«Podemos Euskadi no puede dirigirlo alguien que viva en Madrid»

¿Cree que hizo lo correcto al dimitir antes de las generales?

Sí. Igual que sucedió con Juan Carlos Monedero, nuestras dimisiones tenían como objetivo llamar la atención sobre determinadas derivas y hacer que la gente reflexione.

¿Se está realizando esa reflexión?

Sí. Las bases de Podemos en Euskadi quieren seguir teniendo un discurso propio y una autonomía organizativa. Quieren que no sólo las decisiones de nuestro ámbito se tomen aquí, sino que, además, las decisiones estatales se tomen por consenso, escuchando a los territorios.

A pesar de la polémica por su dimisión, Podemos logró el 20-D unos resultados espectaculares.

Soy la única persona de mi entorno que apostó una cena a que ganábamos. Sabía que el segundo puesto estaba garantizado y tenía la convicción de que el primero era posible. No me sorprendió.

Aunque las listas quedaron como quería la dirección nacional y en contra de su criterio.

El resultado de Podemos en Euskadi ha sido un poco al margen de quiénes fueran los candidatos. La gente ha puesto mucha ilusión en que por primera vez había una fuerza que planteaba un proyecto de plurinacionalidad, respetuoso con nuestras preocupaciones y a la vez transversal, de regeneración. En Euskadi mucha gente vota al PNV y a la izquierda abertzale por resignación, como mal menor.

Visto el resultado electoral, ¿mereció la pena su dimisión?

Merece la pena si sirve para que las bases reflexionen y reaccionen. Si los éxitos nos hacen no tener la humildad suficiente para reconocer nuestras debilidades organizativas no habrá servido. Es lo mismo que denunciaba Monedero.

Usted advierte del riesgo de que las viejas formas de los partidos viejos se instalen en Podemos.

Los hechos nos están dando la razón. Cataluña y Euskadi carecen de dirección electa; las direcciones de Galicia y Cantabria van a ser sustituidas por gestoras; también hay una gestora en La Rioja; en Andalucía o Madrid los enfrentamientos son muy fuertes... La secretaría de Organización está fracasando en la creación de una organización bien asentada en los territorios. Tenemos un magnífico proyecto, pero el riesgo de derivas de tipo autoritario y centralista queda corroborado por los hechos.

¿Cuál es la solución? ¿Cambiar a Sergio Pascual, secretario de Organización?

Habría una solución a corto plazo y otra a largo plazo. A corto, la solución pasa porque Pablo Iglesias escuche más los consejos de las personas que más le respetan y apoyan como puede ser Monedero o yo mismo, que hemos sido leales desde el principio. Y colocar en la secretaría de Organización a otra persona. Y a más largo plazo, la solución es confianza. No se puede llevar una organización entera desde un pequeño núcleo dirigente instalado en Madrid basado en la desconfianza hacia los territorios. Eso quizás pudiera haber tenido algún atisbo de lógica de cara a un proceso muy volcado hacia el 20-D, hacia lo que llamábamos el asalto a los cielos, pero hoy no tiene ningún sentido.

¿El problema es Sergio Pascual?

Sí. Ese puesto lo debería ocupar alguien que no encienda fuegos sino que los apague. A esta secretaría de Organización prácticamente no le queda ningún territorio por incendiar.

¿Sabe ya a quién va a votar para dirigir el partido en el País Vasco?

Sé a quién voy a votar y el voto que voy a recomendar. Voy a recomendar a las bases que apoyen a alguno de los dos procesos asamblearios que han surgido. Quienes son más fieles al sector mayoritario del consejo ciudadano anterior que voten a uno y quienes son más críticos que voten al otro. Pero sí voy a pedir que nadie respalde operaciones políticas que pretenden instalar una dirección teledirigida desde la secretaría de Organización de Madrid.

Es decir, que voten a Kaliangora -la corriente en la que se han integrado los fieles a Uriarte- o a Zurekin Ahal Dugu -de la juntera vizcaína Neskutz Rodríguez-.

