Las restricciones para entrar en coche al centro de Bilbao «pueden generar vértigo, pero van a mejorar la ciudad»

El Ayuntamiento aprueba definitivamente la ordenanza que regula la zona de bajas emisiones, que entrará en vigor el próximo 15 de junio

Viernes, 10 de mayo 2024, 11:25

El pleno del Ayuntamiento de Bilbao ha aprobado definitivamente este viernes la ordenanza que regulará la zona de bajas emisiones (ZBE), con lo que ya ... hay vía libre para hacer efectivo el plan de implantarla a partir del próximo 15 de junio. En realidad, será el 17, lunes, porque las restricciones al centro de la ciudad para los coches más contaminantes no operarán los fines de semana. Nora Abete, la concejala de Movilidad y Sostenibilidad a la que le ha tocado culminar con un proceso que lleva años de tramitación, ha considerado que se trata de una medida «clave para mejorar la calidad de vida» en la ciudad, incluso que brinda la oportunidad de «transformarla». Asume que «va a suponer cambios, y como cualquier cambio puede generar vértigo», pero «debemos vencer la resistencia al cambio».

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Después de todo este tiempo dándole vueltas a la ZBE el pleno de este viernes no ha deparado novedades sobre lo que viene a ser lo esencial del asunto: se va a prohibir el acceso a Abando e Indautxu a los vehículos más contaminantes entre las siete de la mañana y las ocho de la tarde en días laborables. Durante el primer año, sólo a los que no cuenten con distintivo ambiental. A partir del segundo año, también a los que tengan la etiqueta B.

Pero no será necesario comprarse la pegatina porque los accesos se controlarán con cámaras que leen las matrículas, conectadas con las bases de datos de la DGT, que ya determinan sin más ayuda a qué categoría pertenece cada vehículo. Abete ha llamado varias veces a mantener la calma, porque sabe bien que todo esto genera cierta tensión entre la ciudadanía. Recordó que los residentes en estas zonas no tendrán restricción alguna, y que hasta 2029 hay moratorias y excepciones con las que el Ayuntamiento pretende darle un aire de progresividad al cambio.

Campaña informativa

Ahora que se ha aprobado al fin la ordenanza el Consistorio va a comenzar a desplegar una campaña informativa para dar a conocer a la ciudadanía con más detalle como va a funcionar la cosa, que asusta a mucha gente. A partir del lunes habilitará un número de teléfono, abrirá una oficina en Ripa, y habilitará una página web. Esencialmente, los residentes van a tener que darse de alta en el sistema, ya sea online o presencialmente, de manera que contarán con una clave personal. Y con ella podrán acceder a una aplicación móvil mediante la cual podrán, por ejemplo, invitar a personas de fuera que lleguen con coches contaminantes. Los residentes, hosteleros y comerciantes contarán con seis invitaciones al mes, y los mayores de 70 años, con 16.

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Abete defendió el modelo de ZBE para reducir los «55.000 vehículos que circulan por el centro de la ciudad», para mejorar la calidad del aire, contener la contaminación acústica, desincentivar el uso del vehículo privado y formar parte de la solución en la lucha contra el cambio climático. En principio, solo se van a beneficiar de ello los vecinos de las zonas más caras de la ciudad, pero también defendió que en el futuro la propia norma prevé extender las restricciones a otros barrios y a otras zonas especialmente sensibles como colegios y entornos sanitarios.

En esto es en lo que EH Bildu ve poca ambición. Lo mismo que en cuestiones técnicas el pleno no deparó novedades, el debate político también fue el habitual, como es lógico. Desde la izquierda, los soberanistas y Elkarrekin consideraron que la ordenanza se queda corta, y desde el PP creen que únicamente dificulta la movilidad a un montón de gente que necesita moverse en coche.

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Karlos Renedo, de EH Bildu, aseguró que su formación comparte la filosofía de la medida, pero echó en falta más participación ciudadana y lamentó que la norma no fije una hoja de ruta para extender la ZBE a otras zonas de la ciudad, más allá de contemplar esta posibilidad en un futuro indeterminado. «Hemos perdido la oportunidad de hacer una reflexión compartida para mirar a largo plazo». La portavoz soberanista, María del Río, criticó que con el planteamiento actual el gobierno municipal se ha limitado a «cumplir el expediente», dejado pasar la oportunidad de «ser más valientes» a la hora de dirigir una «transición ecológica» en la que Bilbao fuese referente. También creen que hay «muchas dudas» sobre cómo se va a implantar y la falta de información dificulta un consenso social.

Esther Martínez, portavoz del PP, ha sido la más crítica con las restricciones a los vehículos más contaminantes. Consideró que no se ha escuchado ni a comerciantes ni a hosteleros, que verán penalizada su actividad. «Hasta hace poco para el resto de vizcaínos venir a Bilbao era un acto lúdico, casi una fiesta, y ahora lo van a convertir en una especie de penitencia», lamentó. En su oponión, quien coge el coche para circular por el centro de la ciudad lo hace muy habitualmente porque no tiene más remedio, y también porque «el transporte público no funciona las 24 horas». Aunque asumió que la ley sí obliga a establecer una ZBE, hubiese sido posible diseñarla sin afectar «a la mitad de los coches que circulan por Bilbao» (los que no tienen distintivo, o tienen la letra B), es decir, con unos criterios más laxos.

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Para Ana Viñals, portavoz de Elkarrekin, estamos ante «un avance positivo» aunque podría haberse «diseñado mejor». Primero, con «más participación ciudadana», y, segundo, esperando para su tramitación a la revisión del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS). En cualquier caso, las restricciones de tráfico en el centro supondrán un paso para «mejorar la calidad del aire, la reducción de la contaminación acústica, mitigar el cambio climático y promover un cambio modal hacia un transporte más sostenible».

Al final, la ordenanza salió adelante con los votos favorables de los dos socios de gobierno, PNV y PSE, las abstenciones de EH Bildu y Elkarrekin, y el voto negativo del PP. El alcalde, Juan Mari Aburto, vio el vaso medio lleno y se felicitó de que la norma se aprobase únicamente con el 'no' del PP, que tiene cuatro de los 29 concejales.

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