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Fabiel, el joven de 23 años acusado de asesinar a golpes a René, un hombre de 36 años y padre de dos hijos, el domingo ... en el barrio de Lutxana, ya había matado a otro hombre en Barakaldo en julio de 2022 durante una pelea, según ha podido saber EL CORREO. En aquella ocasión, ingresó una temporada en prisión preventiva antes de ser condenado por un homicidio imprudente, que tiene penas que van de uno a cuatro años de privación de libertad. Además, la semana pasada había sido detenido en otras dos ocasiones -una de ellas por un episodio de violencia doméstica que llevó a que le echasen de casa- y supuestamente había estado implicado en diversos robos de coches y gasolina, según las mismas fuentes. El juzgado de Instrucción número 4 de Barakaldo ha decretado hoy su ingreso en prisión provisional «comunicada y sin fianza» por la muerte de René.
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Fabiel, vecino de Barakaldo de origen hondureño, tiene sólo 23 años y un historial repleto de episodios violentos. Esta semana ya pasó en dos ocasiones por comisaría. Una de ellas fue arrestado por una agresión a un miembro de su familia directa que, sin embargo, acabó retirando la denuncia. Al joven le echaron de casa y en el juzgado le impusieron una pena que consistía en trabajos en beneficio de la comunidad. Además, en las últimas horas había sido identificado por testigos como uno de los supuestos autores de robos en coches que estaban aparcados en las inmediaciones.
En todo caso, el suceso más grave lo protagonizó el domingo cerca de la plaza Euskaldun Berria a primera hora de la mañana, cuando presuntamente acabó con la vida de René, un hombre de 36 años, vecino de Getxo y padre de dos hijos. Según las fuentes consultadas por este diario, la víctima estaba en su coche en el solar donde se encontraba la vieja fábrica Sefanitro, que es utilizado por vecinos para aparcar sus vehículos, cuando Fabiel empezó a romper las lunas del utilitario. El hombre salió del automóvil y el agresor empezó a perseguirle hasta que consiguió derribarle de una pedrada. Después se dedicó a asestarle golpes en la cabeza con una piedra de grandes dimensiones. Una vecina grabó lo ocurrido con su teléfono móvil. Relata que el detenido le dio varios golpes, se marchó y volvió al cabo de poco tiempo para seguir agrediéndole. Le pegó hasta una decena de veces. «Se ensañó», explicó la testigo. «Tenía la cara reventada, irreconocible, y estaba agonizando». La víctima falleció allí mismo.
Fue esta mujer la que alertó a los servicios de emergencias. La Ertzaintza consiguió detenerle cerca de allí tras una persecución. Los agentes le arrestaron en una zona en la que duermen personas sin techo. Todavía no está clara la motivación del agresor, que ha dado diversas versiones para explicar lo ocurrido.
Hasta entonces, el hecho más grave en el que había estado implicado Fabiel fue la muerte de Eduardo R. G. en 2022 tras una pelea en el parque Serralta, que une los barrios de Lutxana, Cruces y Llano. En aquella ocasión, la víctima estaba sentada en un banco sobre las nueve de la noche en ese parque. Algo ocurrió entonces que desembocó en que el detenido, que en esa época tenía 20 años, fuese a agredirle. El hombre fue hallado inconsciente en el suelo en una zona próxima al campo de fútbol. Sus pertenencias se localizaron en un banco cercano. El hombre, con problemas con las drogas y que había tenido antecedentes policiales, presentaba traumatismos craneoencefálico y facial y una hemorragia interna. Falleció horas después en el hospital de Cruces.
La Ertzaintza abrió una investigación para tratar de aclarar lo ocurrido. Desde el primer momento se barajó la hipótesis de que las lesiones más graves se las produjese al caer después de ser agredido. Fabiel se presentó en los juzgados de Barakaldo acompañado de un abogado ocho días después de la pelea. Se entregó también un joven de 29 años que estuvo presente en el momento de los hechos y que supuestamente encubrió lo ocurrido. El juez ordenó el ingreso en prisión preventiva de Fabiel acusado de la agresión que derivó en la muerte de Eduardo. Su amigo fquedó en libertad con cargos.
Según las fuentes consultadas, este episodio se saldó con una condena por homicidio imprudente. Es decir, se determinó que el joven no tenía intención de acabar con la vida de Eduardo y que su muerte se produjo como consecuencia de «una conducta negligente o imprudente». Al final, el joven salió de prisión menos de tres años después desde que se produjo la pelea en el parque Serralta. El domingo volvió a matar a una persona, pero en esta ocasión los expertos jurídicos consultados por este diario consideran que no lo tendrá fácil para argumentar que no tenía intención de cometer un homicidio.
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