A esas o a cualquier otra que pueda surgir. Cualquier opción que se articule desde fuera de nuestra realidad por personas que ni viven ni trabajan aquí no es lo que le conviene a esta organización.

Es contundente.

Soy claro. No tengo nada contra nadie, pero es bueno que no haya interferencias externas por parte de quienes tienen bazas para actuar con ventaja.

¿A qué se refiere?

Hay personas que ya tienen uno o dos cargos políticos y no sería conveniente que aspiraran a un tercer puesto. Ser secretario general en Euskadi requiere mucha dedicación, vivir aquí, estar y tener todos los sentidos puestos en lo que sucede en este país y dedicarle todas las energías posibles.

Eso descarta a Nagua Alba o a Eduardo Maura.

Esa decisión la tienen que valorar las bases. Yo les pido que voten a personas que viven, trabajan y están inscritos en Podemos Euskadi y que han sido elegidos por las bases en procesos asamblearios. Edu es un valor dentro de Podemos igual que Nagua es una promesa que en unos años será un valor importante.

¿El proyecto de Nagua Alba está teledirigido desde Madrid?

Gente de aquí me ha dicho que han recibido llamadas telefónicas desde Madrid ofreciéndoles cargos en la dirección vasca. Esa no es la forma de hacer las cosas.

Una mujer como líder

Todo apunta a que la próxima líder en Euskadi será una mujer.

Todos los sectores de Podemos Euskadi tenemos muy claro que hay que dar un mayor protagonismo a las mujeres. Lo dije desde el principio: en Euskadi nunca ha habido una mujer lehendakari, nunca una mujer ha dirigido alguna de las diputaciones forales, nunca ha habido una alcaldesa en una capital, al menos en democracia. Esto ya no da más de sí, es imprescindible.

¿Cree de verdad que tienen opciones de desalojar al PNV?

Por supuesto. Si maduramos nuestro proyecto político y conseguimos presentar a las personas adecuadas, que den garantías a la población, es perfectamente posible. La mayoría cree que el PNV y Bildu tienen un electorado asegurado e inamovible. Mucha gente vota al PNV como voto refugio, como mal menor, pero no es algo que les ilusione muchísimo. Tanto el PSE como la izquierda abertzale urante decenios han fracasado en el intento de ser una alternativa. El PNV gobierna más por errores ajenos que por sus méritos. 316.000 vascos han dicho que Podemos tiene que articular ese proyecto alternativo. Ahora todo depende de que sepamos hacerlo bien. No creo que el PNV sea imbatible.

¿Se arrepiente de haber dejado la dirección de Podemos? Da la sensación de que le gustaría guiar el proceso hasta las autonómicas.

No quiero estar en ningún cargo político pero me encantaría que quien estuviera me llamara para pedirme consejo de vez en cuando. Lo haría bien, de la misma manera que pienso que no soy la persona más adecuada para ostentar cargos políticos.

¿Pablo Iglesias debe apoyar la investidura de Pedro Sánchez?

Para mí lo que debe valorar no es ni que el programa que se presente por escrito sea asumible, porque todos los programas se cumplen en una medida, ni tampoco el reparto de poder, sino que esa coalición responda al deseo de regeneración política de la ciudadanía y de plantear alternativas viables al modelo de austeridad de Merkel.

¿Eso es posible con el reparto de escaños que hay en el Congreso?

Es difícil, pero si tuviéramos estadistas de altura... No hay otra posibilidad, porque si se repitieran las elecciones habría pequeñas recomposiciones, pero los espacios serían muy parecidos.

¿Su opción de pacto es la de PSOE-Podemos- IU o admite un acuerdo PSOE-Ciudadanos?

Mi posición es apoyar aquello que ofrezca mayores garantías de regeneración política y de cambio de modelo. No sé en qué se traduce eso. Esto es como preguntarle a alguien por su pareja ideal: ¿sería rubia? Pues quizás sí o quizás no. El problema no es cuál sería la pareja ideal sino en qué condiciones se articula eso.