Los transportistas rechazan los peajes especiales en Bizkaia y piden abaratar los actuales
Creen que es una medida «exclusivamente recaudatoria» que les afecta «gravemente» y que puede obligar a subir los precios del transporte
El anuncio del plan de la Diputación para imponer un peaje a los camiones que atraviesen las carreteras vizcaínas ha descolocado a los ... transportistas, que anticipan sería un «mazazo» para un sector que está todavía reponiéndose de una «profunda crisis». Porque las empresas, asociaciones y centrales sindicales que les representan en el territorio califican esta medida como «meramente recaudatoria», consideran que afectará solo a sus bolsillos y que, a medio plazo, podría llegar a trasladarse a los precios del transporte y, en definitiva, provocar un encarecimiento que repercutiría en el cliente.
El portavoz del Sindicato de Transportistas Vascos Hiru, Jon Altuna, se mostraba este lunes muy preocupado. «Ya estamos sufriendo este mismo proceso en Gipuzkoa y, allí a pesar de que los jueces anularon el primer plan a la Diputación, lo han cambiado dos veces con el propósito decidido de imponernos un impuesto más», lamentó. Porque, en su opinión, no hay una razón justificada para este peaje además del «afán exclusivamente recaudatorio». «Ya sabemos que construir estas infraestructuras es caro, pero son públicas y deberían pagarse con los impuestos de todos como la Sanidad, la Educación y tantas otras cosas; además, nosotros ya pagamos impuestos de sobra, desde el de circulación, que es mucho más caro que el de los turismos, al del combustibles, donde seis de cada diez euros se van en gravámenes y nosotros gastamos muchos miles al año», protestó.
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Altuna remarcó el mal momento que atraviesa el camionero, «que tiene muy ajustado su beneficio, con muchas dificultades para ganarse el sueldo y este dinero va a salir de nuestros bolsillos». Y, en ese sentido, a su juicio el peaje amenaza con perjudicar el servicio porque, «si se gana menos dinero hay que trabajar más, y en condiciones más precarias de seguridad». Además, desde el sindicato incidieron en que no será una medida gratuita. «Si un taxista pasa por un peaje acaba cobrándolo en la carrera y aquí podría acabar pasando lo mismo, que el pagano sea el consumidor».
La Asociación de Transportistas Autónomos Vascos (Asotrava) también mostró su oposición a la propuesta de la Diputación tras insistir en que se trata de una medida «lisa y llanamente recaudatoria para cubrir el déficit de las cuentas públicas». Su secretaria técnica, Amaia Martínez, añadió que esta medida «no sólo no es fiscalmente progresiva, ya que los transportistas también somos clase trabajadora y este nuevo impuesto está especialmente dirigido a este sector, sino que ahonda en la crisis del mismo». A su juicio, los profesionales no pueden «ni soportarlo ni aceptarlo», además de suponer «una pérdida de competitividad para el transporte vizcaíno, mayoritariamente usuario de estas carreteras». Y matizó que es una medida que, además, no está «siendo debatida ni consensuada con el sector».
Un «doble impuesto»
La presidenta de la asociación Asetrabi, Sonia García, también rechazó de plano el peaje, «no estamos para nada de acuerdo con pagar un doble impuesto». Aunque a renglón seguido apuntó que, hasta no disponer de «datos oficiales» de las intenciones de la Diputación con este plan de gestión de las carreteras vizcaínas, prefieren no valorarlo más.
También se mostraron partidarios de sentarse a hablar desde la cooperativa de transportes logísticos portuarios 686TLP. Aunque no tanto para aplicar este peaje, ya que su director de desarrollo, Jon Loroño, apostó por otras vías para descongestionar carreteras como los altos de Barazar y Kanpazar o el corredor del Txorierri. «Por supuesto que utilizar estos recorridos es un contrasentido, para nosotros y para la propia competitividad del Puerto de Bilbao, que pierde puntos frente a otros como los de Barcelona o Valencia donde hay medidas de circulación más flexibles», explicó. Por eso, a su juicio, la mejor solución sería buscar un precio más económico en los peajes ya actuales en las autopistas y en la Supersur.
«Los camioneros también prefieren la mayor seguridad y el ahorro de tiempo que garantizan las vías de alta capacidad y, si los costes de la AP-8 serían más competitivos, la mayoría dejaría de ir por nacionales sin necesidad de ningún peaje más», remarcó. Y, según puntualizó, este acuerdo para negociar tarifas en condiciones ventajosas para los transportistas «está en manos de los responsables forales, aunque sean concesiones, algunas por cierto que acabarán en pocos años».
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