«No podemos traer a 200 niños de Chernóbil»
Las familias vascas del programa de acogida confían en la apertura de un corredor humanitario que permita sacar a los pequeños del país
«Yo no soy la ama de Katya, porque tengo muy claro que ella ya tiene a su madre; pero cuando viene a casa es ... a todos los efectos, y así lo siento, mi hija». No hay ningún lazo de sangre entre las dos. Pero el cariño que les une es un vínculo tan poderoso que Lide Álvarez lleva todos estos largos días de guerra con el corazón en un puño. No hay minuto en el que no se pregunte si la cría tendrá miedo, si habrá podido comer, si habrá logrado conciliar el sueño, si necesitará algo. Así, cargando a diario con una tremenda impotencia, viven los vascos que participan en el programa de acogida que trae cada año a 200 niños de Chernóbil a Euskadi.
Si fuera por ellas, por estas familias, ahora mismo se plantarían sin dudarlo en Ucrania y se traerían a todos los pequeños a casa. «Pero es imposible, hoy por hoy no podemos sacar del país a ningún niño. Viven en aldeas muy pobres, prácticamente incomunicadas, sin posibilidad de transporte», explica Álvarez. «En el caso de Katya, no puede salir por Bielorrusia porque es zona prorrusa, y la frontera segura, la de Polonia, está a más de 500 kilómetros», cuenta resignada.
Lide forma parte del colectivo Chernobil Elkartea. Desde el colectivo confían en la apertura de corredores humanitarios que permitan evacuar del país a los niños. Esta es una opción que, tras la reunión que el jueves mantuvieron las delegaciones de Ucrania y Rusia, está encima de la mesa. Las familias, de hecho, ya se están organizando para poder acoger a los pequeños. «Sabemos que el anuncio puede llegar de un día para otro. Si es así, estaremos listos», aseguran.
«Viven en aldeas muy pobres, prácticamente incomunicadas, sin posibilidad de transporte»
impotencia
Vínculo previo
A pesar de las excepcionales circunstancias, en un clima de extrema urgencia, las instituciones vascas ya han establecido controles para que los niños que sean evacuados a Euskadi lo hagan con todas las garantías. «Nos han puesto como requisito fundamental que las familias que acojamos ahora tengamos ya un vínculo previo con los menores, es decir, que hayamos participado en el programa», explica Lide. Sí está previsto autorizar la acogida, de forma excepcional, de todos los hermanos de una misma familia.
Las asociaciones vascas que trabajan en favor de los niños de Chernóbil están recibiendo un aluvión de llamadas de familias interesadas en dar cobijo a los pequeños. «Pero ahora necesitamos sobre todo ayuda económica para enviar recursos a esas familias que ya antes de la guerra vivían en una situación de pobreza».
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