Una vecina denunció el robo de una maleta

Uno de los detenidos visitaba la vivienda, que forma parte de una herencia, desde hacía aproximadamente un año. Los residentes en el inmueble se quejan de los continuos incidentes que se registraban en el cuarto. «La Policía estaba aquí un día sí y otro también. No vivían, venían. Se metía todo tipo de gente y andaban sube y baja, sube y baja a las tres y cuatro de la madrugada», explicaba uno de los residentes. «De un ambiente así no puede salir cosa buena», especulaba.

Los amigos del detenido solían dejar el coche en un patio interior, donde sólo se permite el estacionamiento para carga y descarga, lo que también generaba quejas vecinales.

Desde hace un tiempo, sin embargo, el domicilio ha quedado deshabitado. Los gritos y amenazas eran habituales, por lo que cuando la Ertzaintza se presentó el pasado mes de septiembre a registrar el piso tampoco les sorprendió. El martes, los agentes regresaron y esta vez el supuesto heredero del piso iba esposado.

«Había seis o siete coches de Policía, algunos eran secretas», recordaban unos obreros que se encuentran en la zona haciendo labores de limpieza de las baldosas. Los agentes de la Policía Científica se colocaron los EPIS blancos para no contaminar la escena. Buscaban restos biológicos como sangre en alguna de las habitaciones del piso. Terminaron pasadas las tres de la tarde.