«Nos han venido muy bien los usuarios de Getxo para llenar el puerto de Laredo»
Juan Soto justifica el éxito por el precio de las tarifas, un 50% más baratas, «la calidad» de las instalaciones y su cercanía
Al Puerto Deportivo de Laredo, que dispone de más de 850 plazas de atraque, le ha venido de perlas la crisis que están atravesando las ... instalaciones náuticas de Getxo y la falta de espacio en el resto de amarres vascos. El puerto cántabro arrancó su construcción en 2007 y se inauguró en 2011. La travesía no ha sido fácil, ya que le costó coger vuelo, pero ahora presenta unos niveles que rozan la plena ocupación. Hasta 2016 dispuso de muchas plazas libres, pero, a partir de esta fecha, ha experimentado un crecimiento espectacular que consolida «día a día».
«Nos quedan muy poquitas plazas», aplaude el gerente, Juan Soto. De hecho, para embarcaciones de entre 6 y 10 metros de eslora «no tenemos ya prácticamente nada. Está todo agotado». se felicita. «Para embarcaciones de 10 y más de 12 metros aún hay algo disponible, pero tampoco mucho. La situación de Getxo nos ha venido muy bien», subraya Soto, que achaca el éxito de Laredo a su proximidad, su «buen emplazamiento», la intensa programación que se lleva a cabo, tanto en el puerto como en el varadero con celebración de regatas y actividades de pesca, y la calidad de las instalaciones. «Al poco de salir del puerto, ya estás navegando por una bahía maravillosa», destaca. También ha ayudado, «y mucho», la diferencia de precios. «Todo suma. Las tarifas cántabras son un 50% más baratas que las de Getxo», recuerda.
«Estamos cautivos»
Frente al modelo cántabro, desde GKP insisten en que el Ayuntamiento de Getxo y la Autoridad Portuaria siguen sin contestar a los armadores y comerciantes interesados en «continuar. Todavía no disponemos de los precios públicos», reprochan. «La realidad es que el puerto se encuentra abandonado, los barcos marchándose a Laredo y los que siguen lo hacen cautivos de la falta de amarres en Bizkaia», censuran
Los responsables de GKP temen «una huida hacia adelante de todos los que han participado en el último proceso de licitación», recurrido por una de las cuatro empresas presentadas al concurso.
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