Otro retraso en La Nueva Casilla pospone su licitación hasta enero
El plan inicial era sacar la concesión al mercado antes del pasado verano, pero la complejidad en el modelo de gestión está obligando a afinar al detalle con Bilbao Kirolak
La Nueva Casilla es uno de los proyectos más ambiciosos que tiene Bilbao en cartera. Se trata de tumbar el edificio actual, que ya podemos ... llamar la vieja Casilla, y levantar un nuevo equipamiento donde haya espacio para el deporte, pero también para el ocio en diferentes formas: hostelería, comercio, conciertos y cualquier cosa que se le ocurra a la iniciativa privada. Además habrá un parking subterráneo de al menos 350 plazas que compensará la reducción de zonas de estacionamiento en superficie que imponen las peatonalizaciones de calles. Y, por último, el Ayuntamiento pretende que todo ello ejerza como elemento propulsor de esta parte de Bilbao, tan céntrica pero también tan mermada en atractivos y actividad en los últimos años.
La cifra
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3.150 metros cuadrados tendrá como mínimo el nuevo edificio. Habrá una pista polideportiva de, al menos, 1.250 metros cuadrados de superficie, y una piscina de 600. También tendrá sala de musculación y salas polivalentes.
Pero va todo con algo de retraso. En principio el plan era tener listos los pliegos para sacar a licitación la concesión a principios del pasado verano. Luego se pospuso hasta septiembre. Y ahora, según avanzan fuentes municipales, el pronóstico es que se dé el paso a lo largo del próximo mes de enero. A partir de ese momento, las empresas tendrán dos meses para presentar sus ofertas. Si todo va bien, la adjudicación llegará en primavera o principios de verano. Luego habrá un par de años para la redacción de los proyectos y la ejecución de las obras. Así que la apertura de La Nueva Casilla llegaría, según estos cálculos, en 2026.
¿A qué se están debiendo todas estas dilaciones? A las complejidades que conlleva afinar la gestión de un equipamiento como este, donde el interés público debe conjugarse con las pretensiones de rentabilidad de la iniciativa privada. Para entenderlo hay que fijarse en el modelo de funcionamiento elegido: la idea del Ayuntamiento es que todo esto le salga gratis, y por eso se va a utilizar la misma fórmula que en la estación Intermodal y en el parking del Ensanche (cuya obra arrancará en marzo o en abril). Esto es, va a tirar de la figura de la concesión, de tal manera que será una empresa privada quien lleve a cabo la obra, inversión que rentabilizará con la explotación del equipamiento durante cuarenta años.
El reto es conjugar el interés público con la rentabilidad para la iniciativa privada
Guardar los equilibrios
Esto conlleva ciertos equilibrios que son los que están retrasando ahora toda la tramitación. Está costando elaborar los pliegos. Porque, de un lado, la obra y la explotación corresponderá a la empresa que se haga cargo del proyecto. Pero, de otro, deberá incluir un polideportivo que estará bajo la órbita de Bilbao Kirolak, y los usuarios de los centros de deporte públicos también tendrán acceso a la nueva piscina. Así que hay que ver como conjugar todo eso. Por ejemplo, ¿cómo se compensará a la concesionaria si hay un pico de entradas de socios de Bilbao Kirolak, que no pagan? «Estamos ultimando el contraste de los pliegos de la licitación con los licitadores y controles jurídicos y económicos municipales», explican fuentes oficiales del equipo de gobierno. Hay que analizar el asunto con el servicio municipal de deportes, y velar por no penalizar demasiado las expectativas económicas de las empresas, a quienes les tienen que salir los números. «Todos estos aspectos están exigiendo mayor estudio y detalle del inicialmente esperado».
La dinámica que se está siguiendo en esta aventura es particular y conviene recordarlo todo: la voluntad del Ayuntamiento, como se ha dicho, es tumbar el viejo pabellón para construir un complejo más moderno que, además de piscina, polideportivo y parking, incluya espacios comerciales y hosteleros. Con el fin de palpar el sentir del sector privado, de conocer qué puede ser interesante para las empresas, se llevó a cabo lo que se denomina «diálogo competitivo». Participaron seis empresas y plantearon qué cosas les gustaría hacer ahí. Tras aquello, y conociendo la sensibilidad del mercado en torno al asunto, el Ayuntamiento elaboró el estudio de viabilidad. Se trata de un paso previo y obligado, ya que cuando las Administraciones quieren sacar una concesión han de justificar que realmente es viable. Y ahora queda tramitar la licitación.
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