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José Luis Muñoz saca una foto a Belén Picado y a Sonia Amo en una de las paradas que hicieron durante el camino para contemplar las vistas de Bilbao. borja agudo

«Subir a Artxanda a pie es un privilegio, es salud mental y relax»

La marcha popular que organiza EL CORREO se reinventa y este año será virtual. Belén, Sonia y José Luis ya se han animado a participar

Domingo, 8 de noviembre 2020

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Belén Picado, Sonia Amo y José Luis Muñoz suelen culminar sus paseos montañeros con un 'cola-cao' y son ejemplo de que no hace falta irse al Himalaya para disfrutar del monte. Estos bilbaínos dan unas caminatas fabulosas con enorme comodidad. «Basta con comenzar a andar en línea recta desde el centro mismo de la ciudad para dar con un monte», recuerdan. Pagasarri, Avril, Banderas, Kobetas, Ganguren... Todos esperan. Y Artxanda, claro, que es el más civilizado, con su funicular, sus establecimientos hosteleros y su altitud tolerable. Hasta allí se fueron el viernes.

Los tres amigos arrancaron la caminata en Santutxu y la terminaron, hora y cuarto y 5,1 kilómetros después, en el Mirador de Artxanda. Se hicieron una foto en la entrada del 'funi' encaramados a la mítica rueda como niños y regresaron, también a pie, a casa. Subir a esta gran área de esparcimiento verde de la capital vizcaína es una excursión apta para todos los públicos que alterna el paseo por la villa y sus iconos, según el recorrido que se elija, con la ascensión montañera a través del anillo verde de Bilbao.

Ni un solo alcalde de Bilbao ha faltado a esta cita en las diez ediciones anteriores

en pandemia

Con un escenario tan privilegiado, EL CORREO comenzó en 2009 a celebrar una marcha montañera por sus senderos, que Blas de Otero reconoció «llenos de helechos hechos de llanto». Gracias a este evento multitudinario, la ciudad se transforma por estas fechas en una proliferación de ropa deportiva y botellines isotónicos y lo recaudado con las inscripciones se destina a ayudar a una buena causa. Hasta la fecha no ha faltado ni un solo alcalde de Bilbao a esta cita. Las cosas como son, es una marcha disfrutona, uno sube rodeado de niños y, de paso, tritura algunas calorías.

Los tres amigos, en plena ascensión, contemplan el paisaje. borja agudo

Esta vez, como la pandemia del coronavirus impide hacer reuniones a gran escala, la 'Subida a Artxanda' -organizada por El Correo, con el patrocinio del Ayuntamiento de Bilbao y la colaboracion de Fundacion La Caixa, Vueling y Eroskide- se ha reinventado y pasa a ser virtual gracias a la conectividad que permiten las nuevas tecnologías. Cada participante debe registrarse y enviar el camino que ha elegido para subir y bajar de Artxanda. Dos requisitos: la caminata debe ser de al menos cuatro kilómetros y hay que hacerse foto en el Mirador. Belén y Sonia llevan los dorsales 103 y 104 y José Luis está a la espera de que le asignen el suyo. Las chicas se han descargado la aplicación informática 'Believe' para comprobar la distancia que hacen.

El dinero de las inscripciones se destinará a la Asociación Izangai y a Siervas de María

solidaridad

Hace viento y calor y, a la altura de la calle Juan XXIII, ya van en mangas de camisa. Nos sorprenden 42 escaleras que suben sin rechistar. José Luis lleva de todo en su mochila, por si surge cualquier imprevisto. Cinta aislante, botiquín, cortavientos, gps, cámara de fotos... «Es la mochila de subir al monte y hoy no va tan llena como otras veces», dice. «Vamos a hacer un tramo del Camino de Santiago», explica, por Arabella. A un lado queda la Barriada de Sarrikue. Más cuesta arriba, hay muchos caminantes y el paisaje otoñal empieza a ser de ensueño. Junto a los árboles, baja un autocar de la línea 22 de Bilbobus, parece que se va a venir pendiente abajo, pero no. «Hemos dejado ya el punto más alto de Zurbaranbarri, ¿y si vamos por este camino de hierba?», sugiere José Luis. «Para ladear Artxanda en vez de subirlo de golpe».

Luego se felicitan por haber tomado esta decisión. Los tres se quedan maravillados al llegar al mirador de Eguzkialde, un rincón para enmarcar desde donde la vista de la ciudad ya impresiona. «Somos unos privilegiados». Suspiran antes de enfilar hacia el camino asfaltado que conduce al colegio Trueba y, como les apetece sumar un kilómetro más, rodean por el restaurante Isidro y, de ahí, hasta el Mirador. «¡Está todo nuevo!», señala Sonia mirando a su alrededor. «Ir al monte es salud mental, es buen humor, relax, sentir esa libertad de la que parece que nos han despojado. Animamos a todo el mundo, Artxanda está aquí mismo», proclama Belén.

Datos de interés

  • 'XI Subida a Artxanda' de EL CORREO. Esta ocasión es virtual. Una vez registrado (son 2,5 euros la inscripción), cada participante puede enviar el recorrido que ha elegido para subir y bajar de Artxanda. Debe ser de al menos cuatro kilómetros y tiene que incluir una foto hecha arriba, en el Mirador.

  • Hasta el 30 de noviembre. Las personas que deseen participar en el evento tienen de plazo hasta final de mes para completar sus caminatas y hacerlas llegar a EL CORREO.

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