La Otxoa: «La censura me llevó a la cárcel»
El showman bilbaíno saca nuevo disco con la ilusión de crear un himno gay. «Suena un poco vanidoso, pero La Otxoa fue necesaria en su momento», esgrime
Luis Gómez
Martes, 5 de junio 2018, 01:35
La Otxoa vuelve a escena con la ilusión de convertir '¿Quién roba mi libertad?' en el nuevo 'Libérate' y 'La Bianchona' «en otro 'Despacito'. Cantamos siempre los mismos temas en los festejos del orgullo gay», dice.
- ¿La Otxoa es incombustible?
- Mientras tenga salud, fuerza y ganas de cantar, sí. Hubo una época que no me apetecía, pero ahora siento otra vez el gusanillo.
- ¿Los artistas nunca se jubilan?
- Mi público no me lo permite.
- ¿Teme pasar al olvido?
- ¡Bah, me da igual! He tenido años que no he hecho nada y seguía siendo tan popular como cuando tenía un 'número 1'. Me sorprende que me reconozcan los jóvenes.
- Casi 40 años después de 'Libérate', ¿de qué hay que liberarse?
- Los viejos rockeros vamos a tener que salir a la calle como los pensionistas, porque ha habido unas generaciones que han estado dormidas. Y como te duermas, luego viene lo que viene.
- ¿Y qué viene?
- De repente parece que gozas de libertad y careces de ella. Siempre hay que estar en la brecha. De ahí nació '¿Quién roba mi libertad?'
- Vuelve a cantar por los derechos de gays, lesbianas, transexuales...
- Me motiva hacer un himno gay. Seguimos con los mismos temas de siempre. Son muy repetitivos.
- ¿Cómo escapó de la censura?
- ¿Escapar? Nadie escapaba entonces de la censura. Había inspectores que iban a revisar el repertorio a la sala donde actuabas. Acabé en...
- Fue de los pocos artistas españoles que fue a prisión por ser homosexual.
- ¡El primero! Actuaba en Barcelona, que se suponía era la 'puerta de Europa'. Pero llegaron Martín Villa y Fraga Iribarne e hicieron una redada. Se llevaron a toda la gente que trabajábamos en cabarés, bares gais... ¡Terrible! Nos detuvieron en el Mayo del 68.
- Sufrió su particular mayo.
- Protagonicé la primera 'conducción' de homosexuales en España. Entré en La Modelo de Barcelona y salí en el Penal de Burgos.
- ¿Cómo recuerda aquellos días?
- Con gran tristeza. Estuve mes y pico. ¿Sabes lo que supone que tus padres te vean entre rejas y no les puedas explicar que es una injusticia? Tengo todavía pesadillas.
- ¿Cómo vivieron aquel trance?
- Como buenos padres. Apoyándome, pero preocupados. Padres, tíos, primos... Todos me adoraban y aceptaban. A mi madre le dijeron que estaba en la cárcel por homosexual. Creía que homosexual era algún plato combinado de una cafetería. Nunca había oído esa palabra ni gay. Maricón y...
- ¿Le gusta definirse como la 'cantante humorista con faldas'?
- Sí. Al principio era muy tímido. Había como 70 cabarés en Barcelona. Yo veía a aquella gente que se transformaba y decía 'esto es lo que quiero yo'. Deseaba cantar, pero dando espectáculo, no ir con traje como Raphael y otros.
- Si no hubiese una La Otxoa, ¿habría que inventarla?
- Hubiésemos vivido igual sin La Otxoa. Que lo diga yo igual suena un poco vanidoso, pero en su momento fue necesaria. La prueba está en que todos los que me pusieron a parir con el 'Libérate', ahora se casan sus parlamentarios y todas las cúpulas van a las bodas.
- Es uno de los grandes personajes de Bilbao.
- El menos premiado, pero el más querido en la calle. ¿Por qué será?
- ¿Cómo ve la vida pasados los 70?
- Con salud, fenomenal. Quiero volver a actuar. Hasta me ha desaparecido la artrosis que sufrí en la última época que tuve el bar.
- ¿Le vence la nostalgia?
- No. Soy nostálgico porque he vivido algo irrepetible. ¡Aquel glamur! Eso le gusta a todo el mundo.
- ¿Echa algo en falta?
- ¡Música en directo en Bilbao! Y que se deje de beber sin sentido.