Los polideportivos de Bilbao recibieron mejoras por valor de seis millones de euros

Todo el mundo no va a Azkuna Zentroa a hacer gimnasia. Quien habitualmente acude al polideportivo de Artxanda a ejercitarse, por ejemplo, se habrá dado cuenta este año de que la climatización en la piscina ha mejorado y la maquinaria cardio de la sala de fitness ha cambiado. Son mejoras que ha llevado a cabo el Ayuntamiento de Bilbao en estas instalaciones, pero no las únicas que se han acometido en los polideportivos de la capital vizcaína. 2019 ha acabado y es inevitable pensar en el porvenir, pero el Consistorio hizo este miércoles balance de este asunto, lo que sirve tanto para obtener una visión de lo que fue y se disfrutó como para tomar nota de lo que se puede mejorar.

Así pues, mirando atrás, en el área que Bilbao Kirolak tiene bajo el estadio de San Mamés también se hicieron cosas muy útiles, aparte de finalizar el polideportivo y dotarlo de material. Se invirtió en los sistemas contra incendios y en los equipos de comunicación. En Deusto se renovaron los aseos y también hay máquinas relucientes en el gimnasio. En San Ignacio se modernizó la denominada 'sala polivalente', ya es posible hacer pilates aéreo, esa modalidad que se ejecuta sobre una tela colgada estilo hamaca. 26 bicicletas estáticas se compraron para Rekalde, donde también recibieron como regalo por adelantado del Olentzero un videomarcador y barandillas de seguridad.

En Txurdinaga hubo mucho trabajo. Para empezar, se reformó la cubierta del edificio que acoge la sala de estudio. Ahora el polideportivo está más protegido en caso de fuertes temporales. Además, se adquirieron canastas de basket y minibasket. La cubierta del polideportivo de Zorroza también está de estreno y aquí se han protegido asimismo los exteriores entre el edificio principal y el pabellón de hockey y gimnasio, con lo que los usuarios ya no se van a quedar helados –o achicharrados en verano– a la hora de hacer este trayecto. ¿Qué ha pasado con Miribilla? Otras 26 bicicletas estáticas, máquinas de cardio y equipamiento para hacer yoga aéreo, barra fit y entrenamiento en suspensión. En La Casilla se han cambiado los equipos de sonido, como en Atxuri.

Por otra parte, y esto ya fuera de los polideportivos propiamente dichos, se ha renovado la hierba artificial del campo de futbol B de Mallona, se ha instalado wifi en las salas de estudio de los campos de futbol de Artxanda, se ha reformado el vallado perimetral del terreno de juego del campo de Ibarsusi y, en el pabellón municipal de remo, se ha mejorado el mobiliario de los vestuarios, hay material deportivo nuevo y un batel de fibra de carbono destinado a la última destinado, sobre todo, al entrenamiento de los niños. Hay que «contribuir al fomento de los equipos de cantera del club».

Y dirán, ¿cuánto ha costado todo esto? Algo más de dos millones de euros, porque otros 3,8 se fueron en mantenimiento de las instalaciones (limpieza, electricidad, jardinería...). En palabras de la concejala de Juventud y Deporte, Itxaso Erroteta, el Ayuntamiento de Bilbao hace cada año este «importante esfuerzo» porque «nuestro compromiso es impulsar el deporte como hábito de vida saludable» y «posibilitando espacios adaptados a las nuevas formas de desarrollar actividad física».