva el pelo blanco y plateado según las estilistas vizcaínas
El cabello canoso, asociado todavía por muchos al paso del tiempo, vive un momento de gloria propiciado por 'celebrities' y miembros de la realeza. Dos peluqueras nos cuentan cómo cuidarlo y lucirlo bonito
La pandemia nos ha mostrado nuestro cabello al natural y nos ha hecho reencontrarnos con nuestras canas. Después de aquellos meses en casa, intentando cubrirlas sin la mano de un profesional, llegaron las restricciones en aforos, que complicaron las citas para el tinte en nuestra peluquería. Y, además, irrumpió en nuestras vidas el teletrabajo, que ha rebajado el nivel de agobio ante las raíces blancas. Hoy muchas mujeres no solo han aprendido a convivir con ellas, sino que abrazan el estilo natural de su cabello gris. «Varias famosas se han dejado de teñir en el último año, y eso está creando una corriente de mujeres con gran personalidad y defensoras de la belleza femenina real. Su ejemplo ha animado a que cada vez más clientas, sobre todo a partir de los 45 años, decidan dejar sus canas al aire», explica Alazne Montero, estilista de la peluquería 'Furundarena Pelukerak' de Amorebieta.
Con el pelo blanco la sociedad dictaminó que ellas envejecen y ellos se vuelven más atractivos. Pero cada vez más 'celebrities' se enfrentan al estigma y exhiben sus canas en público. Andie McDowell, de 63 años, impactó en Cannes con su característica cabellera rizada y ahora canosa. «Ella se lo puede permitir porque tiene un pelazo y lo lleva arreglado, no se secó el rizo a lo loco. Pero las canas siempre son más porosas y quebradizas, por eso quedan mejor en melenas cortas y con un corte cuidado. Si las llevas en un cabello largo y desaliñado, pareces la Bruja Avería», apunta la estilista Amaia Lauzirika, que regenta la peluquería 'La Pelu' en Las Arenas. Como muchísimas otras mujeres, la actriz se empezó a dejar las canas en la cuarentena, cuando se obsesionó con el pelo de Jane Fonda. Para el festival de cine, se planteó ponerse una peluca para «complacer a los demás» y su manager le dijo que «no era el momento» de mostrar su melena sin tintes, pero finalmente abrazó sus canas sin miedo al qué dirán. «Siento que parezco más joven ahora porque se ve más natural. No es como si estuviera tratando de ocultar algo. Creo que es un movimiento, una demostración de poder», aseguró en una entrevista a la edición estadounidense de Vogue tras el revuelo generado.
Unos días antes fue la princesa Carolina de Mónaco la que se dejaba ver en el Concurso Internacional de Salto de Montecarlo con un corte 'long bog' muy favorecedor y sus canas al aire. Un símbolo de empoderamiento al que se han sumado en los últimos meses otras famosas como Katie Holmes, Jessica Biel, Gwyneth Palthrow o la reina Letizia. Hasta la modelo Laura Sánchez ha dejado atrás el rubio para lucir una melena plateada. «Me siento con muchas ganas de comerme el mundo con mi nuevo look!!! Estoy feliz!!!», aseguró en Instagram. Y la última en mostrar sus canas sin tapujos ha sido Sarah Jessica Parker, en un gesto de naturalidad y aceptación muy aplaudido.
Las melenas canosas viven su momento de gloria y, sin duda, pueden convertirse en nuestra mejor seña de identidad, «pero no a todo el mundo le quedan bien, ni tiene las canas bonitas o le gusta verse con ellas», apunta Amaia Lauzirika. «Las que más lo intentan son las mujeres de entre 55 y 65 años, pero son las que más abandonan. Eso sí, las de 70 u 80 si dan el paso, lo mantienen», añade la estilista. Además, hay que tener en cuenta que las canas pueden tener diferentes subtonos: plateado, perlado, blanco, ceniza, amarillas o con reflejo dorado. «Quedan bonitas cuando son bastante blancas, sobre todo en la zona de la cara, porque aportan luz. El gris apaga el rostro, marca más la ojera y endurece las facciones», asegura. Por eso, en opinión de Alazne Montero, una buena opción es «combinar las canas con mechas platinas». «No siempre salen en las zonas que nos gustarían, ni igual de repartidas por la cabeza. Con las mechas, podemos dar luz a las zonas que queramos y conseguir que el look se vea más sofisticado», explica.
