Marea de pellets en Euskadi
«Los pellets no son nada nuevo. Es habitual verlos en nuestras playas»Manu Soto, director de la Estación Marítima de Plentzia, centro puntero de investigación biomarina a nivel europeo, advierte que, más allá de la polémica por su toxicidad, «lo que sí son es nocivos para el medio ambiente»
La llegada masiva de pellets a la costa vasca es una situación «preocupante», admite Manu Soto, el director de la Estación Marítima de Plentzia, donde ... trabajan una veintena de científicos y una treintena de investigadores. Sin embargo, «no es nada nuevo, por desgracia». Pellets hay desde hace mucho tiempo en las playas de Bizkaia. «Yo las veo a diario cuando paseo», admite el experto. Es consecuencia del «uso masivo de plástico» que hacemos todos a diario y al que «deberíamos poner freno».
Por eso, las primeras unidades que se han recogido en La Arena o en Sopela seguramente no sean del 'Toconao', el barco de bandera liberiana y capital alemán que perdió parte de su carga el 8 de diciembre en aguas territoriales portuguesas. No obstante, esas que ahora recogen en Galicia y en Asturias, llegarán.
La alerta, por tanto, no tiene que ver con que sean algo desconocido sino por la cantidad que acabaremos recibiendo en nuestro litoral. El buque perdió seis contenedores y solo uno de ellos contenía microesferas de terefatlato de polietireno (PET). Se supone que eran 28 toneladas, aunque nadie, ni los armadores, se atreven a decirlo con certeza.
El reto está ahora en atraparlas cuanto antes, sin que lleguen a puerto, porque su tamaño, apenas 5 milímetros de diámetro, dificulta las labores en la orilla hasta el extremo. Sin embargo, su comportamiento nada tiene que ver con otros vertidos de hidrocarburos, en los que hay más experiencia.
Un peligro para peces, mamíferos y aves
También se habla de su posible toxicidad y aquí los discursos varían: «Igual no lo son, pero lo que si se sabe es que son nocivos para el medio ambiente», remarca Soto. «Los peces, los mamíferos marinos y las aves acabarán confundiendo estas esferas con comida y les afectará al tracto digestivo. Es más, puede que incluso no pueda expulsarlas y ello les acabe provocando la muerte».
También se habla de que puede llegar a nuestros estómagos, aunque en todo caso no sucederá ni hoy ni mañana. «Lo normal es que nosotros no comamos las vísceras de los pescados, nos comemos el músculo y ahí no se acumulan los microplásticos por norma general». Otra cosa es lo que ocurra dentro de unos años, cuando estas partículas, que están en el límite de considerar microplásticos, se descompongan en trozos aún más pequeños y puedan ser absorbidas por los bivalvos.
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