Gorroño y PNV rompen en Gernika y acudirán por separado a las elecciones
El alcalde acusa a sus socios jeltzales de «faltas de respeto continuadas y de obstruccionismo» en un mandato que «no ha existido desde el punto de vista de la gestión»
«Este mandato está siendo como una carrera de obstáculos. Se están poniendo zancadillas en la gestión, las faltas de respeto son continuadas y se ... han traspasado todas las líneas rojas. Cuando se han roto los elementos más básicos de convivencia y no se quiere poner remedio lo mejor es que cada uno coja su camino». Así de crudamente se refiere el histórico alcalde de Gernika, José Mari Gorroño, a su relación con su socio de gobierno, el PNV, en declaraciones a este periódico. En fin, que la entente ha saltado por los aires. Con los puentes dinamitados desde hace tiempo asegura que el 8 de septiembre le comunicó a la presidenta del Bizkai Buru Batzar, Itxaso Atutxa, que «he decidido presentarme a las elecciones de mayo con mi equipo». Luego, esta misma semana, los peneuvistas presentaron a su propio candidato.
Publicidad
El asunto tiene relevancia no sólo por el carácter simbólico de la plaza sino por el perfil de los contendientes. Gorroño, alcalde histórico, es una marca electoral en sí mismo. Accedió a la Alcaldía en 2007 como cabeza de cartel de EA y con el apoyo de ANV (las siglas con las que entonces se presentaba la izquierda abertzale). Luego, en 2011, logró la mayoría absoluta ya bajo la marca de EH Bildu. A continuación, en 2015, vista la distancia con los postulados de la izquierda radical y consciente de su tirón electoral, optó por crear una lista independiente. Pero le cortejó el PNV y concurrieron en coalición para lograr otra mayoría absoluta cimentada sobre la popularidad de Gorroño, su cabeza de lista. En 2019 repitieron la jugada cosechando aún más votos.
«El pueblo es para todos, pero algunos partidos creen que tiene que estar a su disposición»
Esa entente es la que ahora se ha roto. Ocurre en un momento crucial porque la comarca está en el centro de la actualidad, con el proyecto oscilante del Guggenheim de Urdaibai en el candelero, el futuro Museo de la Paz anunciado por el lehendakari en el horizonte, y el foco puesto en este pedazo de Bizkaia que exige de una regeneración para evitar el declive demográfico y económico. De fondo, la pugna jeltzale por no perder terreno frente a cierta pujanza de EH Bildu en el ámbito municipal vizcaíno.
¿Qué es lo que ha ocurrido para que todo haya terminado en semejante deflagración y además se visualice de un modo tan descarnado? «Yo creo que el pueblo tiene que ser para todos, pero algunos partidos creen que el pueblo tiene que estar a su disposición». Gorroño acusa a sus socios de constantes «deslealtades» y de un «obstruccionismo» que ha provocado que el presente mandato «no exista desde el punto de vista de la gestión». Culpa a los jeltzales de no haber podido sacar adelante proyectos «como la biblioteca, una zona deportiva, el mercado que está en transición...». ¿Por qué harían eso? «No lo sé, pero han estado poniendo todas las pegas del mundo».
Publicidad
Todo en el aire
Con la atmósfera en el gobierno municipal ya irrespirable, Gorroño dice que hace año y medio, en marzo de 2021, planteó el asunto a Itxaso Atutxa. El problema, asegura, no es el PNV, «partido al que tengo mucho respeto», sino el equipo que tiene en Gernika. Tras aquel encuentro con la presidenta del BBB la cosa, lejos de mejorar, «fue a peor». Así que el 8 de septiembre, en su última reunión, le comunicó su intención de continuar aspirando como independiente a la Alcaldía en los próximos comicios. No hubo respuesta. Y el siguiente movimiento peneuvista, asegura el alcalde, fue nombrar a Xabier Irazabal como candidato jeltzale a las elecciones de mayo sin aviso previo, ni siquiera de cortesía.
«Este mandato se han traspasado todas las líneas rojas; está siendo una carrera de obstáculos»
¿Y ahora qué? La próxima semana Gorroño se reunirá con los suyos, que le han pedido que continúe, para definir la hoja de ruta. En principio el ánimo es conformar una candidatura independiente (su marca 'de conveniencia' actual es Euzko Abertzaleak, que da por amortizada), aunque «no descarto a nadie». ¿Sería posible un nuevo entendimiento con EH Bildu? ¿Recomponer relaciones con el PNV? ¿Esperar a los resultados de mayo para entonces buscar pactos? Todo está en el aire. El problema es que Gernika, hasta entonces, tendrá un gobierno municipal incendiado. En realidad, lleva así meses.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión