Miserias y submarinos
Guerras internas por las listas más propias de la 'casta' y el temor a la infiltración de EH Bildu tensionan Podemos Euskadi
Alberto Ayala
Miércoles, 4 de noviembre 2015, 02:15
Podemos, a la baja en España hace meses, recibía la pasada semana una excelente noticia en Euskadi. El Sociómetro de intención de voto para las ... elecciones generales que elabora el Gabinete de Prospecciones Sociológicas de Ajuria Enea cuando llega una cita con las urnas pronosticaba que la formación de Pablo Iglesias será, junto al PNV, la gran vencedora del 20-D en la comunidad autónoma vasca.
La encuesta vaticina que los jeltzales mejorarán sus resultados y obtendrán la victoria con 6 parlamentarios (+1). EH Bildu quedaría relegada a la segunda posición con 4 (-2). Los mismos que obtendrá el partido emergente en su debú en unas generales. El PSE quedaría descolgado al cuarto puesto con sólo 2 parlamentarios (-2) al arrebatarle Podemos el escaño alavés. Los mismos que el PP (-1), sin representación por Gipuzkoa.
Pues bien, ni tan positivos pronósticos han servido para mantener en calma las revueltas aguas de la formación de izquierdas en el País Vasco. Si hasta ahora las divergencias parecían centrarse en el grado de proximidad-lejanía a mantener con EH Bildu, el desencadenante de las turbulencias en las últimas horas ha sido algo bastante más prosáico: el intento del secretario general vasco, Roberto Uriarte, de cambiar la lista de Podemos al Congreso por Bizkaia.
Uriarte pretendía apear del número uno a Edu Maura, persona muy cercana a Pablo Iglesias, para colocar en su lugar al líder de Equo, Juantxo López Uralde, que irá como cabeza de lista por Álava. Pero, sobre todo, quería situar de número dos a Miren Gorrotxategui, persona de su máxima confianza, una vez que el Sociómetro ha confirmado que Podemos tiene serias opciones de doblar su representación en el territorio vasco más poblado.
Pero finalmente no será así. Pablo Iglesias abortó ayer mismo la operación y Roberto Uriarte optó por suspender la conferencia de Prensa que había convocado para dar a conocer los cambios.
Los partidos emergentes aparecieron en la escena política para regenerar la vida pública. Sin embargo, una vez, las miserias de la política y, sobre todo, las humanas han podido bastante más que las buenas intenciones y Podemos no ha podido sustraerse a algo tan de la casta como las guerras intestinas por las listas. El quito a ese para poner auno de mi cuerda.
Habrá que ver si la trifulca termina aquí o todavía tiene recorrido. A buen seguro que EH Bildu y el PSE, las dos formaciones de las que espera nutrir su granero de votos Podemos en Euskadi, estarán encantadas si el lío se prolonga estando como estamos en puertas de los comicios del 20-D.
Lo que no han desaparecido son las sospechas de Uriarte y de un sector de la cúpula de Euskadi de que EH Bildu les haya hecho entrismo. La conocido táctica troskysta consistente en infiltrar afiliados propios en organizaciones de adversarias.
A Uriarte no le gustó nada que hasta nueve junteros de Podemos asistieran a la marcha por la libertad de Arnaldo Otegi. A su juicio fue más un acto de precampaña de la izquierda abertzale que otra cosa. Lo mismo que a los procuradores críticos no les hace gracia el tono exigente de su líder hacia EH Bildu respecto a la violencia.
Malas vibraciones cuando de lo que se trata es de captar votos.
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