Las playas mantendrán el control de aforos, permitirán el deporte y vetarán el tabaco

La estrategia será similar a la del verano pasado, con control de aforos y cierres si se alcanza el tope permitido, pero se levantará el veto al deporte no acuático y algunas playas buscarán convertirse en espacios libres de humos, precisamente, un vehículo de transmisión que aumenta la probabilidad de infección. Los ayuntamientos costeros ya han mantenido con los responsables forales la reunión anual con motivo del arranque de la temporada. Según un documento al que ha tenido acceso este diario, el inicio tendrá lugar el 1 de junio, aunque algunas fuentes señalan que podría retrasarse dos semanas.

El protocolo sanitario es casi calcado al del año pasado, con dos diferencias. La práctica de actividades deportivas en la arena no estará prohibida de manera expresa. En el primer periodo estival con covid, una de las medidas más llamativas fue romper con toda una tradición en la playa: jugar a palas. En esta ocasión, la Diputación se limita a recomendar no realizar esta actividad y otras para garantizar la distancia de seguridad, pero no las veta y deja la decisión en manos de los gobiernos municipales.

Algunos consistorios como Lekeitio confirmaron que no levantarán la mano. Al menos, de momento. «Es verdad que a nuestra playa acude población más mayor y es más familiar que otras con más público juvenil, pero de primeras mantendremos la prohibición. Según veamos cómo está la situación sanitaria, podríamos modificarlo», explicó su alcalde, Koldo Goitia. En los arenales vecinos de Laida y Laga, enclavados en Ibarrangelua, el equipo de Gobierno sopesa recuperar una ordenanza municipal anterior a la pandemia que prohibía la práctica de actividades en la arena con marea alta. «Este año todavía lo tenemos que decidir. En Laida no tuvimos que cerrar la playa porque hay mucho espacio, pero Laga sí se queda más pequeña», apuntó el regidor, Jesús María Ziloaga.

Por su parte, Gorliz, con uno de los arenales más frecuentados de la provincia, se ceñirá a las indicaciones forales de este año, que se limitan a recomendar evitar la práctica deportiva. «El virus sigue estando presente y aunque se vaya avanzando con las vacunas, hay que tener cuidado. Por eso, hay que mantener las máximas medidas de protección», señaló la alcaldesa de la localidad, Nagore Utxupi, quien recuerda que el año pasado «la respuesta de la ciudadanía fue buena, a pesar de ser algo novedoso».

Otra de las normas que también cambia será la correspondiente al uso de las instalaciones como duchas, lavapiés y fuentes. En 2020 no se permitió su uso durante las primeras dos semanas, pero este año estarán disponibles desde el primer día. Lo que no variará un ápice será el método para regular la afluencia. Hondartzainas y socorristas medirán el nivel de ocupación mediante un sistema de semáforos y se informará de la situación a la ciudadanía a través de megafonía, la web de playas y la app BizkaiUp. Volverá a verse, por tanto, la bandera ámbar, indicador de que se roza el aforo máximo y que, por tanto, hay posibilidad de cierre o desalojo.

La Diputación y los ayuntamientos se han mostrado reacios a aflojar demasiado las medidas. Los niveles de transmisión de la enfermedad se mantienen más elevados que el año pasado a estas alturas. Aunque el virus se repliega y cada vez hay más población inmunizada, la bajada de casos no ha sido tan brusca como después del confinamiento domiciliario. «Se espera que la situación mejore, pero hay que seguir reforzando las medidas. Solo pido a la gente que tenga dos dedos de frente», arengó Iñigo Ortuzar, alcalde de Zierbena, una de las dos localidades a las que pertenece La Arena.

En su caso, el Consistorio galipo ha optado por destinar recursos adicionales para disponer de más agentes cívicos para informar a la ciudadanía sobre las normas. Se mantendrá la recomendación de no superar las tres horas de estancia, para propiciar la rotación; no llevar sombrillas, sillas y hamacas, si no es estrictamente necesario; y el uso de mascarilla, salvo para el baño o al permanecer en la toalla.

Mientras, el Gobierno vasco trabaja con varios ayuntamientos para acabar con los cigarrillos en la playa. Por una cuestión de salud, de medioambiente y de prevención de la infección. Según anunció Goitia, Lekeitio será una de las localidades en las que se pondrá en marcha esta iniciativa, que tiene por objetivo concienciar a la ciudadanía. «Se lanzarán mensajes por megafonía porque no podemos prohibir», afirmó. También se llevará a cabo en Laida y Laga, donde hace dos años se barajó una experiencia piloto para poner a prueba esta cruzada contra el tabaco, pero quedó aparcada por la pandemia.

Durante estos días, las instituciones locales ultiman también otras cuestiones, de ámbito municipal o provincial, como la regulación del tráfico, los aparcamientos o la contratación de informadores. En la comarca de Urdaibai, sin embargo, los alcaldes se muestran preocupados por los problemas con el transporte público en una coyuntura en la que el autobús o el metro no deberían ir hasta la bandera. «No se puede fomentar el transporte público si no se ponen más frecuencias. El año pasado en muchos pueblos pequeños el autobús no paraba porque iba lleno», recordó Ziluaga.

Obligatoria, salvo para bañarse o permanecer en la toalla.

Las instituciones son conscientes de la imposibilidad de controlar el tiempo que los usuarios pasan en la playa, pero se vuelve a recomendar un máximo para propiciar la rotación.

Cuando el arenal esté en nivel de precaución, ondeará una bandera ámbar. Se podrá volver a cerrar o desalojar playas si se alcanza el máximo de afluencia.

Se permiten, pero se recomienda no llevarlas con el objetivo de garantizar la distancia mínima de seguridad.

A diferencia del año pasado, solo se recomienda no practicarlo. Cada Ayuntamiento decidirá si lo veta.

Las personas que acudan a los arenales deberán dejar un espacio de dos metros con respecto a otros usuarios. También durante el momento del baño. Además, se deben mantener las medidas básicas de higiene.

En caso de tener síntomas compatibles con la covid, no acudir a la playa.