Grey blenging, las mechas para dejarse canas
La transición de un pelo teñido a uno con canas no es sencillo. «Son procesos muy técnicos y dependiendo de la base de la que partamos, será más o menos complicado, pero por lo general necesitaremos al menos dos visitas a la peluquería y la clienta tiene que comprometerse a continuar ciertos cuidados en casa durante algún tiempo», explica la estilista de 'Furundarena Pelukerak'. Eso sí, la coloración de moda, el 'grey blending', facilita el temido proceso. Se trata de unas mechas 'balayage' en tonos grises que garantizan un efecto más uniforme y evitan el efecto raíz, ya que se pasa a un cabello con canas de forma gradual, natural y sin que se note un corte en la melena. «Es la opción ideal para no sufrir cortes de color o cambios de look drásticos. Jennifer Aniston, Carolina de Mónaco o Andie MacDowell son algunas de las famosas que han optado por esta técnica», precisa Alazne Montero. Otra opción para hacer más llevadero este proceso, según Amaia Lauzirika, es optar por tintes naturales como los barros, ya que «'maquillan' las canas». «Las dejan como doraditas y se pueden aplicar por encima del tinte tradicional que ya llevábamos para disfrazar las raíces, porque para tener un pelo canoso hay que aguantar dos o tres meses sin teñirse».
Las canas requieren cuidados especiales
Es esencial dedicar cuidados especiales a los cabellos canosos. Porque el pelo con canas tiende a ser más opaco, seco y quebradizo. «Hay que cuidarlo con un champú y un acondicionador específico para estos cabellos, con pigmentos violetas o azules», explica Alazne Montero. Además, es imprescindible hidratar en profundidad una o dos veces a la semana con mascarillas o aceites para que no se vea envejecido y sin brillo. Y, atención, cuidado con su tendencia a amarillear. «Hay que usar protector solar para el pelo, porque con el sol se vuelven muy amarillas. Y también con el calor de las planchas y el secador, en este caso es recomendable utilizar un protector térmico», precisa Amaia Lauzirika. Además, las especialistas aconsejan acudir a la peluquería de forma regular para aplicar un matiz que potencie la belleza y el brillo de la cana natural. «Para lucir una melena con canas bonita, tenemos que cuidarla y tratarla de vez en cuando -cada 3 meses más o menos es suficiente- con un 'gloss color', es decir, un matizado que neutraliza los tonos amarillos que adquieren las canas y que hacen que se vean 'sucias', y aprovechar para darles un ligero tono en la gama que más nos favorezca», apunta la estilista de 'Furundarena Pelukerak'.
Carmen Gimeno, la estilosa vizcaína que abraza las canas
A Carmen Gimeno, su icónica melena gris le aporta aún más estilo del que ya tiene. Se ha convertido en su seña de identidad, al igual que sus labios rojos y sus inseparables zapatillas deportivas. Hace tiempo que esta profesora en un colegio de Portugalete y vecina de Getxo inició una revolución personal bajándose de los tacones y dejando su cabello al natural. «Desde muy joven he tenido el pelo canoso, pero me lo teñía para ocultarlo. Hace unos cinco años tomé la decisión de dejarme las canas, poque estaba cansada de ser esclava de los tintes, las raíces blancas me perseguían y necesitaba retoques todas las semanas», cuenta esta licenciada en Bellas Artes de 58 años.
Convertida hoy en 'influencer', con miles de seguidores que adoran sus looks, reconoce que a pesar de haber recibido los «típicos comentarios» sobre que el pelo blanco le hace mayor o que le quedaba mejor el cabello castaño, no se ha arrepentido «en ningún momento» de su decisión estética. «El proceso para dejarme el pelo canoso fue muy rápido, porque me hice un corte radical y, a partir de ahí, lo dejé crecer natural», cuenta.
Después de toda una vida luchando con los tintes, no se trata de despreocuparse por completo. Las canas son bellas y es cómodo llevarlas, sí, pero también requieren cuidados. «Utilizo champú y mascarilla con pigmento violeta para neutralizar el tono amarillento tan indeseado», desvela Carmen. Su cambio es radical y valiente. «Siempre me he preguntado por qué las canas en los hombres resultan interesantes y en las mujeres suponen descuido y dejadez. Con el pelo blanco quiero reivindicar mi derecho a sentirme natural, elegante y libre sin necesidad de recurrir a artificios. He ganado en calidad de vida y me siento mucho más guapa».